GOLDEN STATE WARRIORS. EN BUSCA DE LA SORPRESA
La temporada pasada los Warriors terminaron como un tiro. La llegada de Baron Davis a la franquicia supuso un enorme impulso para el juego del equipo, que comenzó a mostrar una cara temible conforme se acercaba el final de la campaña. No fue suficiente para alcanzar los Playoff, ya era tarde, pero arrojó datos que incomodan a más de uno de cara a este nuevo curso baloncestístico: 18 victorias por 10 derrotas (16-38 antes de su llegada) y 105.4 puntos (95.2) de promedio por noche desde la llegada del base All-Star a la disciplina del equipo. Un incremento espectacular en el rendimiento del equipo que hace pensar a más de uno en lo que serán capaces de hacer con él desde el principio. Baron Davis y Jason Richardson como pareja de guards, Mike Dunleavy amenazando desde el exterior y Troy Murphy recuperado la temporada pasada para la causa… nadie duda de que se trata de un gran equipo. Esta temporada además, han añadido 3 elecciones del draft y un undrafted que despiertan bastante interés: un trabajador incombustible e imparable en ataque como Ike Diogu, un intimidador por dentro como Chris Taft, un high schooler con reputación de gran anotador y un base hecho como Aaron Miles, que llega desde Kansas (compañero del rookie de los Heat Wayne Simien) dispuesto a hacerse un hueco gracias a su habilidad para repartir el juego. Quizá cojean en exceso de un buen center en la plantilla, pero con un quinteto así y con jóvenes valores en el banquillo, puede ser una gran temporada para ellos.
Quinteto titular:
Baron Davis llegó la temporada pasada para revolucionar el equipo y a buen seguro que lo consiguió. A base de grandes actuaciones y como apoyo extra en ataque para Richardson, sacó al equipo de la mediocridad en que llevaba moviéndose durante la temporada e hizo de la franquicia un poder emergente en los últimos suspiros de liga regular. El equipo puede depender de que logre mantenerse sano después de varias temporadas con constantes problemas. Jason Richardson es, junto con Murphy el único que queda de aquellos jóvenes Warriors del 2001-02 con Antawn Jamison, Gilbert Arenas, Larry Hughes, Erick Dampier y Danny Fortson (¡qué gran plantilla sería ahora!), y todo indica a que mantendrá los galones este año. El All-Star está a la vuelta de la esquina. Mike Dunleavy, el eterno lechal, debería continuar con la dinámica ascendente que ha mantenido durante los 3 años que lleva en la liga. Su tiro, un seguro. Su juego, irregular. Necesita mejorar en este último aspecto para terminar su adaptación. Troy Murphy, que se perdió gran parte de la temporada 2003-04 por culpa de las lesiones, regresó el año pasado con más fuerza que nunca. Supuso un refuerzo extra para el equipo, un seguro para el rebote y un salvavidas para un juego interior ciertamente escaso. Una vez recuperado, su progresión seguirá aumentando. Un hombre de doble-doble. Y como pívot, Adonal Foyle, la posición más débil del equipo. Un gran taponador, flojo en el rebote y nulo en el ataque.
Banquillo:
En el banquillo, un relevo que a buen seguro gozará de gran importancia: el de base. El historial médico de Baron Davis le convierte en lo que los norteamericanos coinciden en llamar “Injury prone”, cristal de bohemia, vamos, por lo que es probable que tanto Derek Fisher y Aaron Miles jueguen un papel esencial en esos momentos. Lesiones a parte (nunca deseables), ambos seguirán sus papeles: uno como excelente veterano, anotando y asistiendo, y el otro como base prometedor, estará falto de minutos pero a buen seguro que agradará por sus capacidades. Como recambio para J-Rich y el lechal, un jugador que demostró en el Eurobasket tener cualidades de sobra, Mickael Pietrus. El año pasado supo aprovechar sus minutos y este año no le faltarán, aunque los tiros libres siguen siendo la asignatura a superar. El que no parece que tendrá minutos de momento será Monta Ellis, un jugador que dio el salto desde el High-School tal vez demasiado pronto y que ahora tenga que conocer las frías entrañas del banquillo. En la rotación interior lo que prima es la juventud. Zarko Cabarkappa aún no ha disputado 50 partidos en una sola temporada, y este año deberá terminar de hacerse un hueco en el equipo ¿podrá? Quien sabe. Andris Biedrins tampoco pudo tirar cohetes el año pasado. 30 partidos en los que, de demostrar algo, eso fue su buena mano. No se esperan demasiados minutos para él. Chris Taft, un intimidador por dentro del que se dice no es precisamente un trabajador nato, precisamente lo contrario de Ike Diogu, que se perderá el inicio de temporada debido a una fractura en su mano, pero del que se espera un gran rendimiento a tenor de lo demostrado a lo largo del verano.
Pronóstico:
Terminar como lo hicieron la temporada pasada sólo puede ser preludio de una muy buena campaña. Tienen un excepcional quinteto y armas suficientes para dar más de un susto. La falta de banquillo y pívot solventes y lesiones inoportunas (sobre todo Baron Davis) pueden jugarles una mala pasada, pero si mantienen el ritmo que demostraron desde la llegada del base All-Star, los Playoff están asegurados.
LOS ANGELES CLIPPERS. EL HERMANO YA NO ES TAN POBRE
Vivir a la sombra de los Lakers nunca ha sido algo fácil, pero en tiempos de flaqueza en la franquicia del glamour, todo es posible. Como lo fue el año pasado, que después de años y años, quedaron por encima de ellos en la clasificación. Normal, por primera vez Bryant jugó sin que alguien le controlara desde el banquillo… o desde la posición de center. Pero al margen de los problemas del vecino, hubo síntomas de franca mejoría, hasta el punto que en sus filas se halló la gran revelación de la temporada y uno de los que parece ser grandes proyectos del draft, Shaun Livingston. Sin duda, poco a poco van saliendo a flote. Para esta campaña han perdido jugadores jóvenes de importancia, como Marko Jaric y Bobby Simmons y veteranos de suerte dispar como Mikki Moore, que tuvo una de sus mejores temporadas, y Kerry Kittles, que sólo pudo aparecer en 11 partidos, acribillado por las lesiones. Unos van y otros vienen: en el draft apostaron por Yaroslav Korolev, la promesa rusa (tal vez demasiado joven) y Daniel Ewing, un nuevo producto de Duke (como Elton Brand y Corey Maggette) que se debate entre las posiciones de base y escolta. Mediante trade consiguieron a Sam Cassell, que entre la cuesta abajo y su malestar en Minnesota al lado de Kevin Garnett, no pudo cuajar una gran temporada, mientras que en la agencia libre se decantan por buenos tiradores como Cuttino Mobley y Walter McCarty y apuestas arriesgadas como Yuta Tabuse (el japonés seguirá probando suerte) o James Singleton (MVP del All-Star italiano). Así pues, parece que los directivos deciden hacerles una pequeña concesión a los jugadores veteranos, que tal vez pongan lo necesario para terminar de cuajar. Si por algo se han caracterizado los Clippers de estos últimos años ha sido por tener en su plantilla jugadores de gran talento y equipos sin resultados palpables. Este año se repite la primera premisa ¿se repetirá la segunda?
Quinteto titular:
Sam Cassell. El año pasado, entre malos rollos en el vestuario, supuestos problemas con Kevin Garnett y la edad, que ya no perdona, tuvo su peor promedio anotador desde que era tan sólo un sophomore que ganaba su segundo anillo a la sombra de Olajuwon y Drexler. Y ya ha pasado una década desde aquello. Llega a los Clippers para redimirse y dando guerra, soltando más de una “perla” contra Marko Jaric, que a su costa se ha solucionado la vida con un gran contrato. Cuttino Mobley llega desde Sacramento, donde el año pasado sirvió de parche en un equipo que ya estaba desmantelando el gran proyecto y pocas expectativas albergaba de hacer algo grande. Aún manteniendo el nivel del año pasado, será un gran refuerzo para el equipo. Corey Maggette, sigue creciendo y se sitúa entre los mejores anotadores de la competición. Siempre en equipos que no han logrado cuajar (pertenece al club de los que no han pisado nunca la postemporada, como Brand), este puede ser un gran año para él. Elton Brand, en la misma situación que su compañero de universidad pero con el agravante de pertenecer a la élite de ala-pívots desde su llegada a la liga, deberá seguir cumpliendo el papel de principal cabeza visible de un proyecto que ya lleva demasiado tiempo alargándose. Su rendimiento estará fuera de toda duda pero ¿tiene algo que ver en los pobres resultados a nivel de equipo? Chris Kaman terminó la temporada pasada a un buen ritmo, y en las ligas de verano dominó a su antojo entre tanto rookie y jugador en pruebas. Sin embargo, no termina de ganarse más minutos en cancha. Con dos años en la liga, debería ir pensando en elevar su rendimiento si quiere subir un peldaño más o seguir siendo un pívot más.
Banquillo:
Sí, Shaun Livingston desde el banquillo. El perderse el primer mes de competición como consecuencia de unos problemas en la espalda es la razón por la que le pongo aquí. Pero que no cunda el pánico, en cuanto vuelva y empiece a carburar como lo hizo el año pasado cuando las lesiones le dejaron tranquilo, se hará con la plaza de titular. La franquicia está volcada con el jugador y tienen muchas esperanzas depositas en él, y es que no es para menos, es todo un jugón. Con buen papel en ausencia de Livingston y con menos minutos como base cuando estén al completo, Daniel Ewing, un buen tirador que aún tiene que acoplarse al puesto de base. Quinton Ross, una de las sorpresas positivas del año pasado en el equipo, seguirá disfrutando de minutos en el equipo y, vistas las carencias en la rotación de alero (posición a la que también puede acoplarse), también disputará minutos como ‘tres’, donde también se encuentran James Singleton (llega tras su exitoso periplo italiano) o la primera ronda del equipo, Yaroslav Korolev y sus tiernos 18 añitos. En la posición de ala-pívot, el equipo se ha hecho con los servicios de un veterano con buen tiro como Walter McCarty, además de Chris Wilcox, que puede compaginar amabas posiciones interiores. Y en el fondo de la rotación interior aunque con minutos, Zeljko Rebracca, que sigue dejando atrás aquellos problemas de corazón que le dieron un pequeño susto hace unas temporadas.
Pronóstico:
Esta temporada deciden contar con más veteranía en sus filas para apoyar a los buenos proyectos de siempre. La mezcla suena bien, y la mejoría del año pasado no pudo ser tan sólo fruto de la casualidad. Cuentan además con uno de los jugadores más ilusionantes del campeonato, Shaun Livingston, del que se espera una franca mejoría. Si todo va bien, la lucha por un puesto en los Playoff estaría asegurada. A lo mejor el hermano ya no es tan pobre.
LOS ANGELES LAKERS. VUELVE EL ZEN. ABRAN SUS CHAKRAS
Cuando la temporada 2003-04 terminaba, con la vergonzante derrota de los 4 Fantásticos (se le aguó a Jerry Buss el 25 aniversario como propietario del equipo) ante la perfecta máquina engrasada de los Pistons, el vestuario acabó estallando por los aires. Las relaciones eran tirantes, para qué mentir a estas alturas, pero hasta el momento los anillos mantenían la relación a salvo. Aquél fue el momento en que la gran sociedad Shaq-Kobe-Jackson acabó. Shaq se fue criticando a los cuatro vientos la labor de la directiva y tildando su traspaso de ser el más estúpido de la historia (ciertamente, se recibió muy poco a cambio: a estas alturas, con Grant en Phoenix y Butler en Washington, es casi un Odom por Shaq) y Jackson se “retiró” momentáneamente, hasta que reordenase sus ideas o le llegase una oferta, que nunca se sabe. Dijo no querer volver a entrenar más a Kobe… y aquí le vemos, volviendo a los Lakers (la parienta manda) a hacerlos resurgir de las cenizas, con mucho trabajo por delante, pero poniendo a prueba su maestría. Él mismo ha afirmado que no se trata de un proyecto inmediato, sino que pasarán un par de años hasta que empiece a funcionar como debe, pero en un equipo histórico las etapas de transición no gustan. Si consigue meterlos en Playoff, un monumento. Si consigue sacar algo de Kwame, que le cambien el nombre al estadio: Staples Zenter.
Quinteto titular:
Smush Parker vuelve. La pretemporada realizada y la nula aportación de Aaron McKie, deben servirle para ganarse la titularidad. Como todo base de Jackson, no destacará en exceso, y tampoco se esperan sorpresas. Su rendimiento, como en estos casos, dependerá de la cantidad de balones que pueda jugarse. Los jugadores del Playground siempre son controvertidos, y este no es un caso distinto. Kobe Bryant, después de haber tenido carta blanca el año pasado y comprobar los resultados, tendrá este año en Jackson un entrenador que (al menos así parece) le sujete. Como siempre, estará entre los mejores anotadores, pero las dudas se ciernen ahora sobre su capacidad para llevar a un equipo más allá de los partidos de abril. Está ante una oportunidad inmejorable. Lamar Odom volverá a la posición de alero (aunque pasará también sus minutos como 'cuatro'), donde empezó con Los Clippers. La temporada pasada dejó la sensación de no haber dado de sí todo lo que se esperaba, y ahora toca redimirse. Un gran segundo de a bordo... como siempre lo fue Bryant. Michael Olowok... no, perdón, no, esto... Kwame Brown, sí, Kwame Brown. Aquel número 1 de un draft repleto a más no poder de talento y calidad, sigue doliendo en la capital, pero al menos ya se han deshecho de ese terrible calvario que les ha hecho pasar. La patata caliente está ahora en manos del tío Phil, que tendrá que sacar de él lo que se supone que atesora... se supone. Muchos esperan de él un Jermaine O'Neal, pero no menos son los que no esperan nada. En fin, a esperar sentados. Chris Mihm, uno de los pocos jugadores que el año pasado cumplió con creces en los Lakers lo que se le pedía, continuará asentándose como un pívot más que decente. Será, por raro que parezca, el más veterano del juego interior laker.
Banquillo:
Shasa Vujacic disfrutará de minutos... y eso es una prueba irrefutable del estado en que se encuentra la posición de base del equipo. Pocas veces ha hecho algo que justifique su elección en primera ronda, pero al ser aún joven, le concederemos el beneficio de la duda. Sin olvidarnos de Aaron McKie, que lo suyo tendrá que aportar en el juego del equipo. En la posición de escolta, la posición del renegado, la posición del que da descanso a Kobe, Laron Profit, que llegó ‘destrangis’ en el paquete junto con Kwame. Después de perderse casi toda una temporada, Devean George volvió en forma, siendo ese apoyo extra que tan bien viene al equipo. Este año repite, como siempre, y ya van unos cuantos años. Brian Cook se repartirá entre las posiciones de forward dependiendo de la situación del partido, pero lo que a buen seguro no faltará será su buen tiro de larga y media distancia. Medvedenko sigue, cómo no, con contrato y sin interés por parte de nadie. Su rendimiento va a menos y quién sabe dónde pueda terminar. Y como pieza maestra, Andrew Bynum, el número 10 del último draft, un jugador que, sólo por días, no empezó la liga con 17 años. Precocidad es la palabra, sí, pero con un juego interior que crea tantas dudas ¿era necesario escoger un rookie de tan corta edad? Mucho trabajo tienen por delante con él, aunque la llegada del mítico Kareem Abdul-Jabbar como técnico asistente seguramente vaya por estos derroteros...
Pronóstico:
El desastre de la temporada pasada es irrepetible, esperemos. Con la llegada de Phil Jackson los Lakers esperan volver a encontrar el camino de la paz interior... o el rumbo hacia la victoria, lo que prefieran. Los resultados a buen seguro que se dejarán ver, y en tiempos de cambio en la Conferencia Oeste, hasta los Playoff se hacen posibles para un equipo escasito escasito.
PHOENIX SUNS. ENTRE HUMO Y MUCHA CENIZA.
I will run, run, run away... ¡Qué equipo! ¡Qué juego! ¡Qué ritmo! ¡Qué espectáculo! ¡Qué baloncesto! El año pasado los aficionados a la NBA tuvimos una razón más para pasar las horas muertas frente al televisor, y esa nos llegaba desde Arizona. Era, ciertamente, una plantilla corta, falta de pívots de garantías y con un quinteto pequeño. Shawn Marion y Amare Stoudemire tendría que pasar a ocupar posiciones que no eran las suyas naturales, mientras que dos escoltas jugarían de escolta y alero. A los mandos, un base inteligente pero ya viejo. Así era el equipo sobre el papel. Pero sobre la cancha, todo fue muy diferente: un juego trepidante, rapidísimo, con dos francotiradores en las alas, un poderoso ala-pívot tanto en ataque como en defensa y un center “de pega” que demostró poderse pelear con cualquiera. Y, a los mandos de todos ellos, Nash, que sacó de la chistera toda la magia para mover a sus compañeros y sorprender a toda la liga. Tal fue su impacto sobre el equipo, que pasaron de un balance de 29 victorias y 53 derrotas con 99 puntos por partido, a ganar 62 partidos con 112 puntos por encuentro, ambas mejores marcas del año en la liga. Todo tiene un fin, lo malo es que este ha llegado mucho antes de lo esperado. El equipo se ha disuelto con la salida de los dos francotiradores, la fisonomía del equipo ha cambiado y aún así todos esperamos que siga el buen juego. Que así sea, ojalá Nash siga haciendo gala de su segunda juventud, de su momento de plenitud. La nota negativa de este año llega con la seria operación sufrida durante el pasado mes por Amare Stoudemire, la pieza angular del proyecto. Lo aconsejable era operarse nada más esperar el verano, pero como eso a lo mejor dificultaba la firma del contrato, esperó. Ahora, de baja hasta dentro de 4 meses... si no son más. Porque si algo nos han enseñado jugadores como Penny, Webber, Harpring, Randolph, Houston y compañía, es que estas lesiones tienden a alargarse. Un muy duro varapalo para el equipo, que ve cómo tiene que sobrevivir media temporada para que a su regreso se mantengan viva la llama de la postemporada. El equipo puede hacerlo bien sin él, pero un futuro jugador dominante siempre se hecha de menos. Esperemos que no tengan que resurgir de sus cenizas.
Quinteto titular:
MVP, MVP, MVP... los ecos de la temporada pasada aún resuenan por Arizona, donde un canadiense sudafricano de nacimiento la lió el año pasado. Pieza fundamental del equipo que desplegó el mejor juego de lo que llevamos de década, fue sin duda el merecedor del trofeo. Un mago que se sacó de la chistera todo el baloncesto que tenía y que nos hizo disfrutar como niños pequeños durante la temporada. Impagables aquellos partidos. Pero como dijimos antes, eso acabó. Y ahora, con la ausencia de Amare, le toca seguir asistiendo y aumentar su aporte anotador. Mucho tela que cortar. A ver cómo lidia a este toro. Raja Bell llega como el buen defensa necesario en determinados momentos de la temporada, pero con Nash al lado anota cualquiera con soltura. Se prodigará más en el tiro de tres. James Jones, que llegó de forma discreta durante la pretemporada, recibirá la recompensa al trabajo bien hecho. Buenos partidos, buena actitud y titularidad ganada a pulso (aunque Boris Diaw será un gran competidor). Tanto Raja como James aumentarán seguramente su valor con su estancia en el equipo. Shawn Marion, el hombre para todo de este equipo. Su poder de intimidación, su rebote, su anotación... tienen un valor incalculabre, pero lo que no tiene precio es esa mecánica de tiro que pasea de costa a costa de Estados Unidos. Mientras las meta... Y Kurt Thomas, rebote, tiro a media distancia, defensor decente... buen refuerzo el que han buscado en Phoenix para la posición de pívot aunque, como el propio Amare, tampoco es un 'center' propiamente dicho.
Banquillo:
Leandrinho Barbosa llega de salirse en el Torneo de las Américas y eso debe tener su recompensa, se quiera o no. Un anotador más prolífico de lo que muchos piensan y que este año seguirá su progresión, sin duda. Otro anotador por excelencia es Eddie House, que sale para terminar de rompen los partidos o desatascarlos, según el caso. Un buen recambio para el banquillo. Y ambos pudiendo compaginar posiciones de base y escolta, peligro. Un gran jugador en bajada, Jim Jackson, seguirá disfrutando de muchos minutos, pero lo lógico es que su aportación disminuya con el tiempo en favor de los jóvenes. Boris Diaw le disputará el puesto a James Jones. Jugador muy completo y con un físico privilegiado, podrá jugar tanto de alero como de ala-pívot, por lo que los minutos este año no serán problema para él. Brian Grant y Pat Burke, intendencia por dentro. Y esto es todo, no hay más. La ausencia de un gran jugador como Amare es lo que tiene.
Pronóstico:
Esa operación a destiempo pueden acusarla más de lo debido los Phoenix Suns a lo largo de esta temporada. Las espectativas de Playoff dependerán en gran medida de lograr llegar vivos al parón por el All-Star. Una vez con la plantilla al completo, llegar a la postemporada no debería ser problema.
SACRAMENTO KINGS. EL CASTILLO YA NO TIENE DEFENSA.
El desmantelamiento comenzó con la no-renovación de Vlade Divac, un grandísimo pívot que aportaba eso que tan bien venía al equipo, la mejor capacidad de pase desde la zona, amén de otras cualidades como su enorme conocimiento sobre el juego, excelente movimiento de pies, buena mano, capacidad de rebote y liderazgo. Un jugador muy carismático. Sin embargo, la presencia en el equipo de Brad Miller y las pretensiones del pivot serbio, hicieron que la renovación no se llevase a cabo. Poco después llegaría el traspaso de Doug Christie, otra pieza clave, el jugador que aportaba la suficiente estabilidad defensiva al equipo como para permitir un mayor vuelco en las facetas ofensivas, un extraordinario defensor, capaz de anotar cuando el equipo lo necesitaba, todo carácter, muy unido al equipo... era un pilar. Y, por último, Webber, el jugador más representativo que ha tenido la franquicia en mucho tiempo, todo un jugadorazo, todo clase... que voy a decir sobre mi ídolo. 3 piezas, 3, sacrificadas en favor de la obtención de más profundidad de banquillo pero que acabaron por cargarse toda una filosofía que durante años ha sido el juego de los Sacramento Kings. Pero ahora todo eso ha terminado, el juego preciosista dara paso a otro de no menor calidad pero si falto de esa chispa capaz de levantar al aficionado del asiento y dar gracias por lo grande de este deporte. Ahora el equipo ha cambiado, manteniendo 3 piezas muy importantes pero dejando escapar todo un estilo de juego. Se teme por la llegada de Bonzi Wells, que siempre acaba dando problemas en todo vestuario que pisa, y de Abdur-Rahim, que sigue arrastrando esa maldición de los Playoff. Francisco García, una muñeca privilegiada, Jamaal Sampson y Ronnie Price aumentan el banquillo, pero la solvencia del ye-ye no la tiene ninguno. A priori y sobre el papel se presentan con uno de los mejores quintetos de la liga, pero salta a la vista la gran deficiencia: falta defensa, mucha defensa, aquello que se perdio con Christie y que ni por asomo llego con Mobley. Aquello que este año les pondrá contra las cuerdas.
Quinteto titular:
Mike Bibby, un base con futuro muy cercano de All-Star, mi point guard preferido, con muy buena visión de juego, liderazgo, buen tiro de larga distancia, capacidad de decisión en momentos calientes... un director de orquesta perfecto para un equipo como éste. Sin un jugador decisivo en el equipo, debería dar el paso adelante este año. Punto caliente el de Bonzi Wells, un jugador muy polémico (vaya cosas que aporta esta afirmación ¿eh?), que ha salido de los Grizzlies después de haber protagonizado más de un enfrentamiento con Mike Fratello. Su rendimiento en el equipo y el nivel que pueda alcanzar son ahora mismo todo un enigma, pero a priori y con la confianza de Rick Adelman no debería haber problemas. Talento siempre ha tenido, buen comportamiento nunca. A ver si cambia. Stojakovic tendra que demostrar este año todo lo que dejó sin confirmar el año pasado. El nivel de MVP que demostró hace 2 años se desvaneció la temporada pasada. Un tremendo tirador, simplemente extraordinario, con una facilidad para la anotación increíble y capaz, por altura, de resolver bien en posiciones interiores. Sin embargo, tiene como gran defecto los finales apretados y los momentos calientes, donde tiende a desaparecer. Sus deseos de salir pueden verse cumplidos pronto. Muy buena incorporación la de Rheef, y a cambio tan solo de la mid-level exception, 5 kilitos que bien podrá amortizar durante esta temporada. El peligro: el hecho de que su contratación fuera anulada por parte de los New Jersey Nets aludiendo problemas físicos ha encendido las alarmas, aunque se espera no haya ningún problema serio. Y Brad Miller. Anotacion, rebote, pase, tapón, intimidación, tiro... puede hacer de todo y todo con relativa solvencia. De su salud depende mucho el equipo.
Banquillo:
Ay, aquellos tiempos en que Gerald Wallace era el 12º hombre del equipo... ¡qué tiempos aquellos! La realidad es distinta ahora, y así habrá que aceptarla. En el puesto de base, llega Jason Hart después de haber reflotado su carrera en el equipo novato, los Bobcats, llega para suplir una sensible baja como es la de Bobby Jackson (uno de los mas queridos por la afición) y para cubrir las espaldas de Mike y Bonzi, a los que deberá dar descanso. También en la ingrata tarea de suplir a Bonzi estará Kevin Martin. Apenas tuvo oportunidades el año pasado, aunque nadie duda de su excepcional capacidad anotadora. Sin el status de novato (ya se sabe que algunos entrenadores...) y con menos competencia en su puesto, el numero de minutos en cancha debería subir. Francisco García, el rookie de 2005, estará como alero suplente. Un extraordinario tirador de larga distancia, todo un killer con un carácter competitivo interminable. Cumple con el perfil del equipo, pero sus minutos dependerán de la confianza que sea capaz de generar en el entrenador... y del tiempo que tarde en marcharse Peja. Corliss Williamson, que volvió el año pasado, aportará solidez desde el banquillo. Como ala-pívot, Kenny Thomas. Extraordinaria mitad de temporada la que se marc el ex de New Mexico el año pasado, un gran nivel que este año deberá demostrar desde el banquillo. Disfrutará de minutos suficientes para confirmarse como suplente de plenas garantías. Brian Skinner, otro que sorprendió con la mitad de temporada que hizo tras su llegada al equipo, convirtiéndose en el principal taponador del equipo, suplirá a un Brad Miller del que se espera tenga una temporada libre de lesiones.
Pronóstico:
Año laaaargo y difícil el que se presenta. Si por calidad del quinteto fuera, sería uno de los principales candidatos, pero si algo han sufrido recientemente es que, sin banquillo, es muy difícil aguantar toda una postemporada. Parecen los Playoff más difíciles que nunca, y no es para menos. Sin mencionar que, a buen seguro, el desmembramiento del equipo seguirá durante esta temporada.
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