viernes, julio 06, 2007

Draft de una noche de verano. Capitulo XXIX.













Utah Jazz. La elegancia de los grandes tiradores.


La franquicia mormona afrontaba el draft con una necesidad imperante y, puede decirse, han sabido cubrirla de la mejor forma posible. Quizá gracias a la aversión del draft hacia los jugadores que han completado el ciclo universitario (suelen salir al final de la primera ronda), los Jazz lograron a uno de los mejores tiradores del sorteo.

No es un chico Sloan, no es el más aplicado en defensa, pero llega preparado para aportar desde el principio y con la seguridad que da tener al tercer mejor anotador de la nación. 26 puntos, nada menos. Hablar de Morris Almond es hablar de un extraordinario lanzador. Un infalible tirador de media y larga distancia que, además (porque esto no ocurre siempre), sabe buscar sus propias opciones. Ha demostrado a lo largo de su carrera universitaria una gran inteligencia a la hora de aprovechar las pantallas que le ofrecen sus compañeros, quizá recordando a los grandes tiradores de la liga. Escurridizo, por tanto, pese a su muy buen físico, será sin duda un gran refuerzo para un equipo que durante la pasada temporada se colocó entre los peores lanzadores de la liga. Sin embargo, habrá que estar atentos a sus minutos, que podrían sufrir grandes recortes a causa de su excesiva dejadez defensiva.

Con el 55, los Utah Jazz draftearon a Herbert Hill, una sólida prensencia en la zona defensiva que parecía anunciar (por fin), la despedida de Rafael Araujo de la ciudad de Salt Lake. Sin embargo, poco más tarde, los derechos del pívot de Providence fueron traspasados a Philadelphia junto con una cantidad económica a cambio de Kyrylo Fesenko, un 7 pies ucraniano aún por pulir, con buenas cualidades defensivas y, aún, falta de confianza en ataque, sobre el que se dice que podría dar el salto para jugar en el afiliado de la NBDL, los Utah Flash, respondiendo al interés de la franquicia en mantenerlo cerca para seguir su evolución.

NOTA: 7

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