viernes, octubre 27, 2006

La previa. Sacramento Kings.


Cambio de entrenador. Rick Adelman pasó a ser parte del glorioso pasado de la franquicia y dio el relevo a Eric Musselman. La sensación de fin de etapa era demasiado palpable como para no hacerse efectiva. Los antecedentes de Musselman hacían verlo como un comienzo de unos Kings más defensivos (parcela que mejoró con la llegada de Artest), pero visto que los mimbres no son aptos para llevar a cabo este juego, parece que el catenaccio tendrá que esperar..

We Douby-lieve.


Verano con mal sabor de boca para los seguidores de los Kings. Los movimientos que se hicieron resultaron estériles a la par que escasos. Con el número 21 del draft, los de California se hacía con los servicios del que se comenta como lo más parecido a Gilbert Arenas que alberga esta promoción: Quincy Douby. Un prolífico anotador, excelso tirador de larga distancia, penetrador rápido e imparable con buen manejo de balón. ¿El problema? El que más acostumbrados estamos a oír: demasiado pequeño para jugar como escolta y demasiado "selfish" (pequeño quiebro para no abusar del término chupón) para actuar como base. Durante las ligas de verano, dos fueron los jugadores que se ganaron con su
trabajo un puesto en la plantilla, Justin Williams y Louis Amundson. Sin embargo, con la misma facilidad que vinieron, ya han sido cortados por el equipo. La dura realidad de la NBA. El culebrón de Bonzi Wells se estaba eternizando, entre las peticiones de un contrato económicamente excesivo y las negaciones a pagar más de lo debido. Sin visos de solución, Geoff Petrie optó por la solución fácil, sencilla y para toda la familia: el fichaje de John Salmons (desestimado incluso por los Toronto Raptors) a cambio de 23 millones de dólares durante los próximos 5 años. Cara de tonto se le debió quedar cuando Bonzi hincó la rodilla en el suelo y se rebajó a firmar un contrato irrisorio: 5 millones por 2 años. Para solucionar los acusados problemas en el juego interior se optó en un primer momento por Loren Woods, que duró en el equipo lo mismo que tardó en demostrar su inoperancia. El reciente corte de Maurice Taylor por parte de los Knicks (compraron su contrato, solución inteligente), fue aprovechado por la directiva para conseguir un refuerzo de garantías, pese a ser al fin y al cabo un cuatro más, a precio de saldo.

Talento a raudales.


Mike Bibby no podrá comenzar la temporada sobre la cancha. Una lesión en su pulgar derecho lo mantendrá alejado de las canchas durante un tiempo que se estima de 2 semanas. Tiempo relativo, puesto que las lesiones en las manos suelen ver acortados sus plazos de recuperación, como fue el caso de Chris Paul durante la pasada temporada, que ni siquiera estuvo de baja. Mientras vuelve o no, Ronnie Price podrá aprovechar el tiempo para ganarse la confianza de Eric Musselman. No lo ha hecho mal de momento. Jason Hart, cuesta abajo, tendrá que conformarse con la tercera opción. Kevin Martin, uno de los jugadores que más progresión demostraron durante el año pasado, mutó de jugador marginal a hombre imprescindible en ataque. Su mecánica de tiro no será la más pulida, pero su efectividad está lejos de toda duda. John Salmons fue fichado como Bonzi Wells de segunda y pruebas de ello son su suplencia y falta de rendimiento. No le será difícil, sin embargo, mantener el tipo por delante de Quincy Douby, al que le costará entrar en la rotación, al menos, un año. La ley no escrita del rookie. Ron Artest llegó mediada la temporada pasada, pero ya se muestra como el líder indiscutible del grupo. Un carácter tan fuerte facilita las cosas. Imprime carácter y origina mayor dureza atrás. Mientras el carácter se encauce por el lado positivo, no irá del todo mal. Francisco García ya demostró durante el año pasado que es un jugador versátil (incluso se le vio subiendo el balón), de gran ayuda para el equipo. La adaptación al tiro NBA, un paso determinante a dar. Corliss Williamson tendrá que conformarse con su rol de veterano seguro. En el puesto de ala-pívot la cosa seguirá dividida entre dos grandes jugadores, Kenny Thomas y Shareef Abdur-Rahim. El primero se ha encontrado con una nueva etapa de su carrera en Sacramento, siendo importante para el equipo con un rendimiento que a su llegada era imposible imaginar. Por su parte, Abdur-Rahim, que logró por fin romper el maleficio que lo llevaba marcando durante toda su carrera, pasó a ser uno de esos suplentes-punch que sacar como refresco. De Maurice Taylor no se esperan muchos minutos, sí los suficientes para utilizarlo de arma arrojadiza al interior problemático de turno. Brad Miller poco a poco ha ido convirtiéndose en un "injury prone" inoportuno: el jugador que menos tendría que lesionarse del equipo es el que más acostumbra a faltar. Y cuando se trata de un jugador con su visión de juego, el dolor es mayor. Tan grande que rivaliza con el hecho de tener en el banquillo a Vitaly Potapenko. Para que luego digan que el tamaño no importa.

Pronóstico:

De la misma forma que la era Adelman en el banquillo daba ya la sensación de estar finiquitada, el tiempo de hacer grandes cosas para estos jugadores también pasó. Los cambios fueron buenos para mantenerse peleones en la Conferencia Oeste pero ir más allá es una utopía. Tocará pelear de nuevo por las últimas plazas de Playoff.

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