DENVER NUGGETS. TIEMPO DE KARL Y MELO.
(Que no calimero). La temporada pasada se despidieron a lo grande, y no porque perdieran en los Playoff frente a los posteriores campeones sino porque, desde la llegada de George Karl al equipo, pudimos ver en acción unos Nuggets temibles, mucho superiores a los que, durante la primera parte de la temporada, había dirigido con más error que acierto Jeff Bzdelik. Tal fue el cambio que, de estar en enero pensando en la lotería del draft, pasaron a ser uno de los "cocos" de primera ronda, con promedios de anotación por partido cercanos a los 110 puntos. La llegada de George Karl marcó sin lugar a dudas un antes y un después en la temporada de los de Colorado y generan una gran expectación entre el público de cara a esta campaña, ansiosos todos de comprobar de lo que es capaz estando a los mandos del equipo desde el primer partido (bueno, técnicamente, tendrá que cumplir dos partidos de sanción por "tocar" a un jugador de Marquette al margen de la legalidad impuesta por la NBA). Como datos, los Nuggets cerraron los dos últimos meses con 22 victorias sobre 26 posibles. Y todo ello sin olvidar a Carmelo Anthony, que el año pasado progresó menos de lo esperado pero que con la llegada del salvador fue a más. El bloque se mantiene sin grandes variaciones, fueron muy insistentes los rumores que colocaron a Paul Pierce en su órbita, pero finalmente resultaron no ser verídicos. Tan sólo contar la incorporación de Earl Watson y de los rookies Julius Hodge y Linas Kleiza (que no parecen contar con la confianza del técnico). Si las lesiones respetan y el equipo mantiene la tónica, estos Nuggets meten miedo.
Quinteto titular:
Tras varios experimentos a lo largo de la pretemporada, Andre Miller continuará siendo el base titular del equipo. Su presencia en la dirección seguirá siendo esencial para unos Nuggets que ya han experimentado con él de escolta. Precisamente esa posición de dos será noticia por el regreso de Voshon Lenard, que por culpa de una seria lesión en los primeros partidos de la pasada temporada, pasó inactivo desde comienzos del mes de noviembre (a excepción de su presencia en el All-Star fuera de toda forma). De nuevo pondrá su anotación al servicio del equipo. En Carmelo Anthony residen gran parte de sus esperanzas. El año pasado no ofreció el rendimiento que de él se esperaba (que no por ello quiera decir que lo hizo mal) y no pudo verse una progresión clara en su juego hasta la llegada (para variar) de George Karl. Si acata las indicaciones del entrenador y no da más problemas extradeportivos (una pelea y la marihuana fueron noticia), Denver lo agradecerá y mucho. Kenyon Martin, una bestia bajo tableros, seguirá aportando el poder intimidatorio que le caracteriza, desfogándose en defensa y completando aleey-oops en ataque. Sus problemas físicos se espera que no sean impedimento para que comience la temporada. Y como pívot Marcus Camby, uno de los mejores taponadores de la liga al que las lesiones no terminan de dejarle en paz.
Banquillo:
Dos Earls, Boykins y Watson, se encargarán de cubrir las espaldas de Andre Miller. El primero, seguirá siendo uno de los mejores sextos hombres de la liga mientras que de Earl Watson se espera la defensa, puesto que su capacidad de creación de juego no es algo del otro mundo. Sin embargo, parece que algo más se esconde detrás de su fichaje. Pudo interpretarse por un momento como la contratación de una moneda de cambio, pero vistas las pruebas llevadas a cabo por el cuerpo técnico, parece que se busca que o bien él o bien Andre Miller dispute minutos como escolta. Será en esa posición en la que veteranos en horas bajas como Bryon Russell y Greg Buckner y un joven versátil como DerMarr Johnson den descanso a Voshon Lenard. Precisamente, serán estos dos últimos quienes luchen con el incombustible mexicano Eduardo Nájera para jugar los minutos que Carmelo esté en el banco. Nene, que vuelve de las vacaciones de verano dispuesto a ir exigiendo el máximo contrato posible sin ni siquiera merecerlo, tendrá que demostrar aptitudes si no quiere verse fuera del equipo. Paco Elson, como siempre, en la intendencia.
Pronóstico:
Sin duda, puede tratarse de una de las grandes sorpresas de la temporada. George Karl fue el elemento que destapó la magia a finales de enero y este año, a los mandos desde el principio, dará que hablar.
MINNESOTA TIMBERWOLVES. ¿BANQUILLO CALIENTE PARA UN NOVATO?
Fracaso. Con eso podemos resumir todo un año. Con eso un sentimiento. Después de haber sido el mejor equipo de la campaña 2003/04 y haber estado incluso a punto de eliminar a los Lakers de “Los 4 Fantásticos”, el equipo sucumbió el año pasado fruto de la guerra interna que se vivía en el vestuario. Tanto es así, que Flip Saunders fue destituido después de casi 10 años al frente del equipo. Después de haber construido un sólido equipo (por fin) alrededor de Kevin Garnett, éste tan sólo ha durado un año antes de saltar hecho pedazos por los aires. En un principio se achacaba a la edad de esos veteranos fichados para aportar experiencia y calidad, léase Sam Cassell y Latrell Sprewell, pero, con el tiempo, se pudo saber que las relaciones eran algo más que tensas entre los jugadores. Ahora, ninguno de los dos está en la disciplina del equipo, algo que a buen seguro debe resultar reconfortante para “La Máscara”, y llega sangre joven como los rookies Bracey Wright y Rashad McCants (con el que Kevin ya ha hecho muy buenas migas) y el base Marko Jaric, con el que Sam I am ya ha entrado en polémica. Así pues, gracias a un plantel rejuvenecido, un Wally Szczerbiak con el camino despejado, un Eddie Griffin recuperado para la causa y un Michael Olowokandi en último año de contrato (dato más importante de lo que muchos podrán imaginar), los Timberwolves esperan superar el desastre de la temporada pasada. Que no se hunda el barco, que Garnett ya hecha humo…
Quinteto titular:
Marko Jaric llega desde los Clippers en sustitución de Sam Cassell, y ahora recaerá en él la labor de creación del juego del equipo, algo que, precisamente, no se encuentra entre sus fuertes. De hecho no se descarta que pase a ocupar la posición de escolta, posición que ocupará Wally Szczerbiak. El madrileño de nacimiento recibe la temporada con la alegría que supone el haber disfrutado de una temporada libre de lesiones pero con el nerviosismo de haber sufrido, en pretemporada, el primer problema (lesión en el pie por estrés). Afortunadamente, no parece grave. Sin duda puede tener una buena temporada sin Sam y Spree en el equipo. Trenton Hassell, según indica la pretemporada del equipo, se perfila como alero titular. Lógico. Si observamos, tanto Jaric como Wally son jugadores de más ataque, por lo que Trenton deberá aporta la defensa necesaria. Kevin Garnett, como siempre, volverá a luchar por el MVP con números que sólo están a su alcance, nada nuevo. Lo que se le pide es que guíe al equipo por la senda de la victoria. Olowokandi en su último año de contrato parece estar rindiendo algo mejor de lo que nos tiene acostumbrados (¿sorpresa?) y carece de competencia en su puesto, por lo que no se esperan novedades en el puesto de pívot.
Banquillo:
Troy Hudson, al que muchos ven como titular en algunas de las variantes que el entrenador novato Dwane Casey puede poner en juego, seguirá siendo el principal base para salir desde el banquillo. Rashad McCants es otro que depende de los diferentes sistemas de juego que pueda emplear el mister. Su presencia aportará un gran poder ofensivo y su rendimiento conforme pasen las jornadas puede terminar de darle el puesto de titular. Eddie Griffin, gracias a su adaptabilidad a las posiciones de alero y ala-pívot y su buen momento de forma, disfrutará de minutos en ambas ocasiones, con más razón si cabe al ver la escasez de rotación de aleros que sufre el equipo. Nikoloz Tskitish… Skita, que llegó como agente libre, seguirá acordándose de su precipitación al entrar en la NBA, mientras que Madsen, agitatoallas de los Lakers campeones tendrá que jugar de pívot ante la falta de centímetros en la plantilla.
Pronóstico:
Peor que la temporada pasada no puede ir. Los refuerzos de jugadores jóvenes junto con la marcha de los conflictivos, podrían traer consigo una mejora en los resultados, pero el Oeste siempre será salvaje.
PORTLAND TRAIL BLAZERS. LIBERTAD CONDICIONAL
Profunda renovación de plantilla la que están llevando a cabo en Oregón. Todo proceso de reconstrucción es duro, sí, pero era ya una urgencia enterrar cuanto antes el oscuro pasado reciente de la franquicia. Los de Portland eran noticia frecuentemente por multitud de asuntos, y muy pocos de ellos referentes a temas deportivos: peleas en el vestuario, armas, consumo de drogas… La situación llegó a ser insostenible. El tiempo de los Jail Blazers se acabó y esa es la imagen que quieren dar desde la directiva a base de movimientos claros. Derek Anderson fue cortado con la terrible Amnistía, mientras que Nick Van Exel (San Antonio Spurs), Damon Stoudamire (Memphis Grizzlies) y Shareef Abdur-Rahim (New Jer… perdón, Sacramento Kings) no fueron renovados, vistas sus altas pretensiones económicas y la elevada edad con la que todos ellos cuentan. A cambio, llega savia nueva al equipo, como los rookies Martell Webster y Jarret Jack y los agentes libres Juan Dixon y Steve Blake, que bajan considerablemente la media de edad del equipo. Habiendo juntado ya a un extenso grupo de jugadores jóvenes y con proyección, y con la llegada de un entrenador joven y amante de la disciplina puede decirse ya que comienza una nueva etapa para la franquicia. El mensaje es claro, sólo falta ensamblar las piezas.
Quinteto titular:
Sebastian Telfair, que terminó el año en un momento de forma exultante, intentará seguir creciendo, que falta le hace. Aún la juventud, la falta de experiencia y las ansias por demostrar le hacen cometer, pero con la confianza de McMillan puede solucionarse. Gran año el que se presenta para el “primo de”. Juan Dixon pasa de ser el suplente de excepción en Washington parece convertirse en titular... si es que los entrenadores no se empeñan en tenerlo como revulsivo. Veremos de lo que es capaz de hacer con minutos, aunque la sombra de Webster estará ahí. Darius Miles tendrá una oportunidad de oro para poner en juego todas sus cualidades. El penúltimo partido de la temporada pasada contra Denver fue el partido de su vida, pero al día siguiente naufragó contra los Lakers. Será esa inconsistencia la que tenga que mejorar. Zach Randolph vuelve a la acción, aunque de momento no en demasiada forma. Le van a necesitar. Joel Przybilla, tras cosechar la mejor temporada que pudiera imaginar, seguirá como pívot titular. No es para menos.
Banquillo:
Jarret Jack, que llegó la noche del draft procedente de los Nuggets, tendrá que mejorar la actuación que hasta ahora ha tenido en la pretemporada, donde se ha mostrado muy desacertado en su tiro a canasta. El otro rookie, Martell Webster, se encuentra en una situación muy similar. Se ha llegado a hablar incluso de su titularidad, pero es algo que no parece factible dada la edad del que sería su compañero de backcourt: una pareja de guards de 19 años no es lo más aconsejable en la NBA. Por detrás, Charles Smith, un escolta anotador puntero en Europa que vuelve a probar suerte en la NBA. En los aleros, encontramos una ligera sobrecarga. De entre todos ellos destaca Travis Outlaw, un gran proyecto de futuro que ya tuvo destellos durante la temporada pasada. También sigue Ruben Patterson, que aporta veteranía en el equipo aunque su actitud no siempre es la mejor posible. Y los dos rusos del CSKA, Sergei Monia y Victor Khryapa, que seguirán buscando un hueco en la liga. Como pívot suplente, el equipo cuenta con un Theo Ratliff de capa caída, aunque su instinto taponador sigue intacto.
Pronóstico:
Se presenta duro el año, pero la confianza depositada en los jóvenes y la llegada de un técnico como Nate McMillan pueden ser factores que den sus frutos en un futuro no muy lejano.
SEATTLE SUPERSONICS. VOLVER DE LAS NUBES.
Así es. El año pasado, de la mano de Nate McMillan, los Sonics lograron lo que a principios de temporada era toda una utopía: las 50 victorias. 52, exactamente fue el número. Con un buen quinteto y una plantilla decente, las previsiones les situaban en la que debía ser su lucha, la de colarse entre los últimos puesto de acceso a Playoff en la Conferencia Oeste, que visto así, tampoco es moco de pavo. Sin embargo, el equipo funcionó bastante mejor de lo esperado y se erigieron en una de las mayores sorpresas. Incluso eliminaron a los otrora todopoderosos Sacramento Kings por un contundente 4-1, aunque posteriormente San Antonio les despertara del sueño. Eso, despertar de ese hermoso sueño será lo que tengan que hacer este año en Seattle. La plantilla casi sigue intacta, pero las leves variaciones pueden marcar una gran diferencia: Jerome James y Antonio Daniels se marcharon y, seguramente la más importante, Nate McMillan ya no se sienta en el banquillo. El primero les deja sin pívots de garantías, con un agujero tremendo en esa posición, el segundo les deja sin un gran suplente, y el tercero, el tercero lo pueden notar más de lo que creen. Se va un entrenador ganador y le sustituye el asistente, que en su carrera como head coach (San Antonio, Atlanta y Clippers) lleva un balance negativo de victorias. Toda una incógnita la que despiertan los Sonics de cara a esta temporada.
Quinteto titular:
Muy bueno hasta que llegamos a la posición de ‘cinco’, para qué engañarnos. Luke Ridnour es uno de los bases jóvenes con mayor proyección de la liga. En su aún corta carrera no ha hecho más que crecer y el Luke que pudo verse contra Sacramento en Playoff puede ser un adelanto del que veamos a lo largo de esta temporada. Ray Allen, que a punto estuvo de marcharse, aceptó la suculenta oferta que los Sonics le pusieron sobre la mesa y se olvidó de proyectos interesantes como el de ser escudero de LeBron o rebozarse en la pasta que los Hawks ofrecieron por él. Un extraordinario tirador, con una técnica reservada para los ángeles y que, de nuevo, será el gran estandarte del equipo. Y con el bolsillo lleno. Joven a pesar de su dilatada carrera, Rashard Lewis ha logrado hacerse poco a poco un hueco en la liga y puliendo cada vez más su juego y su tiro. En el puesto de ala-pívot, uno de esos jugadores que tan poco gusta a veces ver en el campo pero necesarios al fin y al cabo. Reggie Evans, de nuevo, será uno de los encargados de poner el juego sucio en el equipo (tranquilo Fortson, que tú también puedes). Un gran trabajador, todo un seguro bajo tableros a la hora de luchar por el rebote y exprimirse en defensa. Eso sí, que no le pidan atacar. Y aquí es donde llegamos al gran agujero del quinteto. En un principio, Vitaly Potapenko era el indicado para cubrir esa posición pero una lesión le ha impedido aún debutar, por lo que el jovencísimo Johan Petro, del que hablan maravillas (gran taponador), podría perfilarse como su sustituto. Tampoco hay más donde elegir.
Banquillo:
Como suplentes del joven Ridnour, aparecen dos jugadores: un buen defensor como Rick Brunson o el que fuera líder de los Spartans campeones del 2000, Mateen Cleaves (junto con Charlie Bell, Jason Richardson, Morris Peterson y el ACB Aloysius Anagonye). Como escolta, el renovado Ronald Murray, y como alero Vladimir Radmanovic, cuyo ego se ha disparado a lo largo de este verano en los despachos (pidiendo cifras desorbitadas) y en el vestuario (uno de los rebeldes de la Serbia del Eurobasket). Damien Wilkins, que el año pasado cumplió con creces cuando el equipo lo necesitó, tendrá minutos en ambas posiciones. Como ‘cuatro’, una de las noticias agradables del año, Nick Collison que tras pasar todo un año en blanco por culpa de una grave lesión, volvió la temporada pasada y se espera de él una gran progresión. Danny Fortson, especialista en técnicas y faltas en general, también tendrá su rol en esta rotación. Y como pívots suplentes, dos jugadores muy jóvenes, Johan Petro y Robert Swift. La larga lista de jugadores capaces de desempeñar las labores de ‘power forward’, y el escaso rendimiento que se espera de los pívots, podría dejar ver al equipo jugando con un teórico ala-pívot como ‘center’.
Pronóstico:
Con semejante agujero en el puesto de ‘cinco’, una rotación de guards algo escasa y la marcha del entrenador, se antoja imposible repetir los éxitos del año pasado, aunque la permanencia del bloque les mantiene entre los candidatos a Playoff.
UTAH JAZZ. VOLVER DONDE CORRESPONDE.
La marcha de John Stockton y Karl Malone dejó tocada a la franquicia. La primera temporada de ausencia lograron salir adelante, pero el año pasado llegó la catástrofe. Tan sólo 26 victorias, la mayor parte de ellas ocasionadas por la baja del gran estandarte: el ruso Andrei Kirilenko, uno de los jugadores más completos del campeonato. A todo ello se suma la polémica que rodeó a Boozer, al que muchos criticaron su falta de entrega t la falta de estabilidad reinante en el puesto de base, que padeció los enfrentamientos personales entre el puertorriqueño Carlos Arroyo y el técnico Jerry Sloan, la enésima lesión de rodilla de Raül López (justo cuando mejor le iban las cosas) y la presencia de Keith McLeod, que, seamos sinceros, no es el más deseado entre los entrenadores. Precisamente este problema es el que pretenden arreglar con la llegada de Deron Williams, la gran esperanza del equipo mormón de cara al futuro, un base con el cuerpo propio de un escolta que a buen seguro hará las delicias de los aficionados de Salt Lake City. Junto a él llegan jugadores como el prometedor CJ Miles, el exspur Devin Brown, o el regreso del eterno Greg Ostenta, quizá para recordar el ya lejano olor de las Finales vividas. Puede que los Playoff en el Oeste estén demasiado difíciles como para optar aún a ellos, pero desde luego que parece una buen base sobre la que ir construyendo.
Quinteto titular:
Deron Williams, sin ningún lugar a dudas (salvo pruebas de Sloan), será el base titular del equipo, un extraordinario asistente con un letal tiro de larga distancia, capaz de defender al escolta rival pero que puede encontrar dificultades para defender a su par. Gordan Giricek, el “egoísta”, acusado frecuentemente de no pasar la bola todas las veces que debería. Su sitio en la esquinita lo tendrá reservado. En el alero, un jugador-total. Como ya se ha comentado antes, un jugador capaz de hacer de todo y todo muy bien. Pasar, tirar, rebotear, taponar, robar, defender, atacar… un jugador completo que seguirá siendo, salvo sorpresa o lesión, el faro de la franquicia y uno de los grandes defensores de la liga. En el puesto de ala-pívot, Carlos Boozer, el gran odiado por la afición de los Cleveland Cavaliers y que, el año pasado, acabó sacando de quicio a sus propios aficionados. Su rendimiento en ataque, siguió siendo bueno, pero su entrega y concentración en defensa descendieron hasta niveles alarmantes. Ya se sabe, son los peligros de firmar un contrato semejante a un jugador que aún está empezando. Y como ‘cinco’, Mehmet Okur, otro jugador terrible en ataque pero que en defensa suele encontrar sus mayores problemas.
Banquillo:
Como era de esperar, el puesto de base sigue renqueante, pese a la llegada del número 3 del draft. Keith McLeod y Milt Palacio, se repartirán los minutos, aunque, para algunos sectores, la palabra base les venga grande. El jovencísimo CJ Miles y Andre Owens (salvo que acabe siendo cortado a pesar de su buena pretemporada) pueden ser buenos recambios, pero Devin Brown ha llegado para algo. Matt Harpring, una vez recuperado de la seria lesión de rodilla sufrida, podrá volver a aportar muy buenos minutos, alternando salidas desde el banquillo como alero suplente o saliendo de titular en caso de ausencia de uno de los hombres altos (saliendo como alero y reposicionando a los otros 2) o en caso de bajo rendimiento de Gordan Giricek. Como ala-pívot, la progresión de Kris Humphries centrará a buen seguro la atención de los seguidores, mientras que, como pívot, Jarron Collins y Greg Ostertag se encargarán del trabajo sucio.
Pronóstico:
Para poder disfrutar de un buen año, será fundamental que hombres de la importancia de Andrei Kirilenko y Matt Harpring logren mantenerse sanos. El Oeste es salvaje, pero en la lucha por las últimas plazas siempre entran muchos candidatos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario