sábado, junio 10, 2006

¡¡Terryble!!


1313 partidos hemos tenido que esperar para poder llegar a este momento. Atrás quedaron los 81 puntos de Bryant, la consagración de Gasol, el segundo MVP de Nash y el histórico debut de LeBron James. Aquí sólo llegan los mejores equipos, los dos que se han encargado de eliminar a los dueños de los 3 últimos anillos, dos plantillas profundas que han sido construidas desde la oscuridad de los despachos y el verdor de los grandes... billetes, que todo hay que explicarlo. El segundo del Este contra el segundo del Oeste. Un entrenador que empieza a lo grande contra uno que ya se las sabe todas. El mejor europeo que ha pisado nunca cancha contra una pareja de reyes. El rancho contra la playa. Dallas contra Miami. 26 hombres y un destino. Y tanto lío por un anillo.

Balón al aire, Diop gana la partida a Shaq y tras la sorpresa incial, se desenfundan las pistolas. Haslem 4 - 2 Griffin. La cosa tampoco entraba en ningún guión. La alegría le dura a Diop 3 minutos, los que tarda en ser sustituido por Erick Dampier. Jason Terry comienza el recital con 8 puntos, incluidos dos triples, pero en la otra canasta Wade no encuentra oposición alguna. Para más inri, en defensa se muestra muy serio y Nowitzki no convierte su primera canasta en juego hasta una vez errados 4 (Quinto de Alemania, que diría Carlos). Cuando Dwyane se toma un respiro, Jason Williams y Antoine Walker llegan al rescate. Y es que si ellos no son los del resto de temporada regular (mucho más serios ahora), Dallas tampoco, pues esa defensa del primer cuarto la he visto en el patio del colegio. Y así hasta que llega el momento cumbre: Nowitzki se hace con el rebote y se la pasa a Payton... ¡¡Payton!! Efectivamente, este no es de tu equipo. Balón para Walker, dribbling de pollo y triple desde 9 metros para cerrar el cuarto.

Punto a inflexión, márquese a fuego en la piel del aficionado. La defensa de Dallas se pone el mono de trabajo y recupera los niveles de Regular Season. Los Heat, pese a un nuevo triple de Toine, se empiezan a atragantar. Ni Josh Howard, ni Dirk, ni ahora Stackhouse, pero quién los quiere cuando puedes tener a Jason Terry on fire. Payton se lo pide, pero el recital continua. Cuando Josh Howard vuelve a la cancha, Gary se pasa a él, momento que Terry aprovecha para miccionar sobre las vergüenzas en defensa de Jason Williams. Los Heat sólo son capaces de anotar en transición rápida y Pat Riley se ve obligado a pedir un tiempo muerto. "Ni que lo fuera a solucionar", piensa Terry mientras enchufa otra. Si por alguna razón Dallas sigue abajo es por el escaso acierto de cara a canasta, pero cualquiera la mete cuando ve a Stackhouse con una brecha en la nariz por intentar rebasar a Shaq. A falta de 27.7 segundos Dallas empata a 44 a la vez que Terry celebra sus 20 puntos. El cronómetro desgaja los últimos segundos, Nowitzki la agarra, tantea, se eleva y... a 0.01 del descanso, Dallas se pone por delante. El alemán aparece por el partido cuando más urgencia había.

El partido en un pañuelo, el mismo que le hace falta a O'Neal cuando empieza a fallar tiros libres. La imagen es inconfundible: Hercúlea gota de sudor que resbala por su mejilla derecha y cara de preocupación mientras se la seca. 0 de 6. Wade toma el mando y trata de despegar, pero Nowitzki decide que es momento de clavar 2 triples. Terry tensa un poco la cuerda y ya cuesta seguir la estela. El partido dura exactamente lo que quiere el 31 de los Mavericks. Empieza el cuarto y primera dentro. Miami se pone a dos y otra dentro. Tiempo muerto, que se nos van. Y tanto: triple de Terry. Antes de que el comentarista americano termine el reguero de Unbelievable's, ya ha clavado otro. 30 puntos. Shaq hace lo que puede, pero eso a estas alturas de carrera no es suficiente. Wade pone todo de su parte. Antoine Walker está desconocido. Pero tampoco les llega para poder ponerse por delante. O'Neal a la línea, goterón por la mejilla y balón al tablero. 0 de 7. Y porque las benévolas estadísticas no cuentan los dos lanzamientos que tuvo que repetir. Los tiros libres mataron a Miami, y es que aquello de seguir al líder no iba por estos derroteros.

Sirva como aviso que en cuanto Dallas se puso a defender, la eliminatoria comenzó a bailar country. Que Dwyane Wade no puede brillar más de lo que lo hizo. Que Jason Williams en ataque estuvo serio. Que Antoine Walker estuvo acertado. Que Dirk tuvo apenas dos fogonazos. Y que aún así el que celebró la victoria al final del partido fue Cuban.

Sólo un aviso, señor Stern: Huele muy mal que en las Finales de American Airlines los mejores de partido sean, precisamente, Jet y Skywalker. Que todo parezca un accidente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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