Charlotte Bobcats. Jefe, un pelotazo.
¡Maaaaarchando! Cuando parecía que los Charlotte Bobcats seguirían con su tradición. Cuando parecía que Michael Jordan seguiría con la suya en los despachos. Cuando la mayor sorpresa era que no habría sorpresa, los rumores que apuntaban a un posible traspaso del pick número 8 se hicieron realidad. Con la renovación de Gerald Wallace pendiente (y casi sentenciada tras este trapsaso) y las expectativas depositadas sobre Adam Morrison puestas en el aire, los Bobcats hicieron el primer gran fichaje (draft a parte) de su historia.
Un día antes del draft, Chad Ford ejercía de pitoniso entre el humor y la mala leche para parodiar los gustos de Michael Jordan en un draft:
"I like the big, athletic kid who's really raw, refuses to rebound and has his motor running on idle for 30 minutes a night."
Bill Simmons, que en lo que a sarcasmo periodístico se refiere, es un genio, completaba la visión, aludiendo al excesivo gusto de la franquicia por los jugadores de la zona, North Carolina:
"The Bobcats are the only NBA franchise that operates like a WNBA franchise, right down to the sweeping lack of interest from their fans. I think they're going to draft Joe Wolf with their second-round pick, then trade their 2008 No. 1 to the Bucks for David Noel."
La profecía parecía convertirse en la más cruda realidad, hasta que saltó la noticia. Por fin, y como se lleva especulando durante toda su corta vida, los Bobcats utilizaron su increíble espacio salarial para dar cabida a un jugador de mayor entidad. Con Jason Richardson consiguen finalmente ese gran anotador fiable del que tanto han adolecido durante estos tres años. Un jugador ya veterano, asentado en la liga, que aportará ese punto de experiencia que el recién cortado Brevin Knight ya no podrá aportar. Un jugador que permitirá, además, aliviar la más que posible marcha de Gerald Wallace en el mercado de agencia libre.
Y lo mejor de todo ello es que el traspaso no terminó ahí. Además de conseguir al espectacular escolta, lograron los derechos de Jermareo Davidson, un hiperactivo ala-pívot de grandes cualidades atléticas que llega para echar una mano en el aún inconsistente juego interior bobcats. Con el 22, optaron por otra elección fiable, la del jugador del año de la Conferencia ACC y gran sensación del Orlando Pre Draft Camp, Jared Dudley. Un hombre que por altura debería jugar como alero pero por características y actitud podría jugar también como ala-pívot pequeño. Un trabajador incansable, reboteador consumado y acostumbrado a percutir en el interior para labrarse sus puntos en la zona. Circunstancialmente puede alejarse del aro para anotar desde el exterior, pero eso es algo que deberá pulir de cara a su carrera profesional.
Sin complicaciones y sobre seguro, como lo es el camino de esta franquicia.
NOTA: 7.5
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