Antes de dar la gran sorpresa del verano, fue necesario hacer un pequeño intercambio, absolutamente irrelevante, pero imprescindible para afrontar las condiciones económicas que exigía la oferta sobre Elton Brand. Los Philadelphia 76ers enviaron a Rodney Carney, Calvin Booth y una primera ronda de Utah a cambio de una segunda ronda. Por el camino, los de Pennsylvania liberaron 3 millones de dólares.
El sacrificio no debe resultar traumático para nadie, salvo para las familias de los jugadores implicados. Philadelphia se deshace de dos jugadores que ni utilizó, ni tenía intención de hacerlo en el futuro, como tampoco lo harán los Sixers.
Porque no nos engañemos, Rodney Carney no ha demostrado nada en la liga. Nada que no fuera ser un excepcional atleta. Como tantos otros. Un alero sin tiro y con muy poco que ofrecer a sus compañeros. Un anotador cuestionable al que sólo su juventud y sus buenas piernas le salvarán de la quema durante unos años. No en vano, el papel que pueda jugar en los Timberwolves se antoja también muy limitado.
Las alas pertenecen por derecho propio a Mike Miller y Corey Brewer, mientras que Rashad McCants será parte muy importante en esa rotación. Con dos grandes tiradores y un extraordinario defensor, Carney no tiene nada de lo que los Wolves no puedan disponer. Sólo nuevos problemas físicos del ex de North Carolina podrían abrirle hueco.
Por su parte, Calvin Booth tuvo aún menos protagonismo en un juego interior tan desolador como el de Philadelphia. Nada hace pensar que su situación vaya a mejorar, teniendo Minnesota una de las parejas interiores más prometedores, con toda una realidad como Al Jefferson (aún en proceso de madurez) y Kevin Love, del que quienes le han seguido con atención hablan maravillas. A ello hay que sumar a Ryan Gomes (que también ocupará minutos de alero) y Craig Smith.
Mientras tanto, la primera ronda (que originalmente pertenecía a Utah Jazz) presenta una serie de restricciones para los años venideros. En 2009, la ronda debería ser inferior al puesto 22. En 2010, a la posición 17. En 2011, al número 15. Y en 2012 y 2013, al número 16. Esto es, en ningún caso (al menos hasta 2014), Philadephia perderá esta ronda en caso de estar en puestos de lotería. Y, puesto que no parece probable que Utah se quede se quede fuer de los Playoff, puede que conserven esta primera ronda hasta el lejano 2014.
Si los salarios no cuadran, ¿Cómo fue entonces posible llevar a cabo este traspaso? Muy sencillo. Los Minnesota Timberwolves conservaban una Trade Exception de 2.8 millones de dólares, que consiguieron cuando mandaron a Ricky Davis y a Michael Doleac a los Miami Heat durante la pasada temporada.
De esta forma, los Sixers lograban la comodidad salarial suficiente para afrontar la macro-operación que tenían entre manos.
Pero los Timberwolves obtienen también beneficio de este traspaso, más allá del evidente. Desde el citado traspaso orquestado con los Miami Heat, Kevin McHale ha afrontado con más acierto del esperado (el apodo de McFail no se gana de un día para otro) la tarea de arreglar la complicada situación salarial por la que atravesaba el equipo.
De aquel traspaso, en el que lograron deshacerse del embarazoso contrato de Mark Blount, no queda a día de hoy nadie en Minneapolis. Mientras que Wayne Simien ha desaparecido del mapa baloncestístico, y Michael Doleac ha terminado contrato, Antoine Walker hizo las maletas en la noche del draft para poner rumbo a Memphis, en otra operación destinada (oh, bendita sorpresa) a aligerar el contundente payroll que había en Minnesota.
En aquel traspaso, que giró en torno al intercambio entre OJ Mayo y Kevin Love, los Timberwolves lograron también acomodar el futuro económico de la franquicia. Así, se deshicieron del mencionado 'Kentucky Fat Chicken', Greg Buckner y de Marko Jaric (todos con contrato en vigor hasta 2011), recibiendo a cambio a Jason Collins (será agente libre en 2009) y Mike Miller y Brian Cardinal (finalizan en 2010).
Traducido al cristinano, sólo en este último movimiento, McHale ahorrará a la franquicia 25 millones de dólares (de los 63 que suman para las 3 próximas temporadas entre Walker, Jaric y Bucker a los 38 entre Collins, Miller y Cardinal). Tanto ha mejorado la situación salarial de Minnesota que, a día de hoy, afrontarían el verano de 2010 con sólo 4 jugadores con contrato en vigor: Al Jefferson, Randy Foye, Corey Brewer y Kevin Love, los que se suponen pilares del futuro de la franquicia.
Así pues, gran traspaso para los dos, que mejora el presente de unos y aclara el futuro de otros.
3 comentarios:
Que dices que los Sixers no utilizaban a Carney si los últimos partidos rondó los 25 por partido . Y fue uno de los mejores tiradores de 3 de los Sixers .
Considero que lo utilizaron más por necesidad que por otra cosa. Hasta que no traspasaron a Korver, no disfrutó de minutos y, cuando lo hizo, no destacó.
Sobre los triples, creo que no es más que un tirador ocasional. No tiene el triple como recurso, sino como algo muy puntual en lo que, dicho sea de paso, tampoco tiene un acierto destacable.
No creo que los Sixers pierdan nada que vayan a echar de menos, ni los Wolves a alguien que vaya a solucionar su futuro.
Seguirá teniendo oportunidades, porque tiene muy buen físico y aún es joven, pero le queda mucho por aprender.
Un saludo.
Dicho así estoy más de acuerdo contigo.
Lo has escrito mal y deberías corregirlo.
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