Mostrando entradas con la etiqueta PREVIA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta PREVIA. Mostrar todas las entradas

jueves, octubre 09, 2008

La Previa 2008-09. Cleveland Cavaliers



Todos los años se repite la misma historia. Los Cleveland Cavaliers tratan de encontrar el complemento ideal en ataque para LeBron James que les permita dar el salto definitivo, que termine con la fuerte dependencia de el “Elegido” en ataque. Cuando tuvieron dinero, se equivocaron. Y ahora que no lo tienen, siguen soplando a ver si suena la flauta.


UN BASE ANÁRQUICO COMO SOLUCIÓN AL ATASCO

Tras los experimentos fallidos de Larry Hughes y Wally Szczerbiak (si es que lo del “madrileño” pudo ser alguna vez tomado como tal), llega el turno de Maurice Williams, el nuevo anotador exterior llamado a superar con nota la convivencia con ‘King’ James. En este caso, se ha sacrificado para su llegada la experiencia de Joe Smith, uno de esos hombres que tienen la sana costumbre de rendir allá donde van.

Un base lo suficientemente anárquico como para poder seguir adelante con la anotación cuando LeBron no esté sobre la pista… o simplemente no funcione.

Se espera que la baja de MST, por otra parte, se vea cubiera con Ben Wallace, otro de los que llegó en el traspaso de febrero, y el novato JJ Hickson, que ha generado buenas sensaciones en la Liga de Verano de Las Vegas.

En el apartado de renovaciones, aparecen los dos ‘tweeners’, Daniel Gibson y Delonte West. Mientras que la continuidad de ‘Boobie’ tardó poco en quedar sellada, la del ex céltico no se concretó hasta finales de verano, lo que puede hablar del futuro de cada uno en la franquicia.

West fue uno de tantos jugadores que se vieron implicados en rumores de una posible salida hacia Europa. Cleveland consideraba excesivas sus condiciones económicas (pedía lo mismo que Gibson) y la firma se demoró más de la cuenta. Sorprendente para un jugador que contó con la confianza del entrenador desde su llegada al equipo.

Donde sí estarán ambos implicados será en la lucha por el puesto de escolta, probablemente el único sin dueño claro.



SÓLO EL ESCOLTA POR DEFINIR

Maurice Williams constituye la apuesta más importante de los Cleveland Cavaliers de cara a la presente temporada. Quizá la condecoración suena demasiado rimbombante, pero la realidad es esa. El base de Alabama es el nuevo episodio en la incansable (e infructuosa) búsqueda de un jugador que pueda anotar en grandes proporciones sin depender de LeBron, que pueda generar por sí sólo situaciones de canasta... además de aprovechar las que genere el propio James, claro.

Con gran presión, pero al menos con el puesto asegurado. No podrá decir lo mismo el escolta del equipo, para el que podríamos barajar hasta cuatro nombres distintos: West, Gibson, Szczbiak y Pavlovic.

A tenor de lo visto durante la temporada pasada (y a pesar de que el montenegrino ha sido el primer agraciado de la pretemporada), apostaremos por el primero. Delonte West responde al perfil de jugador exterior agresivo en defensa y fiable en ataque. Un jugador del que rara vez saldrá una actuación brillante, pero lo suficientemente seguro como para confiarle un puesto titular. Sus buenos Playoff ayudaron a olvidar la mala imagen mostrada en Seattle. Y es que el ambiente también hace mucho en los jugadores.

Situación contraria encontramos, evidentemente, en el lugar del alero. Aunque en este caso no se trate más que de un mero formalismo: LeBron tiene licencia para hacer lo que quiera sobre la pista. Pero lo que es más importante: está capacitado como para responder a ese reto.

Le vimos nacer y le hemos visto crecer. Le vimos empezar de base y le vemos controlar el ataque de su equipo jugando de hipotético alero. A lo largo de estos años ha ido expandiendo su rango de tiro, ha aumentado su ya de por sí sobresaliente capacidad de penetración e incluso ha sabido delegar en sus compañeros. Eso sí, cuando hace falta un milagro, él es el primero en sacarse los calzones (hola, Del Potro). Parte de esa carga es la que se le pretende quitar de los hombros.

Por dentro, la extraña pareja, Ben Wallace y Zydrunas Ilgauskas. El hercúleo jugador defensivo de raza negra y el esmirriado jugador ofensivo de raza blanca. Ambos en decadencia. Ambos gastando sus últimos cartuchos.

Corren malos tiempos para un jugador que otrora dominara los tableros. Las ventajas que te concede un físico sobresaliente desaparecen tan pronto como empieza a hacer mella el cansancio de disputar tantas postemporadas. Tantos años con más de un centenar de partidos en sus piernas empiezan a pesar, aunque aún queda la experiencia, el saber hacer de los años, y el esfuerzo, que no es poco.

También se las arregla el lituano, aunque sufriera como nadie en la serie contra los Celtics. El compañero inseparable de 'King James' sigue dando buena cuenta de su tiro de media distancia, pero cada vez se muestra más lento y con menos salto. Lo natural es ir perdiendo minutos a favor de Anderson Varejao.

VAREJAO, EL GRAN REFRESCO DESDE EL BANQUILLO

Junto a la euforia defensiva del brasileño, lo mejor que presenta el banquillo de Mike Brown en un buen trío de anotadores exteriores.

Daniel Gibson parecía llamado a ocupar un puesto de titular en los Cavaliers, pero la llegada de Williams trastoca sus planes. Ahora es a Delonte West a quien deberá comer terreno. El base de la Universidad de Texas ha demostrado a lo largo de su corta carrera como profesional ser un tirador sobresaliente, pero necesita demostrar que puede crear más por su propia cuenta si quiere aspirar a ser esa tan cacareada segunda espada.

Peor parece la situación de Wally Szczbiak, que mostró su peor cara precisamente en un equipo falto de tiro. Lejos queda ya en la mente los años maravillosos de Minnesota, y más cerca los continuos problemas físicos, que quieren acabar prematuramente con la carrera de un buen titular para la NBA. Su recuperación sería una noticia inmejorable para Cleveland, pero habrá que conformarse con que pueda aportar de manera regular al equipo.

Junto a ellos, Sasha Pavlovic. El jugador montenegrino vivió la campaña pasada su particular 'annus horribilis'. A los problemas para firmar su renovación durante el verano, se sumó una lesión en el pie izquierdo que le obligó a perderse más de una veintena de partido. Posteriormente, una nueva lesión le haría perderse casi toda la serie de primera ronda de Playoff. En medio de esta marea, resultó imposible mantener el nivel del jugador de rotación que explotó mediada la 2006-07.

Pieza clave y comodín en el interior volverá a ser Varejao. Su defensa e intensidad atrás son insustituibles para el equipo, de ahí que su continuidad fuera la gran prioridad del pasado verano. Los Cavaliers encontraron en él un quizá inesperado revulsivo en defensa, muy incómodo para su par, amigo de las cargas y poderoso en el rebote.

En un rol secundario permanecerá JJ Hickson, aunque su gran actuación durante las Ligas de Verano y su incansable trabajo durante el Training Camp podría reportarle beneficios pronto. Los primeros detalles hablan de un jugador muy activo en defensa y con capacidad para hacerse hueco y generar canastas en las cercanías del aro.

Tampoco es que Brown disponga de mejores alternativas. A ciertas alturas de la vida, es mejor dar minutos y confianza a un joven que seguir prolongando la carrera de un veterano que poco o nada tiene que aportar al equipo.

Es la crueldad del fondo del banquillo, donde también se dan cita nombres como Eric Snow, desterrado ya con tres bases por delante, o Darnell Jackson, novato que se autodefine como un "jugador sucio" sobre la pista, un hombre al que no le importa salir a partirse la cara en defensa. Actitud no le falta.

PRONÓSTICO

La mejora de la Conferencia Este ha eliminado la posibilidad de tomar un camino fácil hacia las Finales de Conferencia. Boston, Philadelphia, Detroit y los propios Cavaliers parecen tener el sitio asegurado en Semifinales, a expensas de que otra franquicia pueda dar la sorpresa.

Tras haberse plantado en las Finales de la NBA, Cleveland debe renovar méritos para mantenerse entre los candidatos serios al anillo. Visto el gran nivel defensivo que presenta el equipo, la tarea pendiente volverá a ser el ataque, donde deberán trabajar para encontrar una segunda vía de anotación, que permita seguir adelante aún cuando LeBron no tenga la noche… o no sea suficiente.

La Previa 2008-09. Chicago Bulls


De ser una de las mejores defensas de la liga, a uno que hace aguas atrás. De ser aspirantes a complicar la vida de los grandes en Playoff, a volver a mirar el futuro a medio plazo. De ser uno de los equipos con mejor horizonte de la liga, a ser un equipo que crea demasiadas dudas. Ése es el camino de los Bulls, que sin apenas haber saboreado las mieles del buen trabajo, vuelven al punto de partida.


VERANO DE POCAS NOVEDADES Y MUCHAS SORPRESAS

Echando un vistazo a la plantilla, es casi idéntica a la que terminó la temporada en abril. Sólo presenta una cara nueva, y una ausencia. La falta de novedades, sin embargo, no debe llevarnos a confusión, porque ha sido un verano muy movido en Illinois.

La primera gran noticia fue la contratación de un nuevo entrenador. Si bien era algo de sobra anunciado, sorprendió su perfil. Paxson hizo un intento por hacerse con Mike D’Antoni, pero al no poder luchar contra el poderío económico de la Gran Manzana se tuvo que conformar con uno de sus asistentes: Vinny Del Negro, el primer Ginobili que tuvieron los Spurs.

Movimiento peligroso ése de confiar la resurrección del equipo (un equipo con suficientes mimbres, todo sea dicho) a un entrenador novato, que deberá poner en calma un vestuario que primero se volvió en contra de Scott Skiles y luego acabó tomando a Jim Boylan por el pito del sereno. Una prueba de fuego para un debutante.

Pero para novato, Derrick Rose. Allá por mayo saltó la sorpresa y los Bulls, que partían como novenos para el sorteo de las pelotas de ping-pong, se llevaron a casa el número uno. Con la “pelea” entre Derrick Rose y Michael Beasley ya abierta, el debate se trasladó a la propia plantilla de Chicago, y en concreto a su directiva.

Paxson debía elegir entre un base completo, de físico extraordinario y finalista de la NCAA, o un 3.75 que podría solucionar (sólo en parte) el problema de la anotación interior del equipo. Como quiera que el elegido fue primero a pesar de tener dos bases sólidos en nómina, la pelota está ahora en el tejado del jugador de Memphis, que deberá justificar con juego su elección.

Su llegada permitió dejar marchar en la agencia libre a Chris Duhon, seleccionado en el ‘draft’ de 2004. Una noticia menor, y más cuando el protagonismo lo acapararon los otros dos jugadores elegidos por los Bulls en aquel sorteo universitario, Luol Deng y Ben Gordon.

El primero renovó por cantidades razonables, que pueden convertirse en desproporcionadas de alcanzar los incentivos incluidos en el contrato. El segundo, ha sido todo un quebradero de cabeza. Llegó a declarar que no se veía jugando más para Chicago, pero ante la falta de ofertas sobre la mesa terminó firmando la Qualifying Offer (6.4 millones de dólares) y ser agente libre sin restricciones el próximo verano. Un aspecto que anuncia ríos de tinta durante la temporada. Sabiendo que su máximo deseo es marcharse, ¿Qué hacer con él?


¿SERÁ TITULAR EL NOVATO? APOSTEMOS A QUE SÍ

Puede que al principio no, puede que tenga que ganárselo, aunque sea de aquella manera, la de guardar las formas y seguir adelante con el baile de máscaras. Pero es indudable que, si rinde a un nivel aceptable, Derrick Rose partirá de inicio. Cualquier otra decisión sorprendería por parte de un equipo que necesita cambiar para retomar el buen camino perdido.

Rose es un base que destaca a primera vista por su excelente físico, y que presenta un buen balance entre defensa y ataque. Intenso atrás y muy difícil de frenar cuando de marcharse hacia canasta se trata. Atendiendo a los últimos años, en los que los jugadores exteriores han tenido que asumir gran parte del peso anotador del equipo, no será extraño verle tomar esas responsabilidades conforme vaya avanzando el año.

Con su llegada, lo más probable es que Kirk Hinrich vuelva al puesto de escolta, posición en la que también jugó en Kansas y los propios Bulls cuando le tocaba coincidir en cancha con Chris Duhon. Quedará liberado de las tareas de dirección cuando Rose esté a su lado y podrá dedicar más tiempo a anotar. Mucho menos dado a penetrar que su compañero, fue especialmente preocupante su bajo en el acierto desde la línea de tres.

Inamovible en el puesto de alero, Luol Deng, la gran esperanza de esta franquicia junto al ‘rookie’. Los problemas físicos que sufrió el año pasado cortaron una progresión que parecía camino del All-Star, pero este año, recién renovado, debe volver a sus fueros para ayudar al equipo a salir del fango en el que terminó la temporada pasada. Es de esperar que empiece en buena forma, puesto que llega de clasificar a la selección británica para el Eurobasket.

Como ala-pívot parte Drew Gooden, uno de los jugadores que llegó en el cuestionable traspaso de febrero. Pese a no ser un prodigio, es uno de los pocos jugadores que pueden servir de parche para solucionar de manera temporal el problema de anotación interior del equipo. Un buen reboteador ofensivo, no exige demasiados balones en ataque para anotar. Una lesión abdominal le impidió completar su buen final de temporada, pero este año termina contrato y se le espera motivado en busca de un contrato. ¿Con otro equipo?

Cierra el quinteto Joakim Noah, bicampeón en Florida que deberá trabajar para mejorar las sensaciones contradictorias que generó la temporada pasada. Un hombre interior lleno de energía… mal conducida. Su exceso de energía (llámenlo precipitación, llámenlo nerviosismo) le llevó con frecuencia a meterse pronto en problemas de faltas. Sin embargo, también es obligado reconocer su intensidad debajo de ambos aros, actitud que le llevó a erigirse en un muy buen reboteador y a producir canastas en las cercanías del aro.

EL DILEMA DE BEN GORDON

Todos los entrenadores querrían tener problemas para meter en su alineación a un escolta de 20 puntos por partido. Claro que ninguno querría que ese problema tuviera más de extradeportivo que de meramente baloncestístico. Ha declarado que no quería seguir, es muy posible que el verano que viene se vaya a otro equipo que le ofrezca más, pero es un gran anotador en un equipo que no anda sobrado de ataque. ¿Qué hacer con Ben Gordon?

La respuesta sería sencilla. Al menos por mi parte. Si lo que se pretende es competir, y ganar el máximo número de partidos posible, qué duda cabe de que el escolta salido de Connecticut debe seguir teniendo minutos. Es un excepcional tirador, y su aportación desde el banquillo siempre ha resultado inestimable.

Alguno puede tener en el sobrepoblado ‘backcourt’ de los Bulls la excusa perfecta para relegar a Gordon a un segundo plano.

La solución más potable desde el banco sería la de Larry Hughes, cuya carrera entró en barrena el mismo día que se creyó capaz de ser el compañero ideal de LeBron James en Cleveland. Poco queda de aquel gran defensor y solvente anotador que asombró en Washington como parte de un pequeño ‘Big Three’ y, a día de hoy, es peor opción que el recién renovado.

La otra opción barajada es la de Thabo Sefolosha, jugador de tercer año que hasta el momento se ha mostrado demasiado irregular. Intenso en defensa y notable en la transición, el exceso de efectivos en su posición puede suponerle un problema mayor que en años atrás.

Una salida a ese pequeño “ahogo” podría ser la posición de alero, pero su inquilino es el mejor que tiene Del Negro en su banquillo. Debe hacer sufrido como nadie este año el ‘Chapu’. Acostumbrado a pelear por grandes objetivos y en ambientes ganadores, jugar para un equipo sumido en una dinámica tan negativa no ha tenido que ser fácil. Pero cierto es también que para que la situación revierta él debe ser el primero en volver a su nivel.

Dentro de esas esperanzas juega también un papel importante Tyrus Thomas, la irregularidad en persona. Ponga una cabeza descontrolada al mando de un cuerpo sin límites y obtendrá como resultado este jugador. Precipitado en sus decisiones en defensa, y demasiado confiado en sus capacidades físicas para el ataque. Cuentan que este año ha mejorado su tiro de media distancia, algo imprescindible para un jugador tan limitado como él.

Corona la segunda unidad Aaron Gray, de quien se comenta ha acudido al Training Camp con menos kilos que el año pasado. Chicago necesitará como nunca al Gray del último mes de competición

PRONÓSTICO

Muchas cosas tienen que suceder para que los Bulls vuelvan a pelear este año por los Playoff. Haber perdido la gran defensa que les ayudó a convertirse en uno de los equipos con más futuro de la liga no ayuda a ser optimista al respecto.

Tienen a sus disposición herramientas suficientes como para no estar entre las peores franquicias de la competición, pero dependen de demasiados factores para volver a meterse en la batalla. Que los interiores respondan y sigan creciendo, que Gordon esté centrado, que Rose responda a las expectativas… temporada de transición para ellos.

martes, septiembre 30, 2008

La Previa 2008-09. Charlotte Bobcats


Los Bobcats quieren ir en serio. Tras un año plagado de lesiones, se han dejado de experimentos con Sam Vincent y se han puesto en manos de Larry Brown. Un entrenador de categoría con el que pretenden dejar de ser “el equipo de expansión” para ser de una vez por todas una franquicia más en la liga.

LA EXPERIENCIA ES UN GRADO


Si Charlotte tiene mucho que demostrar este año, no menos debe hacerlo su entrenador. Larry Brown pecó de valentía tratando de sacar algo de provecho de la Gran Manzana en el momento equivocado. Como era de esperar, salió de allí escaldado.


Regresa ahora con cuentas pendientes, con la necesidad de demostrar a sus años que aún conserva el toque ganador que devolvió a los Pistons a la gloria y que llevó a Philadelphia hasta las puertas de ella.


En vista de los precedentes, si hay algo claro es que los Bobcats defenderán con todo, saldrán a morder y trabajarán como nunca. El plan de choque promete ser uno de los grandes atractivos del comienzo de temporada, junto a las apuestas por ver quién será el primer jugador de la plantilla en visitar la enfermería, víctima de la maldición que parece sufrir el equipo.


Porque, lejos del entrenador, las grandes novedades de cara al nuevo curso baloncestístico son nombres que ya eran conocidos en el Estado de Carolina del Norte (en algún caso nunca mejor dicho). La carrera de Sean May sigue tristemente marcada por las lesiones, mientras que Adam Morrison se perdió todo el año por culpa de una lesión en pretemporada.


El video de su rodilla sucumbiendo a un ‘dribbling’ de ¡Luke Walton! Dio la vuelta al mundo de la canasta.

Si de hablar de caras nuevas se trata, la principal incorporación es la de DJ Augustin, uno de los bases que más atención acaparaban de cara al draft. Un base de gran poder ofensivo y no exento de talento a la hora de distribuir el balón, heredero de las riendas de Texas tras la marcha de Kevin Durant.

Su elección, sin embargo, resultó sorprendente, puesto que ya contaban con un base joven y de calidad como Raymond Felton.


Con la otra primera ronda de que disponían, seleccionaron a un jugador muy verde, Alex Ajinca, en contraposición a lo que venían haciendo durante sus primeros años de historia. Un pívot europeo con mínima experiencia, la historia de siempre. Al parecer, sus buenos ‘workouts’ le sirvieron para ser elegido.


En esta última semana, trataron de hacerse con los servicios de Carl Landry, pero los Rockets no tardaron en igualar la oferta. Hacen bien en preocuparse por su juego interior, porque no van precisamente sobrados de hombres en la pintura.


CON LA ÚNICA DUDA DEL PÍVOT

Salvo movimientos de última hora, el quinteto de Charlotte lucirá de la misma forma que lo hiciera en la segunda mitad de la pasada temporada. La única variación sería la hipotética entrada de otro ‘cuatro’ en la formación, desplazando a Nazr Mohammed al banquillo.


A pesar de la elección de DJ Augustin, no hay razones para pensar que Felton pueda perder su titularidad en el equipo. Un hombre seguro en ataque, activo en defensa y capacitado para ser el mejor anotador tras los dos aleros. El último año pasó más tiempo del acostumbrado en la posición de escolta, pero en caso de no volver a aparecer lesiones de por medio, es improbable que la situación vuelva a repetirse.


En las alas, como ya hemos dicho, reside la gran mayoría potencial anotador de este equipo. Un gran desequilibrio que a la vista de la plantilla, no tendrá solución este año.


Jason Richardson aprovechó como nadie su estancia en un equipo de tan bajo perfil para reivindicarse como el gran anotador que era. Tras una última temporada decepcionante (aunque los problemas físicos también tuvieron algo que ver) en los Warriors, J-Rich volvió a sentirse una estrella, con la muñeca afilada y anotando mejor que nunca desde posiciones exteriores, algo que supo agradecer un equipo que andaba falto de buenos tiradores.

Porque Gerald Wallace es también un gran anotador, pero su porcentaje de puntos conseguidos dentro de la pintura debe andar al mismo nivel que los de un pívot, gracias a su excelente capacidad para llegar a la canasta contraria. Se mostró más suelto desde fuera que en otras ocasiones, pero no por ello más acertado. Sin embargo, sigue siendo el jugador más completo de esta plantilla.

La gran noticia del año en la franquicia tuvo que ser la salud de Emeka Okafor. Acostumbrado a sufrir constantes problemas de espalda, poder disputar por primera vez los 82 partidos de liga regular es un alivio… y no sólo para el jugador. Con un juego interior tan pobre, gran parte de las opciones del equipo para no salir vapuleados en la pintura descansan sobre sus hombres.

De ahí las urgencias por conseguirle un compañero fiable. De momento, deberán conformarse con Nazr Mohammed, todo un especialista en producir grandes números en equipos pequeños. Lo hizo en New York y aquello le valió un contrato con los San Antonio Spurs. Acostumbrados a acertar, los de Popovich no tardaron en darse cuenta de que aquella no era la solución a su eterno dilema de la pareja de Duncan, aunque por el camino el bueno de Nazr salió con un anillo.


UN BANQUILLO POBRE… HASTA QUE SE DEMUESTRE LO CONTRARIO


Sobre el papel, los Bobcats presentan uno de los banquillos más endebles de la competición (rivalizando con Atlanta). La vuelta en buena forma de algunos de sus jugadores se presenta como la clave para librarse de ese cartel honorífico.


Como único recambio de Felton se presenta DJ Augustin, un base sobre el que se tienen muchas esperanzas de futuro. Por el momento, lo único seguro es que no se ajusta al perfil de Brown, puesto que su gran punto débil se presenta en la defensa. Por el contrario, en ataque es donde hace gala de sus principales armas para hacer ruido en la liga, con un buen tiro y una no desdeñable capacidad de penetración, herramientas a las que suma una visión de juego aceptable.

Como sustituto de Richardson se presenta una de las grandes decepciones del draft de 2006, Adam Morrison. La ‘nueva esperanza blanca’ se ha quedado por el momento en un jugador con un buen tiro y una cabeza muy bien amueblada. Nada de florituras, ni un potencial anotador sobresaliente que puedan justificar los elogios que recibió antes de dar el salto a la NBA. Tiene mucho que demostrar… y quizá no se encuentre en la mejor situación para hacerlo.

Como alero suplente parte Jared Dudley, probablemente lo más parecido que hay a un defensor exterior en todo el banquillo. Para hacerse una idea de la situación por la que atraviesan. Llegado el momento, puede actuar como comodín, pasando a jugar de ala-pívot y dejando su puesto al siempre presente Matt Carroll.


Sin hacer mucho ruido, Carroll se sitúa como un jugador fiable, el segundo mejor tirador del equipo. Poco amigo de crearse sus propios tiros, pero efectivo cuando se trata de rematar la jugada.


Ese intercambio de cromos vendría provocado precisamente por la falta de efectivos en el juego interior, donde Sean May es el único jugador en el que poder confiar. Cuando ha estado sano, ha demostrado su sobrada clase en ataque, haciendo valer también su cuerpo para asegurar el rebote en defensa. Sin embargo, sus constantes problemas físicos le están impidiendo disfrutar de lo que podría ser una carrera más que aceptable.


En su ausencia, sólo quedan como alternativas Jermareo Davidson y Alex Ajinca, dos jugadores sin apenas rodaje que no ofrecen soluciones para una situación tan alarmante como la de los jugadores interiores de Charlotte.


PRONÓSTICO.


Pongamos que todos se mantienen sanos. Pongamos que las lesiones apenas al afectado al rendimiento de Adam Morrison y Sean May. Pongamos que la elección de DJ Augustin se demuestra como un acierto. En ese caso, formarán parte del grueso de equipos que luchen por hacerse con las últimas plazas que den acceso a la postemporada.


El juego interior es demasiado escaso como para concederles más oportunidades. Quizá debieran sacrificar a uno de tantos exteriores para conseguir más ayuda en la pintura y consolidar sus opciones de aparecer a finales de abril vestidos de corto.

La Previa 2008-09. Boston Celtics


No siempre ocurre. Ya lo sabían los Lakers de antes. No todos los equipos construidos para ganar un anillo lo consiguen. No siempre que se reúne un grupo de veteranos insignes en busca del anillo lo consigue. Contaban con esa presión, pero aquello no era nada comparado con la urgencia histórica con la que llegaba la franquicia más laureada de todos los tiempos.

22 años después, la NBA volvió a teñirse de verde.

JAMES POSEY O UNOS DORITOS

La actualidad del equipo en el último mes aparece dominada por Darius Miles, que podría convertirse (como a hemos venido diciendo) en el primer jugador de la historia en volver a vestirse de corto después de haberle sido diagnosticada por la liga una lesión que había acabado con su carrera.

Doritos en mano o no, antes de completar su regreso deberá superar la pretemporada con el equipo. En caso de conseguirlo, tendrá que cumplir la famosa sanción de 10 partidos por consumo de Fentermina antes de participar en partido oficial con el equipo.

Pero, si la memoria no nos traiciona, la noticia de mayor alcance en el verano céltico es sin duda la marcha de James Posey. Con la carrera de ‘Big Shot’ Horry en la nevera, MVPosey va camino de convertirse en el sucesor de ese ‘mojo’ que atrae anillos hacia sí. Tras lo visto en Boston, volverá a poner a prueba sus poderes en New Orleans.

Pero la prueba más fehaciente de su alcance y de su repercusión en un equipo campeón la veremos en los propios Celtics. Los de Doc Rivers se enfrentan a la difícil tarea de sustituir a su hombre más importante de banquillo, a un pilar defensivo veterano y que ejercía a las mil maravillas el papel de primer recambio para Ray Allen y Paul Pierce.

En esa dirección va la adquisición de Miles, pero por si el experimento resultara fallido, también han apostado fuerte para cubrirse las espaldas. JR Giddens y Bill Walker son, sobre el papel, unos de los candidatos a posible robo del sorteo universitario. Sin embargo, presentan también sus riesgos, ya sea en forma de problemas físicos o extradeportivos.

No menos arriesgada se presenta la apuesta para el sustituto de PJ Brown, ya retirado. Tras el ‘casting’ de jugadores interiores, el elegido fue Patrick O’Bryant, uno de los Top10 más inoperantes de los últimos años, y uno de tantos pívots que consigue llevar a un GM al huerto con la promesa de un 7 pies sólido y con futuro. El talento a veces hace mucho daño. Aunque su talento no fuera el deportivo, sino el físico.

Llegados a este punto, uno se pregunta si los Celtics no habrán arriesgado demasiado en su búsqueda de soluciones. Como hemos defendido aquí mismo, ser el vigente campeón te permite tomarte ciertas licencias a la hora de contratar refuerzos, pero cuando son tantos y afectan a una parte importante del banquillo, a uno le da por pensar si no hubiera sido mejor volver a apostar por la carta del veterano.

En enero podríamos tener respuestas.

TODOS CONJURADOS BAJO EL GRITO DE ‘UBUNTU’

Tras la extraordinaria temporada protagonizada, y con el objetivo principal conseguido, pocos cambios se presentan en el quinteto titular.

En el puesto de base continúa un consolidado Rajon Rondo, que en sólo su segundo año como profesional se asentó como titular indiscutible del equipo campeón. Y no sólo por el nivel cuanto menos cuestionable de Sam Cassell (quería iniciar su carrera como técnico, pero regresa recién renovado), sino por méritos propios, por confirmarse como uno de los mejores bases defensivos de la liga.

En su año como novato y a dejó detalles de gran jugador de equipo, pero como ‘sophomore’ no se ha dejado avasallar por el enorme reto que tenía ante sí. La pega sigue estando en el apartado anotador, donde sus buenas condiciones como penetrador se ven empañadas por un tiro que no llega a ser aceptable. Al menos no es algo que necesite el equipo.

Quién sí levantó ciertas dudas con su rendimiento fue Ray Allen, irregular y lejos del anotador implacable al que estábamos acostumbrados. Intercaló actuaciones mediocres con destellos de jugador decisivo en los minutos finales, culminando la temporada con una sobresaliente actuación en el último partido de la final, que resultó ser un paseo marcial. No debe ser sencillo pasar de ser todo un jugador franquicia a tercero en discordia, pero más complicado es negar que estamos ante la cuesta abajo de otro miembro del club ‘hilo de seda’.

El que no ha sufrido con el cambio es Paul Pierce, que cada año va haciendo su figura más “redonda”, pero sigue siendo igual de bueno que siempre. Comparte galones de líder espiritual de un equipo campeón y ha sabido llevarlos como la ocasión merecía. Su dorsal ‘34’ tiene ya un sitio reservado en el techo del Garden, y su actuación en las Finales otro en la memoria de los aficionados… a pesar de la pantomima de la bicicleta.

Detalles teatrales innecesarios, aunque pronto quedaron sepultados por el estado de gracia de un jugador que parecía querer saldar cuentas pendientes con el aro.

El otro gran pilar espiritual ha sido Kevin Garnett. Si alguna vez hubo dudas (me incluyo dentro del grupo de herejes) de su capacidad de liderazgo, todas ellas quedaron disipadas de un plumazo. Fue el primero en salir a partirse la cara (hola, Pachulia) en defensa y rayó al nivel acostumbrado en ataque.

A un comienzo sobrenatural le siguió un año de compromiso con el equipo que tuvo la recompensa del Jugador Defensivo del Año para él, y del Trofeo Larry O’Brien para todos. Agradeció bajar un nivel el pistón. Que tome nota para este año…

Completa el “quinteto de carrerilla” Kendrick Perkins, el niño que se hizo mayor. Parece que fue ayer cuando ‘Perk’ no era más que un pívot entrado en kilos al que costaba coordinar una pierna detrás de la otra para echar a correr. Nunca optará a un Nobel, pero la falta de efectivos grises la suple con oficio bajo el aro, convirtiéndose en un escollo muy molesto para los pívots rivales. Llegará con el tiempo justo al comienzo de temporada tras operarse este verano del hombro.

UN BANQUILLO QUE GENERA DUDAS

Los recambios de Rondo son los únicos que permanecen inmutables. Sam Cassell renovó ayer y, tras una temporada muy por debajo del nivel que venía demostrando, tiene ante sí la oportunidad de redimirse. De no funcionar, ahí continúa Eddie House, que también prolongó este verano su compromiso con los Celtics. Su estilo es radicalmente opuesto al de Rondo, aunque a estas alturas de la película más que aun microondas se parece al viejo horno de la abuela, que algunas noches necesita Dios y ayuda para calentarse.

La renovación de 'Sam I Am' deja en el limbo la continuidad de Gabe Pruitt, casi inédito en su única temporada en la liga.


También se presenta muy abierta la lucha en el puesto de escolta, donde Tony Allen deberá competir con JR Giddens. Se trata de dos jugadores muy físicos que, llegado el momento, podrían echar una mano en la anotación de la segunda unidad. El de Oklahoma State, por experiencia e intensidad defensiva, debería partir con ventaja.

Pero la gran incógnita reside en la posición de alero suplente, paradójicamente la más segura del equipo durante la temporada pasada. A estas alturas resulta ingenuo especular con lo que podría aportar Darius Miles, cuya incorporación en el mejor de los casos no tendría lugar hasta finales de noviembre. El problema es que la otra alternativa, Bill Walter, no presenta un físico mucho más fiable, aunque dicen los entendidos que atesoraba un gran talento en su etapa de instituto.

De surgir imprevistos, Giddens podría ocupar el hueco, pero no habría que descartar la posibilidad de que Danny Ainge volviera a echar mano de un veterano una vez comenzada la liga regular. Como ya comentamos en su día, Bonzi Wells sigue sin equipo y podría resultar de gran ayuda para los verdes. Porque de la carta de Scalabrine mejor no hablamos.

Por último, una rotación interior que respira juventud. Por un lado, Glen Davis, un ala-pívot fornido con más clase de la que nos anticipa su apariencia, con instinto para el ataque y que ya vivió su particular noche de gloria frente a los Pistons. Por otro lado, Leon Powe, más tosco en sus maneras, más físico y más entregado, e igualmente efectivo.

Completa el trío Patrick O’Bryant, el hombre incógnita, el siete pies con dos remos por brazos al que la calidad siempre le fue esquiva. Más le vale contagiarse de la agresividad del equipo, porque de la seguridad de PJ Brown a su pasividad va un gran trecho.

PRONÓSTICO

Obvia decir que afrontan la temporada como grandes candidatos al anillo, pero existen factores que no convendría olvidar.

Quizá el más importante: la tensión. No es lo mismo afrontar un año con la presión de conseguir el anillo con un gran proyecto y tras 22 años de sequía, que seguir deseándolo cuando ya lo han conseguido. Esta es un arma de doble filo. Pueden caer en la relajación y estar por debajo del nivel esperado o puede quitarles un gran peso de encima y permitirles jugar con más libertad.

El otro, el banquillo. De tener un banquillo con jugadores veteranos y fiables, han pasado a tener un banquillo repleto de incógnitas a excepción de un par de valores seguros. De cómo respondan las novedades dependerá también gran parte del éxito.

jueves, septiembre 25, 2008

La Previa 2008-09. Atlanta Hawks


Los Atlanta Hawks fueron, sin ningún género de dudas, la gran revelación de los últimos Playoff. Sin embargo, tan sólo unos meses después de poner contra las cuerdas a los que posteriormente se proclamarían campeones de la NBA, el panorama luce muy distinto en Georgia. Tanto, que la postemporada vuelve a parecer una utopía.

EL MEJOR SEXTO HOMBRE EJERCIÓ DE PIONERO


Pronto podremos comprobar una vez más la importancia que tiene el sexto hombre en los planes de un equipo. La decisión que tomó Josh Childress de marcharse a hacer ‘las Grecias’ puede ser quedar en el anecdotario y sentar las bases para un futuro desembarco de jugadores norteamericanos de un perfil mayor al que estamos acostumbrados, pero las consecuencias más inmediatas serán las que se vean en el rendimiento de los Hawks.


En Childress, los de Mike Woodson contaban con el que probablemente fuera el mejor sexto hombre (si obviamos la peculiar situación de Ginobili) de la liga, un jugador con una defensa más que decente, muy buenas condiciones a la hora de penetrar hacia canasta y, sobre todo, un ala que sobresalía en el juego de transición, clave en el ataque del equipo.


El recién llegado Rick Sund trató de poner en práctica la habitual estrategia de ofrecer contratos de baja cuantía (por debajo de la Mid-Level) a sus agentes libres restringidos, pero se encontró con una negativa en plano de Childress, que no sólo rechazó el ofrecimiento sino que puso rumbo al Olympiacos.


Su marcha al Pireo, junto al reciente fichaje de Salim Stoudamire por San Antonio, suponen las únicas bajas del equipo este verano. Pero su ausencia es tan sensible, y el trabajo del equipo en las nuevas incorporaciones resulta tan insustancial, que resulta imposible no atisbar un serio varapalo a las aspiraciones del equipo.


Y eso que, paradójicamente, los fichajes más interesantes son los de los hombres llamados a sustituirle. Maurice Evans responde a un perfil similar, más físico y con una destacable actitud defensiva, pero de un nivel menor en lo que a ataque se refiere. Ronald ‘Flip’ Murray camina en sentido opuesto, siendo su labor de microondas en Cleveland y Seattle lo más destacado de su irregular carrera.


Las otras novedades en esta nueva temporada serán las de Thomas Gardner (decente actuación con Chicago… en las ligas de verano) y Randolph Morris y Othello Hunter, dos troncos con los que la franquicia de Georgia trata de tapar su deficiente juego interior.


Verano movidito en Atlanta, al que hay que sumar la renovación de Mike Woodson por dos temporadas más. Poco importa que haya algunos jugadores que no comulgan con él, ni sus dificultades para sacar por fin provecho de una plantilla no falta de talento dentro de la Conferencia Este. La clasificación para la postemporada fue suficiente argumento para mantenerle en el banquillo.


Precisamente uno de los jugadores que peor llevan su relación con el entrenador es Josh Smith, que incluso hizo pública su renuencia a jugar en un equipo que estuviera entrenado por Woodson. ‘Smoove’ sufrió también la “tacañería” de la franquicia a la hora de renovar a sus pilares de futuro. En su caso, aceptó una oferta de los Grizzlies, pero Atlanta no tardó en acudir al derecho de tanteo para igualar el contrato.


Haber perdido a los ‘Joshes’ en su primer verano de trabajo hubiera sido un mal comienzo para Rick Sund.


UN AÑO MÁS, LOS HAWKS PRESENTAN EL MISMO QUINTETO

Después de todo, quizá la mejor noticia con respecto a la última campaña sea que el quinteto permanece invariable. Ante la falta de alternativas, Horford volverá a ocupar el puesto de ‘center’ y Bibby tendrá la oportunidad de empezar con el equipo desde el primer partido.

La llegada de Mike Bibby en febrero, procedente de los Sacramento Kings, fue uno de los aspectos que se juzgaron fundamentales en la persecución de los Playoff. Sin embargo, el juego del base salido de Arizona estuvo por debajo de lo habitual, en correspondencia con su línea descendente de las últimas fechas, fallón en el tiro exterior y obligado a ceder la iniciativa a sus compañeros.


Su recuperación se presenta como una de las esperanzas que albergan los Hawks para suplir la producción de Childress, aunque más importante será poner fin de una vez por todas a las continuas dudas que viene generando el puesto de director de juego en el equipo durante los últimos años.

La comunión que demuestren él y Joe Johnson será clave en el devenir del equipo. El que fuera producto de Arkansas demostró hace ya tiempo que estaba sobradamente capacitado para ser un All-Star. Demasiado talento para ser un segunda espada, pero muy poco en la maleta para ser el líder de un equipo con más aspiraciones más serias que las de meterse en Playoff.

Sobresalió en la serie de siete partidos que le enfrentó a su ex equipo (pocos recuerdan que JJ debutó en liga como jugador de Boston) en primera ronda, y ahora está obligado a mantener el nivel si no quiere que el equipo se resienta.


En las labores de liderazgo se verá secundado nuevamente por un Josh Smith que no deja de crecer. El día que aprenda a atacar y defender sin depender tanto de su físico, no sé qué será de él. Mientras tanto, es indudable que se trata de uno de los mejores jugadores de la liga en lo que jugar por encima del aro se trata, y que su ayuda en el rebote y su intimidación resultan imprescindibles para los de Mike Woodson.

Será momento de comprobar si sus supuestos problemas con el entrenador están olvidados, si aún siguen vigentes o si aquello tan sólo fueron habladurías de una prensa ávida de montar de revuelo.


Más tendrá que demostrar Marvin Williams, sometido al aumento de la lupa desde que fuera elegido por delante de Chris Paul y Deron Williams, dos jugadores que no sólo eran superiores, sino que ocupaban la posición que tantos quebraderos de cabeza ha dado al equipo. El eterno dilema del base que antes comentábamos y que aún no ha encontrado respuesta.


Dicen los que siguen la actualidad del equipo que el que fuera sexto hombre de peso en North Carolina ha trabajado como nunca este verano, que ha mejorado su tiro de tres y que ha incrementado su físico. Siempre hablamos de que la siguiente puede ser su temporada, y lo cierto es que hasta el momento siempre ha ido en línea ascendente, pero bien haría en dejar de depender tanto de su tiro de media distancia, mostrarse más activo en ataque y ser más constante en defensa.


Cierra el círculo una de las más agradables sorpresas que dejó la camada de 2007, Al Horford. El cuerpo técnico de Atlanta tenía previsto dejarle jugar este año como ‘cuatro’, una posición mucho más acorde con su físico, pero la falta de novedades en el frente le mantendrá jugador como pívot del equipo.


No puede decirse, sin embargo, que le haya ido más hasta el momento. Horford se ha desatado como un jugador inteligente en ataque y trabajador bajo el aro en ambos lados de la cancha. Su poderío reboteador y su intensidad atrás son factores de los que los de Georgia no pueden desprenderse.

UN BANQUILLO SIN GRANDES SOLUCIONES

Frente a la estabilidad y el gran nivel que presenta el quinteto titular, llama la atención un banquillo que destaca por la falta de efectivos que puedan mantener el tipo.

Una de las grandes esperanzas en este sentido es Acie Law, jugador que entrará en su segundo año con la necesidad de demostrar todo lo que las lesiones y continuos problemas físicos no le dejaron en su año de debut. De él se espera un base con capacidad anotadora, buen tiro de larga distancia y una distribución de balón al menos aceptable. Un Mike Bibby “in the making”, que dirían los de allá.


No parece que la competencia vaya a ser un gran problema para él. La otra alternativa para la posición de base es Speedy Claxton, al que la negativa a someterse a una operación en su rodilla izquierda le costó un año en blanco. Tal es su situación, que prefirió participar de forma voluntaria en las Ligas de Verano para comprobar su estado de forma.


Dos de las incorporaciones, Ronald Murray y Maurice Evans, se presentan como los hombres de refresco para las alas. El ex de Orlando puede que sea el que más se asemeja al perfil de jugador que ofrecía Childress, en tanto que hablemos de un jugador físico con capacidad para desenvolverse en ambos lados de la cancha. Murray, por su parte, aportará un mayor poder ofensivo desde el banco.


En los relevos interiores, Zaza Pachulia vuelve a ser el recambio más importante. Su entrada permitirá a Horford actuar como ala-pívot. Esa posición, la de ‘cuatro’, será la que más beneficiada se vea por la versatilidad de sus hombres. Tanto el propio dominicano como Williams pueden ocupar esta plaza cuando Josh Smith no está en cancha, lo que supone una mejor solución que la que puedan aportar un Solomon Jones casi inédito o un semi-desconocido Othello Hunter (poco más allá de la Final Four con Ohio State).


Completará el juego interior Randolph Morris, mientras que la rotación exterior permanecerá a la espera de que Mario West, Thomas Gardner o incluso Jeremy Richardson se ganen una plaza en el ‘roster’ final del equipo.


PRONÓSTICO


Puesto que el año pasado se clasificaron para Playoff con un balance de 37 victorias por 45 derrotas, es de esperar que este año cojan vacaciones en abril. La subida de algunos equipos en la Conferencia Este como Indiana, Milwaukee o incluso la posible recuperación de Chicago les obligarán a trabajar más duro si quieren repetir presencia en la postemporada.


La gran serie protagonizada ante Boston (aunque la cara ofrecida en el Garden fue radicalmente distinta a la de los partidos jugados en casa) sólo invitaba al optimismo, pero la marcha de Childress y la falta de grandes novedades les hacen permanecer en esa tierra de nadie que siempre resulta tan incómoda.

Es posible que vuelvan a tener balance negativo. Pero en el Este, hasta eso es suficiente para entrar en Playoff. Pelearán por la última plaza.

miércoles, octubre 24, 2007

La Previa 2007-08. Miami Heat.


De campeones a grandes derrotados. Si las lesiones no tenían ya martirizados a los pívots, fueron a atacar también a la gran estrella del equipo. Demasiado (y demasiados) veteranos y ya con anillo, las fuerzas fueron menos y se vieron sorprendidos en primera ronda un grupo de jóvenes que apunta cada vez más hacia el trono del Este.


Re-encuentros en la tercera fase.

O tercera edad.

De puntillas, sin hacer ruido alguno. Así fue el regreso de Penny Hardaway a la NBA. A diferencia de tantos otros jugadores retirados, lo suyo no apareció en la prensa, algo que concedió más solidez y credibilidad a su retorno. Sin fuegos de artificio. Pat Riley comprobó que su estado físico tras dos años sin jugar (que no sin entrenar) era bueno, y rubricó el contrato, dando de esta forma paso al reencuentro de dos ex compañeros que un día tuvieron el Este en sus manos (aunque con asterisco).

En el draft se decantaron por una de las grandes decepciones del año universitario, Daequan Cook. Irregular hasta la extenuación y discreto en el mejor de los casos, al menos fue inteligente y se presentó este año, puesto que era el único en el que tenía opciones de salir en primera ronda.

Después trataron en vano de contratar a Maurice Williams, Steve Francis y, más recientemente Charlie Bell. Es curioso cómo la palabra "fracaso" es capaz de describir la temporada anterior, la venidera y todo cuanto ha acontecido entre ellas. Tras las dos primeras negativas, se decidieron por fichar a Smush Parker, al que Phil Jackson se encargó de recuperar para el baloncesto.

El capítulo de renovaciones lo cerraron mi queridísimo Alexander Johnson (prometo no meterme con él durante unos días) y un sinfín de morralla que va desde el diminuto Brian Chase hasta Devin Green (del filial de los Lakers en la NBDL), pasando por Marcus Slaughter y Jeremy Richardson (ni siquiera los Hawks y los Blazers le quisieron el año pasado).

Todo ello para contrarrestrar el rosario de bajas que ha vivido la franquicia este verano. Jason Kapono firmó el contrato de su vida (Dios sabe si será capaz de hacer méritos para justificarlo) con los Raptors, James Posey marchó a la tierra prometida de los Celtics, para ayudar a hacer el trabajo sucio del Big Three, Eddie Jones puso pies en polvorosa con destino Dallas y Gary Payton debe estar pensando en ya en la retirada.

Sólo cambiar lo obligado.

La llegada de Smush Parker no es algo que haga peligrar el puesto de cualquier base, aunque sí debe serlo el hecho de que la franquicia haya tenido como principales objetivos este verano a 3 bases. Aún con todo, Jason Williams seguirá siendo el poseedor de tan preciado privilegio. Nunca será el mismo que levantaba expectación con cada pase y a buen seguro que se perderá sus acostumbrados 20 partidos por culpa de las rodillas, pero tampoco le hará falta mucha salud para subir el balón del punto A al putno B y esperar pacientemente a que saquen algún balón para él.

Eso pasa cuando tienes a Dwyane Wade en tu equipo, que no todo iba a ser bueno. La temporada pasada las lesiones llamaron a su puerta, le vimos llorar y le vimos retirarse en silla de ruedas con el hombro colgando. Este verano se sometió a una operación para repararlo y como consecuencia se perderá el primer mes de competición. Si los Heat quieren volver a ser algo, le necesitan sano.

Una situación tan desoladora tenía que tener su lado positivo, y ése no será otro que Dorell Wright. El año pasado comenzó la temporada de titular y durante aquellos primeros compases no lo hizo nada mal, manteniéndose activo (y efectivo) en ambos lados de la cancha. La salida de James Posey le permite acceder a este puesto, aunque tiene que demostrar que es capaz de anotar desde el exterior, más allá de dejar grandes jugadas para la galería.

El que contrasta entre tanto lisiado y tanta irregularidad es Udonis Haslem. El trabajador por excelencia. En ataque su aportación es testimonial, pero en defensa su intensidad para el rebote y los rivales resulta impagable. Como impagable sería que dejara de una vez quieto el puñetero protector bucal.

Con el final de su carrera cada vez más cercano, Shaquille O'Neal sigue generando ventajas para sus compañeros. Si no se pierde muchos partidos por lesión, se los perderá para descansar, sean cuales sean las demás opciones que tenga el equipo por detrás de él. Dosificarse es la mejor medicina a estas alturas para llegar en forma al tramo importante. Aunque de nada sirve si el equipo llega sin opciones.

Rebuscando entre la nada.

Riñón a cuestas incluidom Zo sigue siendo el jugador más potable que tiene Riley a su lado en el banquillo. En las labores defensivas, mantiene un nivel notable, mientras que en ataque continúa siendo imparable en las cercanías del aro. La vela se va consumiendo poco a poco, pero mientras haya luz hay esperanza. Sabe lo que tiene y juega por el mejor placer de jugar, por lo que aún estará en disposición de ayudar.

La vieja guardia se completa con el regreso de Penny Hardaway. Riley dio el visto bueno a su físico, pero las perspectivas de arruinar la excelente imagen que queda en el recuerdo de los partidos clásicos (algunos no tuvimos la suerte de verlo a su debido momento), infunde respeto al más pintado. No tiene contrato garantizado, así que deberá ganárselo durante la temporada... si es que la empieza.

El físico que no recibió el aprobado del entrenador fue el de Antoine Walker. A estas alturas de la vida, resulta irónico que alguien le reproche a Fatoine estar pasado de peso. ¿Dónde estuvo el listón de Riley estos dos últimos años para que le dejara jugar? Si ya el año pasado también le dieron la amonestación y más tarde le indultaron, ¿Cómo demonios llegó? Lo que hace la necesidad. Alero o ala-pívot de mentira, lo único que está claro es que no se acercará a más de 6 metros del aro.

Al final Smush Parker acabará pareciendo un jugador a la altura. Este año le veremos enchufar de tres. Ya se sabe: con huecos todo es posible. Y si no los hay, Chris Quinn ya encontrará alguno por el que meterse. Total, este año estará "crecio" por no haber sido el más bajo de la plantilla. Porque no es lo mismo tener a Shaq dentro que tener a Michael Doleac, por oficio que éste ponga.

Con esta situación, es posible que hasta Cook acabe teniendo minutos, pese a su condición de novato.

Previsión.

El año pasado ya tuvieron muchos problemas. Esta temporada son un año más viejos (decir veteranos sería ya poco preciso) y los problemas de lesiones parecen no haber remitido y atacan desde el principio.

A ello hay que sumar la fuga en las alas, donde han perdido a dos jugadores sólidos y sólo han fichado a un jugador que llevaba desde noviembre de 2005 sin jugar.

No sería una sorpresa que se quedaran sin Playoff.

La Previa 2007-08. Memphis Grizzlies.


Pau, recién coronado campeón del Mundo pero fuera los primeros meses, Battier peleando por algo más serio en los Rockets y Eddie Jones en horas muy bajas. En nochevieja ya había entrenador nuevo, que cumplió a la perfección su cometido de luchar por ser el peor equipo de la liga. Pero la suerte perdió su partida con la justicia en el sorteo de las bolas de ping pong.

A falta de Oden, buenos son Conley's.


Verano muy, muy movido en Tennessee, aunque lo que más centrara nuestra atención fuera Juan Carlos Navarro.


Los Grizzlies cerraron un gran traspaso con Washington, consiguieron los derechos de la "Bomba" a precio de saldo. El contrato que firmó, sin embargo, es ínfimo, por lo que deberá luchar con uñas y dientes durante esta temporada para ganarse una sustanciosa renovación el verano que viene.


El que sí tiene ya el futuro resuelto es Darko Milicic. Por problemas económicos (el descalabro de Rashard Lewis), los Magic desecharon el derecho de tanto sobre el serbio, y éste fue libre para firmar por Memphis. 7 kilos por temporada tuvieron la culpa, aunque con el precio que alcanza el pan cada vez que este chico abre la boca, igual el pobre llega justo a fin de mes.

La otra incorporación de renombre fue la de Mike Conley. El intento de hacerse conuno de los dos primeros números del draft resultó ser un fracaso, por lo que cerrada la opción de Oden/Durant y perdido Al Horford, se lanzaron a por el compañero del número 1 en detrimento de los interiores que aún quedaban libres. Opción sorprendente dadas las otras opciones del equipo para la posición de base y la debilidad interior. El tiempo dirá.

Con menos cartel, llegaron también a "Territorio Elvis" Casey Jacobsen, tras su paso triunfal por Alemania, y Andre Brown, otro que ha triunfado en las alcantarillas y que, en su caso, aportará entre poco y nada al equipo.

Los que abandonaron el barco, no pueden quejarse del cambio. Alexander Johnson compartirá zona con Shaquille O'Neal, Chucky Atkins juego interior con Iveron y Melo Anthony, y Dahntay Jones plantilla con el flamante trío de Boston. Lawrence Roberts y Jake Tsakalidis, jugarán en Europa.


Mismos protagonistas. ¿Mismo final?

Tras perderse el inicio de la pasada campaña por culpa de la lesión en semifinales del Mundial y encontrarse a su vuelta con un equipo ya deshauciado antes de empezar a comer los turrones (a Fratello se le atragantaron), este año Pau podrá redimirse desde el primer partido. Tanto él como la franquicia, esperan que el peso del equipo se reparta más entre el resto de la plantilla, lo cual sería el mejor signo de que las cosas están mejorando.

La fuga de gente como Kevin Garnett, Zach Randolph o Rashard Lewis, así como la lesión de larga duración de Elton Brand, le reabren el camino hacia el All-Star.


La otra espalda sobre la que recayó en exceso el juego del equipo fue en la de Mike Miller, que a falta de un base sano o, en su defecto, un base que estuviera en condiciones, sacó a relucir lo mejor de su repertorio a la hora de repartir juego. Él más que nadie notará la llegada de Juan Carlos Navarro.

Y su responsabilidad agradecerá que Rudy Gay dé ese salto de calidad que tanto se espera. Como solemos decir siempre, condiciones no le faltan, y parece "fabricado" para jugar al baloncesto, pero su capacidad innata para borrarse de los partidos le impide certificar su categoría.


El resto de componentes de la alineación titular permanecen como incógnita, aunque tirando del perfil "conservador" que ha mostrado Iavaroni en los partidos de pretemporada, Stromile Swift y Damon Stoudamire parten como favoritos para los primeros partidos.

La Tortuga Ninja, por escabroso que parezca, es a día de hoy el jugador interior más sólido (Pau a parte) que tienen los Grizzlies en plantilla, y añade la dosis de atletismo y peligro en las cercanías del aro necesarias para complementar a Gasol.


Superratón parte con la ventaja que le da su veteranía con respecto a Conley y Lowry. Su pretemporada no es para tirar cohetes y el año pasado la edad comenzó a notarse de forma considerable, por lo que su privilegio durará muy poco.

Y por fin le llamaron banquillo.

Porque la temporada pasada poco había a lo que llamar suplente. El que lo era, lo era por profesión y no por castigo. Aún siguen sin echar cohetes, pero la situación ha mejorado sustancialmente.

Lo primero que salta a la vista, es la pareja de bases que presentan. Si todo se cumple según lo previsto, Mike Conley y Kyle Lowry serán quienes luchen por el puesto de titular. Mientras uno recupera el ritmo, y otro se adapta a la liga, la suplencia será su casa.

El comienzo que tuvo Lowry la temporada pasada prometió grandes cosas, pero una inoportuna lesión en la mano le apartó de los terrenos de juego para toda la temporada. Este año tiene que empezar casi desde cero, confirmando las gratas impresiones que generó en los primeros partidos. Mike Conley, por su parte, deberá acostumbrarse a conocer la vida sin Greg Oden en su equipo. Será la primera vez en su vida que lo haga, aunque podrá contar con la inestimable presencia de otro pívot de grandes vuelos a su lado.

Otro que tendrá que adaptarse será Juan Carlos Navarro, aunque a ciertas edades eso no pasa de ser un mero trámite. "Instant Grits", como ahora le llaman, ha gozado ya de grandes actuaciones esta temporada y, como era de esperar, la distancia del triple NBA tampoco le supone un quebradero de cabeza. Parte con el handicap de tener por delante a Mike Miller y Rudy, que consumirán gran parte de los minutos en las alas, pero el primer recambio para ellos será él.

Y no Tarence Kinsey, que tiene que demostrar si lo de finales de la temporada pasada fue un espejismo con maquillaje estadísitico o si de verdad puede ser alguien en la liga. O se queda en un suplente más de los cientos que hay. Mucho tendrá que pelear Casey Jacobsen para hacerse un hueco en la rotación.

Mucho menos tendrán que hacerlo Hakim Warrick y Darko Milicic. Como aparece arriba, Warrick es mi favorito (y el de cualquiera que haga uso de la lógica) para el puesto de ala-pívot. Sin embargo, vista la mala pretemporada que está teniendo, Iavaroni se ha decantado por Stromile Swift de momento. Comerle minutos no debe suponer un gran quebradero de cabeza para el de Syracuse.

También le sobrarán minutos a Darko Milicic. Aunque cómo los aproveche será otro tema del que hablar. Nada más llegar a Orlando dio la sensación de poder ser un muy buen pívot. Y como tal actuó. Pero la pólvora quedó empapada el año pasado, y poco se vio del Darko hambriento de sus primeros partidos en Florida. Cobrar 7 millones, no ayudará a recuperar el poco hambre que ha tenido, aunque los Grizzlies le necesitan como nunca.

Previsión.

Es innegable que la plantilla ha mejorado, pero las sensaciones de cara a la nueva temporada no son todo lo halagüeñas que podrían.

Los Playoff han vuelto a encarecerse en estos años, y aunque podrían entrar en el grupo que luche por las últimas plazas, las 40 victorias aparecen como su tope.

Si Milicic respondiera, Gay creciera y Conley se adaptara rápido, las posibilidades serían reales, pero hasta que eso ocurra, en abril seguirá acabándose el calendario.

La Previa 2007-08. Los Angeles Lakers.


Por segundo año consecutivo, los lacustres quedaron eliminados de Playoff en primera ronda por los Phoenix Suns, aunque en esta ocasión sin poder oponer tanta resistencia como lograron hacerlo en 2006. Pasará al "recuerdo" como el año en que Kobe pasó en 9 ocasiones de la cincuentena de puntos (como si ya fuera noticia) y en el que Luke Walton se destapó como jugador.

Desojando la margarita.

Cmomo no podía ser de otra forma, el verano de las indecisiones continúa sin final cierto.

Ahora quiero irme, ahora hablo con Phil y me quedo, ahora rajo de mis compañeros en un video y ahora sigo sin cerrar la puerta. Aún hoy continúan saliendo rumores del más que posible descontento de Kobe con la franquicia (cada vez más comprensible), y aún hoy nada se ha decidido, aunque los rumores de traspaso carecen ya de fundamento.

La mejor noticia debió ser sin duda alguna el retorno de Derek Fisher, un miembro de la vieja guardia, aunque seguro que, al igual que todos, hubiera deseado que los motivos que le llevaron de vuelta a Hollywood hubieran sido otros.

En en draft, la primera ronda fue empleada en Javaris Crittenton, uno de los que apunta a ser sorpresa de la primera ronda. Su corta edad, no obstante, puede perjudicar sus oportunidades deurante su temporada de debut. En segunda, los derechos de un chino (ya rajé lo suficiente sobre él en su día) y de Marc Gasol, que sigue creciendo partido a partido en Girona.

Completó el capítulo de novedades Coby Karl, hijo del entrenador de los Denver Nuggets, un hombre que puede pasar sin pena ni gloria por la franquicia como lo hicieron Shammond Williams (Pamesa Valencia), Aaron McKie (técnico asistente de los Sixers) o Smush Parker (hereje exiliado al bando de Big Poppa).

Las renovaciones, por último, fueron menos jugosas de lo esperado. Luke Walton cobrará menos que Jason Kapono (¡¡...!!) y Chris Mihm sufrió en su nuevo contrato los inconvenientes de ser un injury prone.
Lucky Kobe y los hermanos Dalton.

Un año más, Kobe y compañía. Aunque para este año, el "supporting cast" ha tomado mejor cara.


La frustración de tener a Mitch Kupchak de General Manager debe desgastar hasta al más pintado. Como tantos otros, Kobe Bryant va viendo cómo entra en la treintena sumido en un equipo de media tabla, sin más aspiraciones que pasar una ronda de Playoff. Si a eso le suma el hecho de ser uno de los mejores jugadores de la última década y haber sido parte muy importante de una Dinastía, el malestar se multiplica.

Secundando de nuevo estará Lamar Odom, sempiterno acusado de no dar de sí todo lo que es capaz. Quizá va siendo hora de acpetar a sus 28 años que su techo está aquí. Un cuatro con clase, visión de juego y capacidad anotadora más que aceptable para tratarse de un segunda espada. Forma con Walton una pareja de aleros sólidos e inteligentes en ataque, capaces de generar múltiples opciones para sus compañeros. Lástima que el hijo de Big Read Head no anote con mayor soltura.


La incorporación de Fisher puede ser mucho más importante de lo que en en principio parece. Un base ya acostumbrado a jugar con Phil Jackson y que multiplica las prestaciones en ataque (sobre todo en el tiro) que ofrecía Smush Parker.


Pero la gran diferencia la marcará lo que sea capaz de hacer o no Andrew Bynum, en tanto que atendamos a la importancia de tener un sólo interior solvente. Este verano recibió un dardo envenenado de Kobe, aunque no es la primera vez que se cuestiona su capacidad de trabajo.

Su mentalidad también entra en juego, pues hubo una diferencia abismal entre el Bynum titular y el que se veía abocado a salir desde en banco.
Este año, se puede vivir una historia inverse a la de la temporada pasada. El que empezará como titular será Ronny Turiaf, pero si Bynum responde como es debido, acabará saliendo de inicio.

Poco que rascar.

El puzzle interior se completa con Kwame Brown y Chris Mihm. El archiconocido como número uno más que como jugador, se presenta cada pretemporada con mejor físico, pero el talento y la cabeza siguen sin hacer acto de aparición. Queda al menos el consuelo de que con el tiempo pueda convertirse en un interior sólido para el equipo. Este año termina contrato, por lo que es posible que volvamos a verle apuntar cosas que a la temporada siguiente no se cumplirán. El segundo, Mihm, ha pasado de titular decente a titular indiscutible en la enfermería. Recuperarle sería una gran noticia, pero hay tantos que caen y no vuelven...

Amenazando desde lejos seguirá estando el increíble caso del gemelo blanco y el gemelo negro. Intensidad justa y tiro como única arma fiable. Brian Cook y Vladimir Radmanovic podrían pasar por hermanos y nadie notaría la diferencia de no ser por el dorsal. Al menos al serbio ya se le habrán quitado las ganas de hacer snowboard. Todo lo contrario es lo que aporta Maurice Evans. Capacidad atlética superior, fuerza atrás y anotación tan sólo en las cercanías del aro.

Las razones para el optimismo se encuentran, paradójicamente, en la misma posición. La de base. De Jordan Farmar se ha escrito durante este verano que ha llegado a un nivel muy superior al que se le pudo ver durante su temporada rookie. El año pasado contó con el beneplácito del entrenador y este año, de confirmarse los rumores, tendrá mucho más protagonismo en el equipo.

Si lo suyo es la dirección, lo de Javaris Crittenton es la anotación. No en vano, la dirección del ex de Georgia Tech podría calificarse como poco menos que caótica. Un gran penetrador, con muy buen manejo de balón, que deberá trabajar en su tiro exterior si quiere tener minutos en su primer año.

En el anecdotario quedan las palabras de Sasha Vujacic, que el otro día comentó que éste sería su año. Criatura...


Previsión.

Una vez más, vuelven a tener los Playoff en su mano.

La llegada de Fisher, el crecimiento de Walton y el que puedan tener Andrew Bynum y Jordan Farmar, junto con la continuidad de Lamar Odom, deberán descargar de peso a Kobe, que ante la imposibilidad de conseguir el anillo en los Lakers, cada vez se ha centrado más en luchar por el premio que siempre se le resiste, el de MVP.

No deben tener problemas para llevarse la primera plaza de la postemporada, detrás de las seis que todos tenemos en mente.

martes, octubre 23, 2007

La Previa 2007-08. Los Angeles Clippers.


La temporada pasada estuvo marcada por la terrible lesión de Shaun Livingston, que dejó la posición de base desnuda y mal cuerpo a todos nosotros. Cassell también atravesó problemas físicos y el equipo encontró problemas para buscar un buen recambio para ellos (descanso para uno y sustituto para otro). La situación se tradujo en más derrotas de lo esperado a finales de temporada, que les impidieron clasificarse para la postemporada en el último suspiro.

Hasta luego, Aquiles.


A pesar del buen trabajo de los Clippers en los despachos, la noticia está en el tendón de Aquiles. O de Brand. La grave lesión que sufrió el ala-pívot mientras entrenaba en el gimnasion este verano, le mantendrá apartado del parqué hasta el parón del All-Star.

Por fortuna para la franquicia, antes de la noticia había llegado la solución: Al Thornton, un novato entre comillas, dada su edad. Se le sabía preparado para aportar desde el primer momento al juego del equipo, perlo que no esperaba (ni deseaba) es que le fueran a necesitar tan pronto. Por el momento, está disfrutando de una muy buena pretemporada, aunque de haberlo sabido, quizá la franquicia no hubiera dejado marchar a James Singleton (ahora lesionado para toda la temporada ACB).

Para cubrir otra baja de larga duración (aunque lamentablemente viene de más lejos), la de Shaun Livingston, los californianos también se pusieron manos a la obra. Tras la marcha de los Daniel Ewing, Jason Hart y Will Conroy, la principal adquisición fue la de Brevin Knight, cortado por los Bobcats en busca de mayores retos. A él se suman las adquisiciones de Dan Dickau (cortado por los Knicks) y su segunda ronda de 2006, Guillermo Díaz, que lucharán con Josh Powell por el último puesto de la plantilla.

En lo que restaba de verano, los Clippers llevaron a cabo otra interesante operación. Y no, no es la sorprendente renovación de Yaroslav Korolev, sino la contratación de Ruben Patterson, que vive un dorado final de carrera y podrá enseñarle el oficio a Quinton Ross.
Perros sin dueño.

Tarde o temprano los años acaban pesando, y el año pasado ya pudimos ver sus efectos en el incombustible Sam Cassell, uno de esos jugadores peor considerados de lo que deberían. Pero la nueva lesión de Shaun Livingston y, por qué no, el nivel en el que aún se mueve, le permiten seguir al pie del cañón con status de titular.

Cuttino Mobley vivió durante este verano la incertidumbre de poder volver a reunirse con Steve Francis, su inseparable amigo. Frustado el reencuentro, sólo resta seguir su camino como clipper en solitario. Cat asume la veteranía de buen grado y sigue siendo un gran aporte ofensivo para el equipo, algo que será de agradecer aún más este año con la baja de Elton Brand.

Pero el que llevará las manijas del ataque será Corey Maggette, uno de los jugadores que más faltas personales provoca en toda la liga. Hercúleo de complexión física, esta condición le permite entrar a canasta sin el menor de los miedos, aunque también se muestra consistente desde la media distancia (pese a prodigarse menos).

El otro gran beneficiado de la situación de Brand será Al Thornton. El de Florida State llegaba como rookie con minutos y muy probablemente termine de titular hasta que la gran estrella del equipo regrese. Suple su falta de altura con potencia, de la que se sirve para finalizar en las cercanías del aro, aunque también se encuentra muy cómodo en la media distancia.

Cierra el quinteto Chris Kaman, a.k.a. "el hombre al que Reggie Evans agarró de los huevos". Irregular como su estilo a la hora de peinar, deberá llevar sobre su espalda gran parte del peso reboteador del equipo.

Veteranos de la mano.

El banquillo, hasta el regreso de los caídos, presenta un aspecto sólido, aunque puede que insuficiente. Conjuga veteranos de rendimiento fiable con jóvenes de buena planta.

Tras su más que sorprendente rendimiento en Charlotte, Brevin Knight abandonó la franquicia más joven para recalar en un equipo con aspiraciones algo más serias, pero fue casi al mismo tiempo de firma cuando el tendón de aquiles de Brand dijo basta. Formará con "Sam I Am" una impagable pareja de bases veteranos.

Patterson, por su parte, se despidió de su anterior contrato con un gran año aprovechando la baja en Milwaukee de, precisamente, un ex Clipper, Bobby Simmons. Los años pasan, pero sigue en plena forma. Cuando coincida en el campo con Thornton, la defensa de los 'cuatros' rivales será cosa suya, aunque también deberá ocuparse de guiar a Quinton Ross en el oficio de alero defensivo.

De la parte ofensiva se encargará Tim Thomas, establecido ya como suplente de garantías. Junto a él, Paul Davis, pívot de Michigan State que el año pasado apenas pudo disfrutar de minutos y que este año se encuentra ante la gran oportunidad de reivindicarse.

Previsión.

La lesión de Elton Brand para gran parte de la temporada (en el mejor de los casos sólo disputará dos meses y medio de temporada regular) les aparta de la lucha que tuvieron el año pasado por la última plaza que da derecho a Playoff.

No obstante, si los veteranos responden como deben y Al Thornton demuestra que lo de esta pretemporada no está siendo un objetivo, pueden llegar al All-Star break con opciones de clasificarse. Una vez allí, con Brand de vuelta, la historia puede ser otra.

Mientras tanto, equipo de 35 victorias.