El partido de Cuatro. Indiana - Portland.

¡OMG! Gran sorpresa la que me lleve cuando vi la entradilla del partido. Indiana Pacers contra Portland San Antonio. Llegué a pensar que podía ser parte de los actos de conmemoración del 50 aniversario del equipo de balonmano, para compartir gastos con la celebración del también medio siglo de Larry Bird. ¡Y yo qué sé! Cosas peores se habrán visto. Al final resultaron ser los Portland Trail Blazers, a los que por cierto no les vendría mal la ayuda divina del "santo tejano". Del de verdad. La tramitación de Tim Duncan supongo estará en proceso.

Llegábamos al partido en vilo por culpa de las declaraciones de Nate McMillan, que tras ganarse a España entera como Carl Winslow, la está perdiendo con sus hábitos adquiridos con Sergio. Primero dejó caer que el destino durante los primeros compases de competición para el canario podrían ser los Anaheim Arsenal de la NBDL. Hará buenas migas con Majic Dorsey, perteneciente al circuito AND1, pensaría Nate. Ahora saltaba a la palestra diciendo que "No es que haya perdido la confianza en él, es sólo que creo que le estamos poniendo en una situación muy dificil. Sergio es un jugador joven que nos aporta cosas buenas, pero es demasiado joven. Lo está haciendo bien, pero parece que cuando comete los errores es en los momentos cruciales del partido". Sergio sabía a lo que iba, y aceptó el reto, como debía hacer. Esto no es más que parte del "juego". Todo rookie (salvo elecciones muy altas) tiene que ganarse el puesto en el equipo, y él no va a ser menos. El entrenador no permitirá que caiga en la relajación, o que dé por ganado un puesto en la rotación tan pronto. Máxima concentración, y todo llegará. Éste que ahora para muchos pasa como entrenador mediocre es el mismo que ganó más de 50 partidos con el mismo equipo de Seattle. Un año más tarde y sin él, ganaron sólo 35.

La primera parte fue una especie de universo paralelo en el que los hechos tienden a sucederse de manera contrario a los designios de la lógica. El que perdía los balones era el equipo de Carlisle y el que remontaba el resultado era el equipo más joven. Para más inri, Jamaal Magloire parecía un interior solvente. Sólo Danny Granger fue capaz de sostener a los de casa en medio de la debacle. Al Harrington parece haber perdido su fuerza sin la cresta mohicana de M.A. Tras el descanso todo volvió a la normalidad y el castillo de naipes oregonianos cayóal primer soplo, Gone with the wind. 19 puntos seguidos entre Jamaal Tinsley y Stephen Jackson tuvieron gran parte de la culpa. La candidez defensiva de los hombres de Nate McMillan hizo que la cancha pareciera una autopista de 6 carriles hacia el puticlub, donde hasta el más malo la mete. Los Blazers se acabaron ahí y Jamaal Magloire fue su viva estampa: un comienzo esperanzador acabó en la cruda realidad. ¿Zach Randolph? Mención a parte. La mitad de los puntos los anotó en el último cuarto, opositando a la primera plaza vacante que quede en Maybelline New York. Sin embargo, esta vez tiene perdón. Me explico. Faltaban sólo 7 minutos y 35 segundos para el final del partido, cuando tuvo lugar algo insólito, que a buen seguro habrá cambiado la cosmovisión de miles de espectadores: balón hacia dentro de la zona, se ve defendido y... dobla el balón. ¡Sí! ¡Zach Randolph devolvió el balón! ¡Existe el camino de retorno! Lástima que ese fuera el de las baldosas amarillas. Somewheeeeeere over the rainbow...
No quisiera dar paso ya a la sección de fusilamiento mediático sin antes dedicar un par de líneas más a un jugador que me tiene encandilado. Si es tu deseo, pasa a la parte morbosa de la última sección, aunque mis pajas... mentales también tienen su lascivia. Ayer Rick Carlisle dio muestras de total confianza en este sophomore. Sí, lleva sólo 13 meses en la liga. Cometió un par de errores tontos, se cargó de faltas pronto y lejos de quitarlo, lo mantuvo. La confianza tiene recompensa y Danny respondió con 11 puntos consecutivos para mantener viva la esperanza de su equipo. El espectador avispado se daría cuenta de que era el único que hacía la recuperación defensiva cuando su equipo perdía el balón. De una de esas salió un espectacular tapón a Ime Udoka al final del tercer cuarto. En pretemporada salieron un par de artículos en la prensa local que vinculaban a Carlisle una petición de que Granger se centrara más en la parcela defensiva. Y es que este jugador no sólo es capaz de anotar cuando haga falta, sino que su labor defensiva raya la brillantez. Mucho peligro. Grangerous.