miércoles, octubre 04, 2006

La Previa. Boston Celtics.


Volver... con la frente marchita,
las nieves del tiempo blanquearon mi sien...
Sentir... que es un soplo la vida,
que veinte años no es nada,
que febril la mirada,
errante en las sombras,
te busca y te nombra.
Vivir... con el alma aferrada
a un dulce recuerdo
que lloro otra vez...

Paréntesis musical para los aficionados verdes. No encontré mejor forma para suavizar esa herida que dura ya 20 largos años. Y que visto lo visto durará un poco más. Efectivamente, al decir poco sigo suavizando, pero al sector veterano de la liga hay que cuidarlo como se merece. La interminable historia de los jóvenes con talento que no explotan, el buen ojo de Ainge en el draft y su mal hacer en los despachos, la tiranía de Doc Rivers... Los Celtics se han convertido desde la ruptura del Dynamic Duo (la original, no el montaje de la segunda) en un equipo aburrido y repetitivo hasta la saciedad. Da la impresión que el tiempo pasa y los clichés que rodean la franquicia se mantienen. De nuevo Al Jefferson no fue ese 20-10 tan proclamado a los cuatro vientos, de nuevo Danny Ainge tuvo bastante con rondas discretas para robar en el draft pero de nuevo dejó atracarse por otro GM, de nuevo Doc Rivers sembró discrepancias con sus rotaciones. De nuevo. Y con tanto ciclo al aficionado de Boston le entra prisa por salir, aunque no pretenda reconocerlo. Ve en Sebastian Telfair al Marbury que recién llegaba a la liga, en Gerald Green al Tracy McGrady que retorne al equipo a cotas que ni el original ha conseguido (pasar de primera ronda, por ejemplo), y en Al Jefferson y Kendrick Perkins el infierno interior que tanto anhelan y del que tanto han distando con Blount y Lafrentz. Lo divertido es que los 4 dieron el satlo como high schoolers, y como tales aún andan inmersos en los años importantes de su proceso de formación. Quizá sea inconsciente, pero la presión que se llega a poner sobre ellos es increíble. Sólo como ejemplo, muy pocos se acordaron de los terribles problemas de tobillo con los que jugó Al Jefferson para criticarlo en las ligas de verano. Y lo cierto es que jugó bastante tocado. Cada año llegan más y más jóvenes con todo por demostrar a los Celtics y la impaciencia tarda lo mismo en aparecer que las primeras expectativas de acabar la temporada en abril. Los cimientos parecen buenos pero, ¿Para cuándo?

A change is gonna come.

¿Y si la suere cambia? ¿Y si Danny Ainge empieza a comportarse en los despachos como mandan los cánones? ¿Y si lo que ha hecho este verano es su nueva imagen? Preguntará el joven ilusionado. ¿Cuánto tardará en joderlo de nuevo? Preguntará el veterano. Lo cierto es que hay que reconocer el buen hacer de Danny Boy durante este verano, por mucho que pueda llegar a costar al más acérrimo. Un año más tuvo en el draft- el centro de sus movimientos, pero no en la línea acostumbrada. Fueron los traspasos los que hicieron de la noche del draft una buena velada. Primero fue el traspaso de ese número 7 (para el que muchos apuntaban al net Marcus Williams, el gran derrotado de la noche) junto con Dan Dickau y Raef Lafrentz a cambio de Sebastian Telfair, Theo Ratliff y una futura segunda ronda. Esto es, al mismo tiempo conseguía el ansiado base con dos años de experiencia en la liga de regalo y rebajar un año de pago estrafalario con Theo Ratliff (contrato hasta 2008 por el 2009 del ex de Kansas). Si por el camino consigue además (como si de una peladora de patatas del teletienda se tratara) deshacerte de Dan Dickau, la jugada adquiere ciertos tintes de redondez. Horas después, otro gran base de futuro se ponía a tiro: Rajon Rondo y Briang Grant a cambio de una futura primera ronda. El que fuera compañero de Josh Smith en Oak Hill llega con la tarjeta de un pass-first point guard de extraordinario físico, gran envergadura y mejor control de balón. La noche acabaría con la consecución de uno de los rumoreados robos del draft, Leon Powe, a cambio de una futura segunda ronda. Llega con la incertidumbre de sus rodillas, de su altura y de haber sido ridiculizado recientemente por Al Jefferson en un uno contra uno, pero ofensivamente se espera que siga conservando el nivel que le caracteriza.

Tras el draft, Allan Ray y Kevin Pittsnogle, dos de los supuestos grandes olvidados. Al parecido físico del primero con Bullock, se añade el pestazo a Lafrentz del segundo. Si de ellos no sale nada, nadie debería culparlo. Como curiosidad, que alguien preste atención a la amplitud de manos del ex de Villanova. En el apartado de renovaciones, sobresaliente la extensión de contrato firmada a Kendrick Perkins, que firmó por apenas 16 millones en 4 años, cantidades irrisorias teniendo en cuenta que Brian Skinner o Jerome James cobran más, y Maurice Taylor o Adonal Foyle cobran el doble. Un jugador interior de futuro el verano pasado firmaba por 10 kilos. O al menos eso decían Dalembert y Chandler. Donde quizá sí se le fue la mano fue en la firma de 60 millones por 3 años a Paul Pierce. El valor de una estrella. El caso es que si todos los aficionados de los Celtics andan contentos con la renovación, es que las cantidades no han sido tan desorbitadas como desde fuera puede parecer. No sólo se trata de cuadrar los salarios, sino de mantener contento a quien te llena el pabellón. En resumen, verano movido y fructífero, que no es poco.

Inflación y tipos de interés.


Inflación y mucha. De un tiempo a esta parte el precio de un puesto en el quinteto titular de los Boston Celtics ha experimentado un acusado crecimiento. Si bien el año pasado Delonte West ejerció de indiscutible base titular dada la falta de mayor competencia (mediocre Orien Greene y desaparecido Dan Dickau), este año llega uno de los bases de mayor proyección de la liga y uno de los de mayor futuro de la hornada de 2006. Más que probable que Sebastian Telfair sea el principal depositario de los designios del ataque verde, mientras que la presencia de Rajon Rondo puede empujar a Delonte West a la posición de escolta en más ocasiones de las que pudieron observarse el año pasado. Y es que salvo Tony Allen, renqueante de la rodilla y sumergido en problemas judiciales por el asunto de aquel tiroteo nocturno, Paul Pierce no tiene alguien que le dé respiro con garantías. Para la posición de alero Wally Szczerbiak no debería temer aún por la presencia de Gerald Green, aunque sí debiera hacerlo por su escaso calado. Ryan Gomes ha trabajado durante el verano para ganar puntos en su tiro lejano (que no triple) y su manejo de balón, pero salvo la irrupción de un gran ala-pívot en el banquillo, no se espera que actúe como alero al uso. Continuará por tanto fajándose en los tableros mientras Al Jefferson, visiblemente más delgado y con los tobillos a punto descansa. Su tercer año debe ser el de la confirmación de lo apuntado en su temporada rookie. Los nervios están a flor de piel y se le exige incluso cuando no se debe. Para la posición de cinco, Theo Ratliff llega a poner calma en la retaguardia. Gran defensor, un seguro en el rebote y el tapón, su labor debe ser la de enseñar a los jóvenes cómo ser un gran interior. Kendrick Perkins puede iniciar como suplente, aunque de seguir la línea de ascenso iniciada durante la temporada pasada, la titularidad podría llegar más pronto que tarde.

Pronóstico.

La mejora de la plantilla con respecto al año pasado es evidente, pero a su vez también lo es la excesiva juventud que puebla el vestuario. La defensa y la falta de experiencia podrían pasarles factura, pero el descaro y la rapidez sumarán enteros para el objetivo de las 40 victorias.

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