Más que una noticia, es la confirmación oficial de algo que ya sabíamos todos. Desde esta tarde, Rudy Fernández ya tiene firmado su primer contrato como jugador NBA.
Ha pasado ya un año desde que Rudy fuera elegido en el draft por los Phoenix Suns. Aquella misma noche, Kevin Pritchard adquirió sus derechos (junto con James Jones, el extraño caso del alero que no aprovechó la presencia de Steve Nash) a cambio de las famosas 'cash considerations', que en estos casos suelen rondar los 2-3 millones de dólares.
Se repetía de esta forma la historia de 2006, cuando nuevamente Portland compraba la ronda de los Suns para hacerse con los derechos de un jugador español. En aquella ocasión, fue el turno de Sergio Rodríguez, su socio en las conexiones aéreas de la selección española.
Su salario, según la 'rookie scale' estaría situado en torno a los tres millones de dólares por las tres temporadas, con opción a un cuarto que rondaría los 1.750.000 dólares y una Qualifying Offer que ascendería hasta los 2.750.000. Condiciones económicas irrisorias si lo comparamos con lo que podría haber recibido en Europa (sólo la próxima temporada habría ganado lo mismo que en sus tres primeros años en la NBA), pero al fin y al cabo ya se ha encargado de afirmar que su objetivo es jugar en la NBA y, ahora mismo, lo económico no es su principal preocupación.
Quizá ese motivo de desvelo debería ser el deportivo. Portland cuenta en la posición de base con Brandon Roy y, si en algún momento, pudimos albergar la esperanza de que el Rookie del Año 2007 pasara a ocupar el puesto de base (función que al fin y al cabo, no sólo puede cumplir, sino que de hecho desempeña en ocasiones), la llegada en la noche del draft de Jerryd Bayless, el abanico se va cerrando.
Tener a uno de los mejores General Managers de la liga también tenía que tener su lado negativo. Y es que parece que Pritchard no sabe pasar una noche del draft sin dar la sorpresa. Todo ello sin contar con Martell Webster y Travis Outlaw.
Ofensivamente está a la altura, y defensivamente lo que sufra por físico podrá compensarlo con velocidad. Dependerá, pues, de la importancia que se conceda a sus últimos años a este lado del charco y una experiencia internacional de la que pocos pueden presumir (tras los Juegos Olímpicos de Pekín, serán cinco grandes citas las que acumule con España).
Lo que debe evitarse, ante todo, es el escepticismo que parece envolver desde aquí a Nate McMillan. Al fin y al cabo, la actuación de Portland con él al frente está siendo impecable.
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