martes, noviembre 01, 2005

Calentando motores. División Atlántica.


BOSTON CELTICS. JUVENTUD AL PODER

El proceso de reconstrucción de un equipo siempre es duro, muy complicado. Cuando ese proceso se alarga durante casi dos decenios y tiene visos de continuar así más tiempo, la situación a veces se torna en insoportable. Pero afortunadamente, no parece ser éste el caso de los aficionados verdes, que siguen al pie del cañón con su equipo, confiando en jóvenes promesas y añorando los tiempos mejores. De cara al esta temporada, que punto esta de comenzar, se presentan con las sensibles bajas de jugadores como Antoine Walker y Gary Payton, y las novedades de jugadores jóvenes como Dan Dickau y los rookies Gerald Green, Ryan Gomes y Orien Greene. Y, mientras tanto, persisten aún los rumores acerca de la posible marcha de Paul Pierce. De Portland a Clippers pasando por Denver, durante este verano se le ha colocado en varios equipos y, lo único en que todos coinciden es en que el escolta abandonará el barco. Si a esto le añadimos la implicación de Tony Allen en un intento de homicidio, es fácil pensar que la temporada se hará larga.

Quinteto titular:

Con la única duda del tiempo que tardará Al Jefferson en quitarle el puesto de titular a Mark Blount, los verdes se presentan con un quinteto sensiblemente inferior al que terminó la temporada. Delonte West sigue su conversión a base por buen camino, aunque el año pasado no terminó de convencer. La llegada de Dickau podría ponerle sobre aviso si no da resultados. Su gran temporada en los Hornets parece haber sido suficiente aval. Paul Pierce, a expensas de poder resolver su futuro cuanto antes, seguirá siendo el principal referente del equipo. Ricky Davis, ante la ausencia de un alero de mejores cualidades, parece que subirá al status de titular tras haber sido uno de los mejores sextos hombres. Mark Blount seguirá recolectando el cariño de la afición céltica con su apasionante entrega y trabajo (nótese el tono irónico utilizado por un servidor durante la frase) mientras que Raef LaFrentz, correcto sin más, seguirá siendo necesario hasta que llegue o surja alguien mejor.

Banquillo:

Acusada juventud. El quinteto suplente, de darse un par de circunstancias no muy complicadas, podría alcanzar una media inferior a los 23 años. Mientras que Dan Dickau (gran temporada, pero en un equipo como los Hornets) y Marcus Banks luchan por un puesto… esta vez de suplente, Tony Allen tendrá que resolver sus problemas con la justicia (no se espera que vaya a más), Gerald Green deberá soportar la terrible presión que supone ser la gran esperanza de toda una afición, Al Jefferson (que apunta muy alto, sí) deberá cuidar su falta de concentración (demasiados problemas de faltas) y su dificultad para moverse en defensa si quiere salir adelante y Kendrick Perkins tendrá que luchar por una oportunidad en un juego interior que no es nada del otro mundo. Mucho caos en el banco, donde pocas cosas son seguras: Orien Greene apunta a la D-League, Brian Scalabrine, con 26 años parece viejo entre tanto joven y Ryan Gomes ha hecho una muy buena pretemporada. Trabajito por delante, Doc.

Pronóstico:

Temporada larga y difícil la que se avecina en Massachussets. Demasiadas promesas y pocos “proyectos hechos” en la plantilla. Este año toca sufrir, pero al menos parece que en los draft hay acierto.



NEW JERSEY NETS. TRÍO DE ASES

La temporada pasada, la desgraciada lesión de muñeca que sufrió Richard Jefferson nos impidió apenas disfrutar de uno de los mejores juegos exteriores más espectaculares de los últimos años: una mente prodigiosa con dos artistas del aire a su servicio. Y es que si Jason Kidd se quejaba amargamente tras la marcha de Kenyon Martin, ahora puede estar contento con lo que le han regalado. Sin bajas sensibles en la plantilla, la llegada de Marc Jackson apuntala el juego interior (buen pretemporada la suya), mientras que hombres como el inclasificable Jeff McInnis, Scott Padgett o el rookie de Texas A&M Antoine Wright, llegan para fortalecer y dar refresco al peligro exterior

Quinteto titular:

Temible equipo titular con el que se presentan de cara al nuevo curso. Kidd, uno de los mejores bases de la competición y el más completo de todos ellos aspira a mantener la línea de su producción, donde no faltarán a buen seguro los triples-dobles. Vince se presenta ante el más difícil todavía: repetir lo del año pasado. Y es que tras el traspaso y en sólo media temporada, superó la barrera de los 30 puntos en cerca de 25 ocasiones. Muchos son los que lo acusan de haber rendido por debajo de sus posibilidades en ese comienzo de temporada (muy probable, por otra parte) pero su status de superestrella se mantendrá intacto. Jefferson deberá alejar el fantasma de su lesión a base de juego, algo que nadie pone en duda pero que todos esperan por el bien del espectáculo. No habrá problemas. Por su parte, Cliff Robinson y Marc Jackson se disputarán la titularidad, mientras que Nenad Krstic jugará con la tranquilidad de quien se ganó un puesto a base de trabajo y buen juego, en un año en el que sorprendió a propios y extraños.

Banquillo:

No es precisamente uno de los banquillos más completos de la liga, pero es algo en lo que la franquicia ha estado trabajando durante el verano. Zoran Planinic, que nos hizo sufrir durante algunos minutos en el Eurobasket, y Jeff McInnis, serán los encargados de dar oxígeno a un veterano Jason Kidd. Hombre como Antoine Wright (de momento no muy acertado en sus primeros pasos), Scott Padgett o Lamond Murray completarán el backcourt suplente. Por dentro, bien Cliff o bien Jackson supondrán un punch extra desde el banquillo, mientras que Jason Collins aportará la intendencia necesaria.

Pronóstico:

Con un quinteto así y estando en la desmejorada Atlantic Division, no parece complicado que se cuelen como primeros de división en. Lo que pocos pueden poner en entredicho es su presencia en Playoff.


NEW YORK KNICKS. TIEMPO DE OBRAS EN BROADWAY

Cuando Larry Brown decidí dejar el banquillo caliente y cómodo de Michigan, comenzaron a saltar las especulaciones: unos apuntaban a una posible retirada, aludiéndola a problemas de salud... y a la edad, que no perdona. Otros, la inmensa mayoría, daban por hecho su llegada a los Cavaliers para desempeñar el papel de director deportivo, una posibilidad que aunaba la retirada del fragor de los banquillos con el indudable atractivo de construir un equipo en torno a LeBron. Y, detrás de todos ellos, rumores que le situaban como uno de los nombres barajados para el banquillo de la Gran Manzana. Pero no, eso es imposible, los Knicks no son un "Equipo Brown". Y no, no lo son, pero esta vez gano el romanticismo: "El baloncesto empezó para mi en esta ciudad, y en ella quiero que acabe". El decidió, y ahora le toca hacer de los Knickerbockers un equipo competitivo... bueno, de momento, hacer un equipo. Porque si algo se ha visto durante esta pretemporada, era la falta de ese concepto colectivo en su juego. Mucha tela tendrá que cortar el vejete para acondicionar el equipo. Marbury, Crawford y Richardson son los primeros candidatos a ser aleccionados, no tardará en buscar gente más obediente (tanto es así que solicitó el fichaje de Eric Snow), pero durante este mes de calentamiento ha ocurrido algo que le pondrá en un aprieto: los rookies lo están haciendo bastante bien. ¿Hará como con Milicic?

Quinteto titular:

Stephon Marbury no cumple con el perfil de “base Brown”, ni mucho menos. Otros jugadores a lo largo de la trayectoria en los banquillos de Larry B sufrieron su estrictez: Allen Iverson pasó a jugar de escolta, mientras que Chauncey Billups tuvo que dar un pequeño giro a su juego. La verdad es que a ninguno de ellos les fue nada mal tras el cambio pero ¿será el caso de Steph? Poco probable. El autoproclamado mejor base de la liga (los hay que no tienen abuela) posiblemente seguirá en su posición, aunque más de un toque de atención recibirá seguro. Jamaal Crawford y Quentin Richardson se perfilan como los grandes quebraderos de cabeza para el entrenador. No en vano, entre los dos se jugaron la temporada pasada la nada despreciable cifra de 1143 triples mientras que los Pistons en su conjunto, tan sólo llegaron a los 1053. Tendrán que arreglarse ese resorte en la muñeca. En la posición de ala-pívot tendrá que elegir Antonio Davis y Malik Rose, trabajadores natos. Ahí no habrá sorpresas. Como pívot, Eddy Curry, cualquier otra opción le pondrá seriamente en evidencia. El trabajo nunca ha sido el fuerte de Eddy, pero su rendimiento este año está lejos de toda duda. Esperemos que el corazón no le dé más problemas.

Banquillo:

Nate Robinson se perfila como gran proyecto de futuro, pero estando Marbury por delante, se antoja imposible la titularidad. Hardaway está disfrutando de minutos y, de momento y salvo lesión, se espera que así siga. Lo que no es del todo descartable es que Larry dé el campanazo sentando a Crawford o a Richardson a favor de un alero trabajador. En esa posición precisamente es en la que Matt Barnes y Trevor Ariza están proporcionando la gran sorpresa de la pretemporada. Muy acertados ambos en los minutos de que disfrutan, y no se descarta que Trevor, gracias a sus condiciones defensivas, termine la temporada como titular. David Lee, Maurice Taylor, Antonio Davis… por falta de jugadores no será desde luego, aunque resulta especialmente esperanzador el rendimiento del rookie durante los partidos preparatorios. Jerome James y Channing Frye no son, precisamente, duros y consistentes en defensa, pero alguien tendrá que jugar.

Pronóstico:

Larry llegó avisando de que el proyecto no era a corto plazo y que se necesitaba tiempo, por lo que no se esperan grandes resultados de momentos. Sin embargo, para muchos, la reputación de Mr. Brown es un factor a favor. A priori no parecen meter miedo.


PHILADELPHIA 76ERS. BUSCANDO LA QUÍMICA

Cuando a mediados de febrero, se consumaba la llegada de Chris Webber al equipo, saltaban las casas de apuestas, que de repente colocaban a los de Pennsylvania como uno de los grandes favoritos en el Este e, incluso, llevaba a los más acérrimos seguidores a pensar en el trofeo Larry O’Brien. Era otro O’Brien, Jim, quien debía ocuparse de colocar las piezas de lujo de la mejor forma posible para lograr el objetivo. Sin embargo, la chispa entre el anotador más prolífico y el jugador con más clase de la liga, no surgió y el experimento dio al traste. Incluso se rumoreaba que no era precisamente afecto mutuo lo que se tenían. Ahora, todo son piropos entre ambos. De repente, quieren poner de su parte para que surja la química. Quién sabe en lo que puede acabar, pero su entendimiento es esencial para el equipo. La llegada de Maurice Cheeks, hombre de la franquicia y mentor de Allen, también influirá lo suyo.

Quinteto titular:

Gran quinteto el que presentan y muy equilibrado, mezcla de experiencia y juventud y con una extraordinaria pareja interior-exterior. Allen Iverson, exultante con la llegada de Cheeks, cumple 10 años en la liga (y como sixer), por lo que su motivación será si cabe mayor que la que ha demostrado noche tras noche durante todo este largo tiempo. Andre Iguodala (AI2) seguirá perfilándose como un jugador completo y perfecto compañero de Allen para las alturas, Kyle Korver deberá demostrar algo más a parte del hecho de ser un extraordinario tirador de 3. Por su parte, Chris Webber tendrá que hacer todo lo posible para que, con su ayuda, el equipo pueda aspirar a cotar mayores, mientras que Samuel Dalembert será otro de los que tenga que confirmar expectativas después de la renovación de contrato que ha firmado este verano. A crecer toca.

Banquillo:

Situación desoladora la de los recambios que tendrá a su disposición Maurice Cheeks para dar respiro a los hombres importantes. Tan sólo el ex hornet Lee Nailon y el pívot Steven Hunter parecen ofrecer garantías suficientes. El resto, grandes incógnitas. De Louis Williams se han hablado auténticas maravillas, hasta sucesor de Allen Iverson le han nombrado (el propio Allen fue a verle en algún que otro partido), pero con 19 años deberá primero adaptarse a un gran universo que se acaba de abrir ante sus ojos. John Salmons de nuevo se sale en pretemporada, pero en el momento de la verdad siempre pasa lo que pasa. Shavlik Randolph, que pagó su precipitación en el draft, se quedará a verlas venir. Si es que no aprenden, el mejor agente es el de Kevin Ollie…

Pronóstico:

Tratándose del Este, los Playoff estarán como siempre algo más baratos, pero la ausencia total de un banquillo solvente siempre acaba pagándose, tarde o temprano. Las aspiraciones dependerán en gran parte del grado de compenetración que AI y C-Webb sean capaces de alcanzar, pero la progresión de los jóvenes también será determinante. Del banquillo, poco que esperar.



TORONTO RAPTORS. TIEMPO DE BOSH

Primera temporada que los canadienses empezarán sin el que ha sido el mejor jugador de su corta historia, sin el jugador que marcó un antes y un después en toda una franquicia con su llegada. Con semejante situación, lo normal es que aparezca una clara dependencia. La temporada pasada ya lo sufrieron a partir de su salida (aunque lograron salir a flote), y en esta parece que las cosas no irán mucho mejor. El líder del grupo está claro, Chris Bosh, pero el equipo, por una u otra razón, no acaba de encontrar su camino. La novedad más importante es la confianza depositada en José Manuel Calderón, una gran noticia para los aficionados al basket de este país. De momento, la llegada de Mike James parece privarle de la titularidad, pero el cuerpo técnico (y la afición, según indican las encuestas) se muestra encantado con él. Y junto a ellos, dos rookies prometedores: Joel Graham y Charlie “sin cejas” Villanueva. Altas todos ellos que cubren ampliamente la marcha de Donnyell Marshall y el díscolo Rafer Alston.

Quinteto titular:

Mike James de momento está demostrando más resultados a nivel individual que colectivo, pero Sam Mitchell sigue concediéndole la titularidad. El año pasado no lo hizo nada mal en Houston y Milwaukee y cuenta con más experiencia en la liga que Calde, por lo que lo normal es que sea él quien salga de inicio al principio de temporada. Jalen Rose (según las malas lenguas, más fuera que dentro del equipo) aportará la experiencia en un equipo joven, además de ser uno de los encargados de llevar el peso anotador del equipo. Joey Graham será el encargado de apretar las clavijas en ataque gracias a su impresionante poderío físico, aunque en ataque el chaval tampoco es manco. Chris Bosh, como era de esperar y como resulta más que lógico, será el líder del equipo, peso que ya tuvo que llevar durante la segunda mitad de temporada. Preciosos movimientos en ataque, buen tiro… con un poco más de peso no debería tener problemas para entrar en la élite de la liga. Loren Woods parece haberse hecho en los últimos partidos con la posición de titular, aunque la progresión de Araujo (el año pasado se ganó el ostracismo de calle) parece evidente. Los 130 kilos del brasileño ayudarían bastante en la zona.

Banquillo:

Aquí es donde parece que tendremos que ver durante los primeros tramos de temporada a nuestro Jose, más tarde el tiempo dirá, pero de momento, le tocará ganarse el puesto, donde Alvin Williams ha regresado sin demasiado acierto y Tierre Brown no cuenta con continuidad. Mo Pete pasa a baza ofensiva desde el banquillo, mientras que Matt Bonner seguirá demostrando aptitudes desde el banquillo. El que se ha ganado el respeto y admiración de la afición a base de un gran rendimiento es Charlie Villanueva, probablemente el mejor rookie de la pretemporada y la sorpresa más agradable en Canadá. Alternará los puestos de alero y ala-pívot, pero la presencia en su posición natural de Chris Bosh le resta, obviamente, posibilidades de titularidad. A vista de los últimos partidos, parece que Araujo partirá desde el banquillo, sin embargo, sus resultados deberían señalar lo contrario. Veremos como se resuelve el asunto.

Pronóstico:

Temporada difícil para los Toronto Raptors, que parecen estar buscando ya acomodo entre los puestos de lotería del próximo año. Buenos cimientos, pero demasiada juventud.

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