Incluso cuando hace lo correcto.
Pese a todo lo que criticable que pueda parecer el traspaso de uno de los mejores jugadores de la liga, y de forma independiente a lo que se haya recibido a cambio, el traspaso de Garnett se antojaba desde hacía tiempo inevitable. Una decisión impopular como poca, pero necesaria como muchas. Quizá por ello fuera Kevin McHale quien se decidiera a hacerlo, para ahorrar malos tragos al próximo GM.
La etapa de Kevin Garnett en Minnesota no podría aspirar a cotas más altas de las que ha peleado durante las últimas 12 temporadas (en las que sólo una vez ha pasado de primera ronda) y su continuidad en una franquicia con un futuro poco claro hubiera carecido del más mínimo sentido por ambas partes.
Hasta 5 jugadores y 2 primeras rondas han logrado sacar a cambio. Juventud en unos, sanidad económica en otros e incertidumbre en otros tantos. El traspaso fue planteado como un intercambio entre Al Jefferson y Kevin Garnett, resolviendo la notable diferencia entre ambos jugadores a base de "relleno".
Al Jefferson llega de la temporada que todos estábamos esperando desde su debut, el año en que convirtiera en efectivas todas esas maneras que durante los dos años anteriores había apuntado. Tanto es así que, en un equipo totalmente defenestrado, se convirtió en uno de los jugadores más efectivos al poste bajo de la liga en ataque. Anotación a raudales merced a un juego de pies en crecimiento y ese característico tiro a una mano, y seguridad reboteadora, en ese mismo equipo que vagaba de derrota en derrota. Regresó Paul Pierce y le concedió la guinda: confianza. Balones adentro y dejar que resuelva. No pocas estrellas deberían tomar ejemplo.
Que resuelva y que se crezca. Tanto lo hico durante este año que jugó durante gran parte de la temporada como 'cinco'. Tanto lo ha hecho que espera un contrato no menor a los 10 millones de dólares. Harían bien en dárselo si no quieren perderlo, pues no serían pocas las franquicias que le extenderían la chequera. Este hecho, el de tener que renovarlo tan pronto, ha suscitado tímidas críticas, pero se trata de un gran valor de futuro y como tal habrá que pagarlo. Los Timberwolves tienen hasta octubre para hacerlo si no le quieren ver el verano que viene en la agencia libre.
Ryan Gomes es, por su parte, uno de esos jugadores que llaman "de equipo" (existen, ciertamente), uno de los que reciben especial bendición por parte del entrenador. Pequeño para la posición de 'cuatro' y algo lento y sin un gran tiro para la de 'tres', puede jugar, sin embargo, en ambas posiciones con buenos resultados. Un hombre de sacrificio, lucha y brega, buen reboteador, defensor aceptable y con capacidad (y experiencia) para echar una buena mano en la anotación cuando el resto de sus compañeros no tenga un buen día. Su margen de mejora (escaso), le convierte en un jugador poco apropiado para lo que se suponía una reconstrucción, pero su valor de presente le sitúa como el mejor jugador del traspaso detrás de los dos que han conformado el núcleo de la operación. También deberá renovar de cara al año que viene.
Gerald Green es la primera de las dos grandes incertidumbres. Un anotador que durante esta temporada ha mejorado notablemente su lanzamiento de larga distancia, pero al que resta aún mucho por mejorar. Que lo haga o no depende de su intención y de las oportunidades que reciba en su nuevo equipo. Llega a una plantilla con más jugadores jóvenes en las alas pero de una experiencia visiblemente mayor, por lo que deberá luchar para hacerse con un hueco. Su crecimiento podría paliar la descompensación del traspaso.
Sebastian Telfair se debate entre el baloncesto y los problemas extradeportivos. El shoot-first point guard sin tiro se ha metido en problemas que van desde la posesión de armas hasta el tiroteo del rapero Fabolous. Danny Ainge tuvo intención de retirarle de la disciplina de Boston y ahora en Minnesota encuentra uan nueva oportunidad. Con Troy Hudson finiquitado y Marko Jaric inestable como de costumbre, podría encontrar un hueco como suplente.
A Theo Ratliff hace tiempo que la espalda no le deja jugar regularmente. Acaba contrato en 2008 y podría entrar en algún traspaso comenzada la temporada. De lo contrario, esos mismos 10 millones de dólares podrían ser los mismos que cobrara Al Jefferson en su nuevo contrato.
El hecho de que las rondas del draft recibidas sean de 2009 en lugar de inmediatas, despejan la idea de una reconstrucción (al menos ortodoxa), algo que ya empezó a fraguarse desde el mismo momento que terminó el draft sin novedad alguna.
Si los preceptos del comienzo de una reconstrucción son los jugadores jóvenes con futuro, la liberación de salarios y las rondas del draft, podríamos decir que los objetivos se han cumplido de forma deficiente.
Reciben jugadores jóvenes, pero sólo 1 de ellos parece un valor seguro.
Liberan salarios, pero esos 10 millones quedarán comprometidos en cuestión de dos meses. Precisamente, con la renovación de ese único joven.
Reciben rondas, pero no lo harán hasta 2009.
En términos generales, y viendo casos anteriores de superestrellas traspasadas, no es un mal traspaso, pero si lo pretendido era una reconstrucción, el acierto no es que haya sido sobresaliente.
Un movimiento inevitable con el que Kevin McHale se acerca un poco más al despido y afianza su condición de leyenda en Boston.
Hubiera sido de mal gusto dejarle la papeleta al siguiente.
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