jueves, octubre 12, 2006

La Previa. Houston Rockets.


El año pasado entraron en las quinielas de los grandes tapados de la temporada. No sólo fueron los tapados, si no que acabaron sepultados. Sepultados por las lesiones de sus jugadores clave: La espalda de McGrady y los pies de un Yao Ming que por momentos pareció más imperial que de costumbre, condenaron al equipo al tercer peor record del Oeste. Descubierto Hayes, contratado uno de los agentes libres del verano y llegado el sueño de toda suegra yankee que se precie, Houston se dispone a andar lo desandado.

El presidente y el becario.

Nada que ver con la polémica que corre por Estados Unidos. El consuelo que supone el draft fue invertido este año en la búsqueda de esa pieza que diese un mayor equilibrio al equipo. Nada de estrellas ni jóvenes de rendimiento inesperado. Y eso que en el número 8 cayó un jugador que bien pudiera entrar en estos dos perfiles: Rudy Gay. Nada más lejos de la realidad. En ningún momento fue jugador de los Rockets, y si no se hizo oficial antes fue porque hasta el 12 de julio no entraban en vigor los nuevos salarios y, por tanto, el trade apalabrado no cuadraba. Junto con Rudy Gay se deshicieron de Stromile Swift para conseguir a cambio a Shane Battier, la piedra de toque, el yerno de América. La elección que sí hicieron efectiva fue la segunda ronda, que invirtieron en la adquisición de un excelente tirador al que no tardaron en llegarle los piropos de sus compañeros: Steve Novak. Eso, una segunda ronda (2008) fue todo lo que los Hornets pidieron a cambio de Kirk Snyder, un jugador que viene a rearmar al equipo atrás. Vuelven dos viejos conocidos, John Lucas III y Scott Padgett, pero la verdadera bomba de la agencia libre, por relación calidad/precio, fue Bonzi Wells: 5 millones por sólo dos años, sueldo de becario para un jugador que ayudará en sobremanera en la lucha por el rebote, apretará atrás (no leer con segundas intenciones, por favor) y anotará con solvencia en ataque. Precio mínimo garantizado.

El quinteto con más dudas.


Wells - McGrady - Battier, McGrady - Battier - Howard, McGrady - Battier - Hayes... muchas variantes posibles para que al final sea Jeff Van Gundy el que decida. Rafer Alston, que el año pasado no evitó que la afición se lamentara de dejar escapar a Mike James, seguirá siendo el encargado de dirigir (por decir algo en su caso, vaya) el ataque del equipo salvo giro inesperado de Luther Head. El base-escolta encarrila su segundo año en un estado de forma pletórico y con ganas de demostrar que los partidos cosechados en ausencia de McGrady no fueron un espejismo. John Lucas III, el eterno jugón de liga de verano, vuelve a ganarse un año más la plaza en el equipo. De ahí a tener minutos irá un camino considerable. Vassilis Spanoulis, componente del trío calavera griego, inicia la aventura americana despertando dudas, y es que no son pocos los que piensan que en Houston no se le ha perdido nada. Tracy McGrady afronta la que debe ser la campaña de su resurrección. Los problemas de espalda lo llevaron por la calle de la amargura y lo sacaron de la cancha en camilla. Si está sano, debería plantearte superar por primera vez en su carrera la primera ronda de Playoff. Por si la recuperación no fuera tal, este año los Rockets están preparados a conciencia: Bonzi Wells, que llega de hacer la postemporada de su vida (meses antes de acabar contrato, sí), será el sexto hombre. Kirk Snyder como stopper y Luther Head en cuanto sea requerido, también escudarán a T-Mac. Shane Battier abandonó a los Grizzlies y a su gran amigo para marchar a Texas como complemente de lujo para la pareja interior-exterior más letal de la liga. Seriedad y excelencia atrás, correción arriba, pasará por ser un pilar para el equipo. Steve Novak, uno de los presuntos robos del draft, llega de completar un excelente verano y ya ha sido nombrado por sus compañeros como uno de los mejores tiradores. ¿Alguien da más? Sí, él mismo, que por altura podrá compaginar las dos posiciones de forward. Efectivamente, en la posición de ala-pívot me he arriesgado a poner a Chuck Hayes. Excesivamente pequeño, sufrió más de lo debido para parar los cuatros rivales, pero su capacidad de sacrificio, su gran capacidad de rebote y, por qué no, la presencia de Shane Battier, deberían permitirle optar al puesto. Todo con tal de no dar minutos a Juwan Howard, que acusa en demasía la cercanía de su retirada. Y como colofón, Yao Ming y Mutombo. El chino sale de una operación en su pie derecho y tal vez tarde en coger el ritmo de competición, pero los argumentos exhibidos en marzo son suficientes para esperarlo. El incombustible Deke seguirá, mientras tanto, ejerciendo de muralla hasta que el cuerpo aguante.

Pronóstico:

Kevin Garnett lo hizo en su día. Tracy, ¿Te animas? Pasar la primera ronda es una de esas cosas que marcan la carrera de un jugador si no llegas a pasarla en tu vida. Equipo hay para llegar a las Semifinales, pero vistos los antecedentes mejor hablar en voz baja no vaya a ser que las lesiones se crucen en el camino.

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