viernes, julio 04, 2008
Oklahoma Sonics. El adiós de la Ciudad Esmeralda
Se acabaron 41 años de historia. Se acabó la NBA en Seattle. Los Sonics ponen rumbo a Oklahoma. Finalmente, se cumplirá el deseo de Clay Bennett, y el equipo jugará en su Oklahoma natal.
El dueño de los Sonics logró por fin encontrar el precio que buscaba para poder llevarse el equipo a Oklahoma: deberá extender un cheque de 45 millones de dólares (que podrían convertirse en 75) a la ciudad de Seattle para hacer realidad su particular sueño. Horas antes de que el Tribunal dictara sentencia, ciudad y propietario alcanzaron un acuerdo para poner fin al entuerto.
En concreto, Bennett deberá abonar a la ciudad de Seattle 45 millones de dólares en un primer plazo (22.5 por cada temporada que quedaba del contrato de arrendamiento) y, si en 2013 la ciudad no hubiera conseguido otra franquicia de la NBA, tendrá que pagar los 30 millones restantes. En febrero, la oferta para rescindir dicho contrato fue de tan sólo 26.5 milones, cantidad que la ciudad juzgó insuficiente y rechazó de plano.
Para ese futuro, la ciudad conserva todo lo referente a la propiedad intelectural del equipo: logo, nombre, colores, uniformes y hasta trofeos y camisetas retiradas, enseres estos últimos que permanecerán expuestos en una insititución de la ciudad (posiblemente, el Museo de Historia e Industria). En caso de que la Ciudad Esmeralda consiga una nueva franquicia, tendrá todo el derecho a volver a utilizarlos.
Mientras tanto, David Stern asegura que la renovación del Key Arena sería un buen camino para poder volver a disponer una franquicia. Pero para conseguirlo, será necesario que el Ayuntamiento apruebe una inversión de 300 millones de dólares antes del final de 2009. Esto es, si la ciudad quiere volver a tener un equipo en la NBA de aquí a cinco años, tiene un plazo de tan sólo 18 meses para conseguir esa financiación.
¿Actuó bien Bennett, llevándose a las primeras de cambio el equipo a Oklahoma, su ciudad natal?
¿Actuó bien Stern, poniéndose desde el principio del lado del los nuevos propietarios?
¿Actuó, incluso, bien la ciudad de Seattle, no aprobando las ayudas para la remodelación del estadio?
Habría que recordar el Qwest Field, feudo de los Seattle Seahawks, no sólo fue construido gracias a Paul Allen (dueño también de los Blazers), sino que una parte muy importante llegó a través de dinero público, dinero que también fue utilizado en la construcción del Safeco Field, casa de los Seattle Mariners. Los Sonics, en cambio, se encontraron con la negativa de Seattle.
¿Trabajará ahora la ciudad para hacer regresar la NBA (y con ella a los Sonics) a Seattle?
No obstante, el acuerdo no pone punto y final a la polémica. Queda una remota posibilidad de que los Sonics vuelvan a Seattle, y no está en otras manos que en las de Howard Schultz, Mr. Starbucks, antiguo propietario del equipo.
Scultz mantiene abierta una vía legar, acusando a Bennett de haber mentido en sus intenciones acerca del equipo. Al parecer, Bennett habría prometido hacer todo lo posible para mantener al equipo en Seattle. Sin embargo, alega, ha aprovechado la primera oportunidad que ha tenido para llevarse el equipo a su Oklahoma natal.
Así pues, Howard Schultz pretende que la Justicia deshaga la venta y permita volver a vender el equipo a otros compradores que sí hagan lo posible para quedarse en la ciudad.
Una posiblidad muy remota, que en ningún caso ocurriría antes de la temporada 2009-2010 (el juicio estaría previsto para la primavera de 2009), pero que constituye por el momento el único clavo al que agarrarse que tienen en Seattle.
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