sábado, diciembre 02, 2006

El partido de Cuatro. Toronto - Boston.

¡Qué menú, señores! ¡Qué menú! Sam Mitchell contra Doc Rivers. Dos estrategas de los banquillos frente a frente. Dos privilegiados de los banquillos (privilegiados, sí, muchos no hubieran aguantado). Faltaba Isiah Thomas para conformar un menage a trois de auténtico lujo. Para una orgía múltiple ya habría que hacerse con los teléfonos de Maurice Cheeks y Mike Woodson. No en vano son los banquillos más calientes de la competición. Al de los Raptors se le han revelado en casa, con las polémicas declaraciones de un jugador cuyo nombre no ha salido a la luz y que afirmó que les hace "correr por la cancha como pollos sin cabeza". Lo del de los verdes ya viene de lejos. Hace tiempo que la afición ya no está con él, y la verdad es que, si bien otras veces se cae en la crítica fácil, ayer hizo oposiciones a perder el culo en el plazo aproximado de una semana.

Sam Mitchell estuvo "probón". Arriesgó y al menos acertó. La defensa en zona del segundo cuarto apagó el torrente anotador en que se habían convertido los Celtics durante los primeros doce minutos. Sobre el papel, empezar a utilizar la variante (tan rumoreada durante la pretemporada) de los 3 hombres altos en cancha frente a un equipo cuyo mayor poder ofensivo se concentra en dos jugadores exteriores, era arriesgado. Sin embargo, acabó saliendo bien. Los experimentos del otro bando, sin embargo, no salieron bien. Doc Rivers se propuso tirar el partido cuando emparejó a Paul Pierce (demostró estar a otro nivel con su primer cuarto) con Chris Bosh. Si bien el de los Raptors puede encargarse de Pierce porque, pese a ser más alto, tiene una gran velocidad, en la relación inversa vemos cómo Chris no tiene problemas para lanzar por encima del de los Celtics e, incluso, atarcarle con ese primer paso demoledor. Scalabrine jugando minutos de importancia con Szczerbiak olvidado y Tony Allen (correcto, no obstante) quitándole minutos a Gerald Green (muy acertado ayer) fueron algunos de sus pecados. Bargnani sigue su ascenso e incluso se manejó bien en la defensa, Anthony Parker estuvo exultante por momentos y aviso para navegantes: TJ Ford estuvo extraordinario. Triste que haya que destacarlo, pero no cabe menos cuando en los últimos tiempos, desde prensa y aficionados de este país se está cayendo en la crítica fácil, en el acoso y derribo del "porque sí" de este jugador.

Y es que Calderón no necesita nada de esto para ganarse más minutos. Sigue demostrando que en este su segundo año le ha perdido el respeto a la canasta. Aprovecha su extraordinaria capacidad de penetración y la mala defensa de los bloqueos en la parte alta de la zona para anotar. Esto, junto con una mayor confianza en el tiro, nos permite ver un Calderón mucho más inicisvo, más anotador. No por ello despreciando la dirección del equipo. Su último minuto de partido, la única parte negativa. Hace tiempo que Garbajosa, por su parte, se ha asentado como titular de garantías. Sigue sin coger el truco a la distancia del triple NBA, pero desde la media distancia se mantiene letal. Colaboración en el rebote, capaz de dar ese pase de más que a veces le falta a Bosh, más que correcto en defensa (salvo cuando le tocó emparejarse con Paul Pierce, donde lo pasó mal por velocidad), muy inteligente a la hora de ver las líneas de pase... al otro lado del charco ya se han dado cuenta de que este no es un rookie cualquiera. Gran partido... y eso que aún no le entran de lejos.

2 comentarios:

True Wolf dijo...

Caramba que inquisidor con el bueno de Antoni Mich...

Lo cierto es que se podrían mirar más con lo que dan en Cuatro, aunque supongo que este se debe al interés nacional. En fin, la gente que quiere ver a Sergio, Calderón y Garba serán muchos, pero algunos otros hubieran preferido a buen seguro un suculento Phoenix-Milwaukee, por poner un ejemplo

Andres Aragon dijo...

Depende de cómo se tome. Nadie va a negar que es quizá el mejor comentarista del panorama baloncestístico.

Esto es sólo un apéndice puntilloso-humorístico. También se equivoca.

En esta retransmisión, además, me he enterado de algo que no me esperaba de él: lee el Memphis Commercial Appeal. Pau, su pantalón y esos rotos.