sábado, mayo 05, 2007

Rookie del Año. Premio al alumno con más clase.


Efectivamente. A estas alturas de temporada no vamos a cambiar de criterio. La unanimidad ha acompañado de principio a fin a este elegante escolta de la misma forma que lo hiciera el año pasado con Chris Paul. Unos por tardío despegue, otros por interminencia innata, otros por falta de minutos y todos por falta de ese puntillo más que les hubiera elevado al nivel de Brandon Roy.

Brandon Roy. Ahora más que nunca hay que huir del juego de palabras maldito. Yo lo sé, todos lo conocemos, pero tras el abuso casi enfermizo de él durante todo el año, mejor no contribuir al calentamiento global del planeta. Para más inri, hay un pequeño pueblecito en Oregon que se llama Roy. Por lo que mejor pasar de puntillas sobre el asunto. El bajo de nivel de la camada le podría colocar el cartel de ganador por incomparecencia del rival. Como un partido de baloncesto ganado por 2-0. Pero no es el caso. Al menos no del todo. Cierto que otras temporadas probablemente no se hubiera llevado el gato al agua, pero ha tenido la oportunidad de jugar y demostrar una clase terrible. Un muy buen anotador, acertado en el tiro de media y larga distancia, inteligente con el balón en las manos y efectivo en la defensa sobre el balón. Mes a mes a ido aumentando sus guarismos en ataque y ha terminado a un nivel inconmensurable. El estrellato no le espera, pero será una delicia verle jugar.

Andrea Bargnani. Comenzó la temporada algo perdido, tanto a la hora de encontrar su sitio en la rotación del equipo como dentro del mismísimo campo. Pero cuando cogió la confianza necesaria, se convirtió en una pieza letal de ese triple poste que ha llevado a los Raptors hacia la mejor temporada regular que se les recuerda en su corta historia (empataron el récord histórico de victorias). Su presencia en la cancha obliga al hombre interior que se ocupa de su marcaje a salir a posiciones muy exteriores, y contribuye a crear mayores espacios para Bosh. Sus triples caen como verdaderas losas, y su lanzamiento desde los 5 o 6 metros se antojan imparables. Como deberes pendientes para temporadas venideras queda la seguridad defensiva, donde su actuación se limita al uso de su envergadura como arma (en términos, brazos en alto para obligar a una mayor parábola y hachazo / pasividad en caso de mayor habilidad rival).

Lamarcus Aldridge. Comenzó tarde y acabó demasiado pronto. Una operación en el hombro le obligó a retrasar su debut en liga y unas irregularidades en el ritmo del corazón precipitaron el final de su primera experiencia como profesional. Se tuvo que ir, además, en el momento en el que disfrutaba de mayor tiempo de juego y mejores resultados estaba dando. Al principio sufrió la particular dureza de Nate McMillan con los novatos, pero la falta de jugadores interiores de garantías primero, y los problemas físicos del resto después, le llevaron directo a la titularidad. Gran seguridad en el rebote, expeditivo atrás y efectivo hasta la saciedad en las cercanías del aro. Quizá de haber disfrutado de los privilegios de Brandon Roy, le hubiera disputado el premio, pero los excesivos problemas físicos le han acabado pasando factura. Sin duda, una viga maestra en el futuro de los Blazers y un interior de referencia para los próximos años.

Jorge Garbajosa. Lo que estaba siendo la temporada soñada acabó convirtiéndose en la peor de las pesadillas. Ni en el guión más escabroso de Stephen King se hubiera incluido este final. La lesión que sufrió Garbajosa frente a los Celtics no sólo le privará de disputar sus primeros Playoff, sino que también le impedirá jugar con la selección española en "nuestro" Eurobasket. A lo largo de este primer año al otro lado del Atlántico, Jorge ha cosechado numerosos elogios gracias a lo que los yankees tienen a bien llamar "Basketball IQ", ese conocimiento del juego por encima de la media, esa inteligencia desbordante que ha desquiciado al rival partido tras partido. No es el más anotador, no es el mejor reboteador, no es el mejor asistente, pero es de los mejores de su equipo en cada uno de los apartados. Un eje fundamental en el equipo en el que esté. Y así lo han notado los Raptors en estos Playoff.

Rudy Gay. De poder establecer una comparación más o menos lícita para este novato, probablemente no se trataría de otro jugador. Estando más de moda que nunca la educación vial, podríamos colgarle a Rudy el cartel de semáforo, el intermitente por naturaleza. Unas veces en rojo, otras en verde, podemos resumir su temporada con el color ambar. La inestabilidad de un debutante es un factor que viene de fábrica, pero en algunos casos, pocos, como es el que nos ocupa, se manifiesta de forma contundente. La teoría nos decía que el juego alegre y libre de ataduras que trajo consigo Tony Barone propiciaría la explosión definitiva del dubitativo alero. Tras un enorme mes de febrero y un decente comienzo de marzo, volvió a las andadas y acabó diluido. La historia de un jugador de enormes cualidades que nunca acaba de tocar el cielo. Quizá un quiero y no puedo. La temporada tocará redimirse de sus pecados.

Randy Foye. Temporada algo decepcionante la del rookie de Villanova. Decepcionante en comparación con el gran verano que se marcó. Una actuación inconmensurable en las ligas de verano parecía presagiar la llegada de un invitado sorpresa a la lucha por el trofeo a mejor novato. Sin embargo, y pese a considerables esfuerzos anotadores, no ha sido capaz de hacerle sombra. Tras un comienzo acelerado, el acierto volvió a casa por Navidad, como en los anuncios de turrón. De algo tenía que servir jugar en los "lobos". Sin embargo, duró poco, y no fue hasta ya bien entrado marzo cuando volvió a dar muestras de su innegable talento anotador. Un jugador exterior con su capacidad ofensiva debe aprovechar mucho más la presencia en la zona de Kevin Garnett, tanto por espacios generados como por visión de juego. Esa imagen de final de temporada es la que se espera de él en un futuro cercano.

Paul Millsap. Un trabajador incansable. De cara al draft, se presentaba como uno de los posibles grandes robos. La altura es el principal pero que se le puede poner a este jugador y a buen seguro el que le hizo descender hasta las puertas del infierno. Sin embargo, se ha destapado como un gran acierto por parte de la franquicia de Salt Lake City. Su juego, tanto en ataque como en defensa es más propio de un cinco que de un cuatro. No en vano, y pese a la evidente diferencia de altura, en las series de primera ronda de Playoff lo estamos viendo emparejarse en numerosas ocasiones con Yao Ming. Frente a la falta de centímetros, buenos son los kilos. Y a él le sobran. Intensísimo reboteador. Un trabajador en la zona. Probablemente su futuro no vaya más allá de la clase media de la liga, pero ya a día de hoy supone una muy buena baza interior.

Adam Morrison. En recientes declaraciones el rookie de los Bobcats ha reconocido que quizá el cartel que quisieron colgarle de "La nueva esperanza blanca" le haya pesado demasiado. Efectivamente, esa catalogación enfermiza de todo tirador blanco como "el nuevo Larry Bird" supone una fuente de presión extra sobre el jugador, pero cuando un jugador ha demostrado el talento que (no va por ti, Dunleavy) este hombre ha sido capaz de enseñar en la liga universitaria, siempre se espera algo más que una temporada en la que acabas perdiendo tu titularidad en uno de los peores equipos de la liga en favor de Matt Carroll. Para tener una idea más aproximada del nefasto año que ha tenido en el tiro, de los 250 mejores anotadores de la liga, sólo 6 han promediado más tiros que puntos por partido. Él ha sido uno de ellos. Por lo demás, ha demostrado inteligencia, decisión y liderazgo, algo nada fácil para un novato. Faltó serenidad de cara al aro.

Craig Smith. Como no podía ser de otra forma, este "undershized" aprovechó a la perfección los minutos de final de temporada que le concedió Randy Wittman para firmar grandes números. Ser un cuatro en el equipo de Garnett no es una tarea grata, pero siempre se pueden aprovechar los huecos que abre el propio Kevin en la zona cuando juega a 4-5 metros de la canasta para hacerse fuerte en la zona. Esto le ha convertido en, probablemente, el mejor reboteador ofensivo de esta hornada de rookies y, en general, uno de los mejores de esta generación a la hora de recolectar los rechaces. Sigue teniendo excesivos problemas con las faltas, poca consistencia en el tiro y debe eliminar una tendencia tan marcada hacia el físico "Mike Sweetniano", pero hasta el momento ha suplido todo a la perfección con su trabajo sucio. De cara al año que viene, deberá mejorar su tiro, puesto que un ascenso de minutos (si Garnett continúa) pasará por jugar más minutos como alero.

Tyrus Thomas. Pocas veces un año rookie será vivido con tanta intensidad. Desde Free Money a Soultaker, ha despertado iras y loas a partes iguales. Su inocencia delante de un micrófono le llevó a ser como House, brutalmente honesto. Reconocer la gran verdad del concurso de mates, el dinero, le costó más de un disgusto. Su segundo sobrenombre le viene de su etapa en la NCAA, cuando dejó a Lamarcus Aldridge en un 2 de 14 en tiros y declaró que su misión en defensa era arrebatarle el alma, las ganas, a su rival. Y su primer año en los Chicago Bulls puede resumirse igual. Una primera mitad de Free Money, de banquillero irrelevante, y una segunda de soultaker, de revolucionario, de novato capaz de cambiar el signo de un partido con su intensidad. Su extraordinaria capacidad reboteadora y su instinto en defensa le aseguran el futuro, pero si quiere aspirar a más deberá conseguir un juego ofensivo más fiable, abandonando esa excesiva dependencia de las cercanías del aro.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

joder ! pedazo de artículo. Gracias por ilustrarme. Este año andaba especialmente perdido con los Rokiees. Ahora ya sé más que sus números.

Muy buen artículo.

Te has dejado a Hermman, no por su pasado FIBA, sino por el pedazo de final de temporado que hizo. Tras ver a las finales hay que incluir a Gibson, menudo jugón !

Thimoty

Anónimo dijo...

buen informe, aunque coincido con lo de hermman, jugadorazo, su final de temporada fue realmente notable; igual gibson y también fue bueno el último tramo de shelden williams (buen defensor que sumó puntaje) y de rajon rondo.
una pregunta, va a haber previa este año??? hasta tanto estaría bueno mantenernos al tanto de los nuevos traspasos y algún informe de algunos rookies que si bien no descollaron tuvieron buenos partidos en los que han demostrado buenas cosas de cara al futuro, como louis y justin williams, carney, lowry, kinsey, mardy collins, balkman, ilyasova, redik etc.
saludos

Andres Aragon dijo...

Esta vez quise dejarlos en diez, y obviamente el décimo fue el más difícil. No quería restarle más protagonismo a Brandon Roy.

El final de temporada de Herrmann ha sido increíble. 20 puntos de media en abril con unos porcentajes terribles. Lo malo es que los Bobcats parecen decididos a ir a por Corey Brewer en este draft.

Lo de Daniel Gibson... no puedo decir que lo de éste no me lo esperara :P .

Muchas gracias.

PD. Sí, este año también habrá previas. Y espero que el verano sea movidito.