martes, octubre 17, 2006
La Previa. Miami Heat.
Qué aburridos se llegan a hacer los campeones. Ganan un anillo y ya creen que no necesitan más refuerzos. Efectivamente, si algo funciona para qué tocarlo. Pero cuando la edad media de tu plantilla es tan alta, suele ser recomendable preparar el relevo generacional. El caso es que con lo puesto se presentan a la tarea de revalidar el título. El más difícil todavía. Si su pareja de pívots consigue mantenerse sana en los momentos importantes, habrán conseguido ya medio camino.
Mi reino por un tweener.
Sin ronda alguna en el draft, los aficionados tuvieron que esperar a ver un poco de acción. Aunque para la que vieron, tampoco es que la espera mereciera la pena. Con la carrera de Gary Payton tocando a su fin y la ausencia de un escolta suplente, la posición de guard se sabía desguarecida. Ante esta tesitura, Pat Riley se decidió a montar una especie de Operación Triunfo (lamento semejante mención en el blog, mis más sinceras disculpas) de guards. Daniel Horton, Robert Hite, Chris Quinn, Mike Gansey (cortado posteriormente) y Vincent Grier. Horton es un base con capacidad de tiro, aunque lo que debe mejorar su movimiento de balón, ya que es propenso a cometer demasiadas pérdidas. En defensa, su rapidez le concede una gran capacidad de anticipación. Quinn, quizá el más base de todos, no está teniendo sin embargo la suerte de cara en los partidos preparatorios. Robert Hite y Vincent Grier son dos de esos archiconocidos escoltas embutidos en el cuerpo de un base. Uno más tirador y anotador, otro más explosivo, Hite (que además es de la Universidad de Miami) ha hecho grandes méritos durante la pretemporada para poder quedar finalmente en la plantilla. La renovación, a principios de septiembre, de Gary Payton, apagaba las alarmas. Duraría poco, apenas un mes, el tiempo que tardaría Jason Williams en sufrir una lesión en la rodilla que lo dejará K.O. entre 3 y 5 semanas. En seguida, la franquicia reaccionó con la contratación del ex-grizzlie Antonio Burks. La búsqueda, sin embargo, no ha terminado. En las últimas fechas, se han intensificado los rumores que hablan del interés en contratar un combo guard de mayor entidad, en este caso Jeff McInnis. El corte de Derek Anderson, y la extensión de contratos de Wayne Simien y Dorell Wright fueron los otros movimientos de un verano escaso.
Nada nuevo bajo el sol.
Pese a su baja durante las primeras semanas de competición, no hay nada que pueda hacer peligrar la titularidad de Jason Williams. O eso parece. Y a decir verdad, cuanto más tiempo pase del ridículo en defensa que hizo en las Finales, mejor. Su cabeza se ha ido asentando en Miami (el que algo quiere, algo le cuesta, y el anillo...), pero cada vez más ha ido perdiendo funciones de base en favor de Wade, para quedar casi como peligro anotador. La retirada de Gary Payton se daba casi por hecha una vez conseguido por fin el título de campeón de la NBA, pero parece que el Larry O'Brien crea adicción y tratará a toda costa de revalidarlo. El campeón de la carrera de guards podrá tener minutos entre tanto. Dwyane Wade logró subir a lo más alto como sólo los más grandes saben hacerlo: dominando las Finales de la NBA. Mejor dicho, siendo el dueño y señor de los 4 partidos que decidieron la eliminatoria. LeBron o Melo, James o Anthony, y resulta que fue Wade el primero en saborear las mieles del triunfo. Como alero, James Posey seguirá partiéndose el pecho en defensa y aportando tiro exterior en ataque. Aquí, sin embargo, nucna podrá quitarse la etiqueta de MVP de Memphis que tan equivocadamente le colocó la afición. Dorell Wright mejora a pasos agigantados y está previsto que este año tome el relevo. Y la verdad es que con 20 años ya tiene muy buena pinta. Udonis Haslem, el paradigma del trabajador incansable, ha logrado hacerse un hueco que hace años, cuando trataba de reflotar su carrera en Francia, ni siquiera hubiera sospechado. Ahora, su defensa, su carga en el rebote y su protector dental son insustituibles. Quitándolse minutos a Dorell (merecidos, eso sí) y dando un respiro a Udonis estará Toine Walker, que consiguió dar ante Dallas una lección de saber estar. Wayne Simien, sophomore, luchará por arañar algún minuto más, algo que habla maravillas de este juego interior, puesto que en otro equipo no le faltarían minutos. Y por último, la que constituye (en condiciones normales) la mejor pareja de pívots de la liga: Shaquille O'Neal y Alonzo Mourning. Shaq jugó a nivel personal las peores series de Playoff de toda su carrera, pero bastó su presencia en la cancha para condicionar toda la defensa de Dallas. Aún vale su pero es oro. De Zo se espera que tome el preceptivo descanso antes de la postemporada para llegar en forma. Si lo consigue, pese a su riñón, sigue siendo un extraordinario center. Con ganas de pescar minutos, y más con la reciente lesión de Michael Doleac (al que ya le buscaban acomodo), Earl Barron, que logró generar en las ligas de verano una gran expectación.
Pronóstico:
Mismo quinteto y mismas primeras opciones desde el banquillo. Esa columna vertebral de 8 jugadores permanece impasible al paso del anillo. El problema es que la media de edad de esos 8 magníficos jugadores es de nada más y nada menos que 31 años. A esas alturas, dos temporadas seguidas de 100 partidos pasa factura. ¿La pasarán ellos?
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1 comentario:
Espero que se lleve a término el traspaso de Doleac x Mcinnis. A tan poco movimiento, al menos un jugador con hambre de anillo en la plantilla...
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