domingo, febrero 19, 2006

Alfombra roja con amigdalitis

Pasó, pasó el All-Star como pasaron los Oscar. Con sorpresas y decepciones, ausencias destacadas y presencias inesperadas, pero con una gran diferencia: Teníamos a nuestro Pedro en Houston. Bueno, uno no sabe a estas alturas si llamarlo o llamarlo Moisés. El caso es que estaba, y bajo esa poblada barba se escondía una garganta enferma. Como las mejores películas de suspense, el All-Star mantuvo al espectador agarrado al reposabrazos y con la palomita a medio caer hasta el desenlace. Una inoportuna amigdalitis ponía las aspiraciones de Gasol en jaque y, de paso, las de todo un contingente de aficionados que desafiaría a las altas horas de la madrugada para ver un momento histórico del baloncesto español. Fue como aguardar enfundado en ese saco de dormir que nunca usaste el estreno de la película que tanto tiempo llevabas esperando. Me consta que má de un amante de la FIBA le fue infiel a su esposa por una noche, que el amante de ese cine independiente que dicen atesora todos los secretos de este arte, se quedó viendo la última superproducción de Hollywood. Que le gustase o no, será algo que guardará en secreto bajo la imperturbable defensa de Petrovic y Sabonis. Como los frikis de Star Wars bajo el disfraz de Obi Wan, todos bajo una misma camiseta. Como las tardes de selección, aunque sin temer la llegada de los cuartos.

En líneas generales puede considerarse como un trailer de la temporada: LeBron de MVP y los Pistons dominando en cuanto se pusieron manos a la obra. Pero uno no debería quedarse con la portada. Esta película trae tras de sí mucha miga. Por primera vez en mucho tiempo, vimos jugar en equipo a Kobe Bryant (y no lo hace nada mal). Tracy McGrady no se llevó el Oscar por una actuación que prometió mucho y se quedó a las puertas, al modo de Heath Ledger en Brokeback. LeBron Capote James era el 'quasi novato' que asustaba y se alzó con el premio gordo de la noche. El cine comprometido del Este ganó a las superproducciones del Oeste. Gasol tuvo un papel de segunda pero estelar. Como George Clooney en Syriana, ni la barba le faltaba. Premio al Mejor Actor de Reparto merced a ser el primer debutante de la historia en erigirse en dueño y señor de los rebotes.

Si bien su garganta estuvo mala, miles de ellas lo apoyaron desde España. Porque por fin tuvo lo que siempre anduvo persiguiendo. Porque por fin le concedieron lo que siempre mereció. Porque este sólo es el primero y aún vendrán más. Porque nunca antes un jugador de los Grizzlies había conseguido tal hazaña. Porque ha llegado a la élite y sigue con nosotros. Porque es Pau. NUESTRO Pau.

Enhorabuena.

2 comentarios:

Andres Aragon dijo...

Por razones de orden, dejo editadas las fechas de publicación del All-Star pese al enoooorme retraso en la producción.

Un genio sin inspiración...

Anónimo dijo...

Me ha encantado el articulo, sobre todo aquello que dices de los amantes de la FIBA jajajaja. Enhorabuena, otro artículo impecable :)