Sacramento Kings. El milagro fue posible.
Con el equipo a las puertas de una posible remodelación, la llegada de este draft es esperaba con una gran expectación. En un draft tan profundo, algo bueno debía llegar. Lo que bajo ningún concepto se esperaba es que el rookie que cayera hasta el puesto número 10 fuera de semejante calibre. No eran pocos los que habían demostrado interés por él, y no menos los que realmente lo necesitaban. Al final, Spencer Hawes fue a caer al hogar del jugador con quien más se le compara: Brad Miller.
Se trata de un pívot blanco, de 7 pies, con clara mentalidad ofensiva en detrimento de una marcada debilidad defensiva. Lo más importante de este jugador es, sin duda alguna, su capacidad para enamorar al aficionado con sólo un par de ataques. Tiene en su haber un repertorio inagotable de movimientos al poste, todos ellos de bella factura, capaces de levantar innumerables gestos de admiración entre el público. Bajo ese 'stock', se encuentra también un certero tiro de media distancia, así como una remarcada visión de juego y capacidad de pase. Un jugador que no está destinado a dominar la liga, sino a sembrar el deleite entre quienes sean testigos de su juego. Entre los deberes pendientes se encuentran sin duda alguna, su defensa y su rebote, aspectos ambos que mejorarían de hacerlo su físico.
Un regalo caído del cielo que, inevitablemente, los Kings supieron aprovechar.
NOTA: 10
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