viernes, julio 25, 2008

Josh Childress cambia Georgia por El Pireo


Finalmente, saltó la sorpresa: Josh Childress jugará en el Olympiacos la próxima temporada, tras firmar un contrato de 32.5 millones de dólares por las tres próximas campañas, unas cifras muy superiores a las que pudiera haber logrado por parte de cualquier equipo en NBA.

Pese a todo, el jugador dispone de una cláusula de salida al final de cada una de las temporadas de que consta el contrato y, en cualquier caso, los Atlanta Hawks conservan los derechos sobre el escolta. De esta forma, la franquicia de Georgia podrá extenderle una Qualifying Offer al jugador durante los próximos veranos en caso de que quisiera volver a la liga.

Con Childress, el Olympiacos consigue un jugador que sobresale en el juego de transición y tiene en las penetraciones a canasta su mejor arma en ataque. Pese a que el tiro no es su fuerte, es de esperar que se vea beneficiado por la cercanía de la línea de tres, así como de la superioridad física que tendrá sobre gran parte de los aleros que militan en el Viejo Continente.

Todo ello redondeado con una habilidad defensiva notable. Si la plantilla de los de El Pireo no se había visto lo suficientemente reforzada con las llegadas de Theo Papaloukas y Nikola Vujcic, este fichaje hace de este equipo una plantilla invencible... sobre el papel. Habrá que esperar a la próxima temporada para comprobar si no se trata de otro proyecto de relumbrón que encuentra el fracaso en la Euroliga.

RICK SUND SE JUEGA SU PUESTO EN LA RENOVACIÓN DE JOSH SMITH

Después de perder a Josh Childress en la agencia libre con una falta de reflejos galopante, el futuro de Rick Sund pasa por la renovación de Josh Smith. Con apenas dos meses en el puesto de General Manager de la franquicia, si pierde también al joven alero podría haber hecho méritos suficientes para perder su puesto de trabajo. No ha hecho falta recordarle su situación, pues apenas horas más tarde de que Childress firmara con Olympiacos, Smith ya tenía sobre la mesa la primera oferta de renovación.

Por el momento, se habla de cantidades que rondarían los 60 millones de dólares por 6 temporadas, una cantidad sensiblemente inferior a las pretensiones del jugador, pero que podría ser lo suficientemente atractiva para retenerlo. Se trata de un primer paso en un proceso que se antoja difícil, después de que el propio jugador hiciera pública su reticencia a continuar jugando en un equipo entrenado por Mike Woodson (desde aquí le comprendemos) y sus deseos de salir de la franquicia mediante un sign & trade.

Ha tenido que marcharse Josh Childress para que Atlanta decida poner fin a ese estúpido juego que todos los veranos presenciamos con los agentes libres restringidos, el de franquicias que hacen todo lo que está en sus manos para retrasar lo máximo posible su oferta de renovación como medida de presión para que los jugadores rebajen sus pretensiones y acepten contratos de menor cuantía.

Y desde luego que esta situación no supone más que un perjuicio para la imagen de Atlanta de cara a los agentes libres. Si ya de por sí no era un equipo del agrado de los jugadores y se veía obligado a ofrecer grandes cantidades para lograr hacerse con los servicios de uno de ellos (como vimos en el caso de Joe Johnson), este hecho no contribuye más que a complicar esa situación.

Y todo esto llega cuando Atlanta se encuentra con tan sólo ocho jugadores bajo contrato (junto a Smith, quedan por renovar medianías del calibre de Salim Stoudamire, Jeremy Richardson y Mario West) para la próxima temporada, la mayor parte del pescado vendido y con el proyecto que había devuelto a la franquicia a los Playoff seriamente dañado.

Mucho tendrá que hacer Rick Sund para recuperar todo el camino desandado.

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