jueves, octubre 09, 2008
La Previa 2008-09. Cleveland Cavaliers
Todos los años se repite la misma historia. Los Cleveland Cavaliers tratan de encontrar el complemento ideal en ataque para LeBron James que les permita dar el salto definitivo, que termine con la fuerte dependencia de el “Elegido” en ataque. Cuando tuvieron dinero, se equivocaron. Y ahora que no lo tienen, siguen soplando a ver si suena la flauta.
UN BASE ANÁRQUICO COMO SOLUCIÓN AL ATASCO
Tras los experimentos fallidos de Larry Hughes y Wally Szczerbiak (si es que lo del “madrileño” pudo ser alguna vez tomado como tal), llega el turno de Maurice Williams, el nuevo anotador exterior llamado a superar con nota la convivencia con ‘King’ James. En este caso, se ha sacrificado para su llegada la experiencia de Joe Smith, uno de esos hombres que tienen la sana costumbre de rendir allá donde van.
Un base lo suficientemente anárquico como para poder seguir adelante con la anotación cuando LeBron no esté sobre la pista… o simplemente no funcione.
Se espera que la baja de MST, por otra parte, se vea cubiera con Ben Wallace, otro de los que llegó en el traspaso de febrero, y el novato JJ Hickson, que ha generado buenas sensaciones en la Liga de Verano de Las Vegas.
En el apartado de renovaciones, aparecen los dos ‘tweeners’, Daniel Gibson y Delonte West. Mientras que la continuidad de ‘Boobie’ tardó poco en quedar sellada, la del ex céltico no se concretó hasta finales de verano, lo que puede hablar del futuro de cada uno en la franquicia.
West fue uno de tantos jugadores que se vieron implicados en rumores de una posible salida hacia Europa. Cleveland consideraba excesivas sus condiciones económicas (pedía lo mismo que Gibson) y la firma se demoró más de la cuenta. Sorprendente para un jugador que contó con la confianza del entrenador desde su llegada al equipo.
Donde sí estarán ambos implicados será en la lucha por el puesto de escolta, probablemente el único sin dueño claro.
SÓLO EL ESCOLTA POR DEFINIR
Maurice Williams constituye la apuesta más importante de los Cleveland Cavaliers de cara a la presente temporada. Quizá la condecoración suena demasiado rimbombante, pero la realidad es esa. El base de Alabama es el nuevo episodio en la incansable (e infructuosa) búsqueda de un jugador que pueda anotar en grandes proporciones sin depender de LeBron, que pueda generar por sí sólo situaciones de canasta... además de aprovechar las que genere el propio James, claro.
Con gran presión, pero al menos con el puesto asegurado. No podrá decir lo mismo el escolta del equipo, para el que podríamos barajar hasta cuatro nombres distintos: West, Gibson, Szczbiak y Pavlovic.
A tenor de lo visto durante la temporada pasada (y a pesar de que el montenegrino ha sido el primer agraciado de la pretemporada), apostaremos por el primero. Delonte West responde al perfil de jugador exterior agresivo en defensa y fiable en ataque. Un jugador del que rara vez saldrá una actuación brillante, pero lo suficientemente seguro como para confiarle un puesto titular. Sus buenos Playoff ayudaron a olvidar la mala imagen mostrada en Seattle. Y es que el ambiente también hace mucho en los jugadores.
Situación contraria encontramos, evidentemente, en el lugar del alero. Aunque en este caso no se trate más que de un mero formalismo: LeBron tiene licencia para hacer lo que quiera sobre la pista. Pero lo que es más importante: está capacitado como para responder a ese reto.
Le vimos nacer y le hemos visto crecer. Le vimos empezar de base y le vemos controlar el ataque de su equipo jugando de hipotético alero. A lo largo de estos años ha ido expandiendo su rango de tiro, ha aumentado su ya de por sí sobresaliente capacidad de penetración e incluso ha sabido delegar en sus compañeros. Eso sí, cuando hace falta un milagro, él es el primero en sacarse los calzones (hola, Del Potro). Parte de esa carga es la que se le pretende quitar de los hombros.
Por dentro, la extraña pareja, Ben Wallace y Zydrunas Ilgauskas. El hercúleo jugador defensivo de raza negra y el esmirriado jugador ofensivo de raza blanca. Ambos en decadencia. Ambos gastando sus últimos cartuchos.
Corren malos tiempos para un jugador que otrora dominara los tableros. Las ventajas que te concede un físico sobresaliente desaparecen tan pronto como empieza a hacer mella el cansancio de disputar tantas postemporadas. Tantos años con más de un centenar de partidos en sus piernas empiezan a pesar, aunque aún queda la experiencia, el saber hacer de los años, y el esfuerzo, que no es poco.
También se las arregla el lituano, aunque sufriera como nadie en la serie contra los Celtics. El compañero inseparable de 'King James' sigue dando buena cuenta de su tiro de media distancia, pero cada vez se muestra más lento y con menos salto. Lo natural es ir perdiendo minutos a favor de Anderson Varejao.
VAREJAO, EL GRAN REFRESCO DESDE EL BANQUILLO
Junto a la euforia defensiva del brasileño, lo mejor que presenta el banquillo de Mike Brown en un buen trío de anotadores exteriores.
Daniel Gibson parecía llamado a ocupar un puesto de titular en los Cavaliers, pero la llegada de Williams trastoca sus planes. Ahora es a Delonte West a quien deberá comer terreno. El base de la Universidad de Texas ha demostrado a lo largo de su corta carrera como profesional ser un tirador sobresaliente, pero necesita demostrar que puede crear más por su propia cuenta si quiere aspirar a ser esa tan cacareada segunda espada.
Peor parece la situación de Wally Szczbiak, que mostró su peor cara precisamente en un equipo falto de tiro. Lejos queda ya en la mente los años maravillosos de Minnesota, y más cerca los continuos problemas físicos, que quieren acabar prematuramente con la carrera de un buen titular para la NBA. Su recuperación sería una noticia inmejorable para Cleveland, pero habrá que conformarse con que pueda aportar de manera regular al equipo.
Junto a ellos, Sasha Pavlovic. El jugador montenegrino vivió la campaña pasada su particular 'annus horribilis'. A los problemas para firmar su renovación durante el verano, se sumó una lesión en el pie izquierdo que le obligó a perderse más de una veintena de partido. Posteriormente, una nueva lesión le haría perderse casi toda la serie de primera ronda de Playoff. En medio de esta marea, resultó imposible mantener el nivel del jugador de rotación que explotó mediada la 2006-07.
Pieza clave y comodín en el interior volverá a ser Varejao. Su defensa e intensidad atrás son insustituibles para el equipo, de ahí que su continuidad fuera la gran prioridad del pasado verano. Los Cavaliers encontraron en él un quizá inesperado revulsivo en defensa, muy incómodo para su par, amigo de las cargas y poderoso en el rebote.
En un rol secundario permanecerá JJ Hickson, aunque su gran actuación durante las Ligas de Verano y su incansable trabajo durante el Training Camp podría reportarle beneficios pronto. Los primeros detalles hablan de un jugador muy activo en defensa y con capacidad para hacerse hueco y generar canastas en las cercanías del aro.
Tampoco es que Brown disponga de mejores alternativas. A ciertas alturas de la vida, es mejor dar minutos y confianza a un joven que seguir prolongando la carrera de un veterano que poco o nada tiene que aportar al equipo.
Es la crueldad del fondo del banquillo, donde también se dan cita nombres como Eric Snow, desterrado ya con tres bases por delante, o Darnell Jackson, novato que se autodefine como un "jugador sucio" sobre la pista, un hombre al que no le importa salir a partirse la cara en defensa. Actitud no le falta.
PRONÓSTICO
La mejora de la Conferencia Este ha eliminado la posibilidad de tomar un camino fácil hacia las Finales de Conferencia. Boston, Philadelphia, Detroit y los propios Cavaliers parecen tener el sitio asegurado en Semifinales, a expensas de que otra franquicia pueda dar la sorpresa.
Tras haberse plantado en las Finales de la NBA, Cleveland debe renovar méritos para mantenerse entre los candidatos serios al anillo. Visto el gran nivel defensivo que presenta el equipo, la tarea pendiente volverá a ser el ataque, donde deberán trabajar para encontrar una segunda vía de anotación, que permita seguir adelante aún cuando LeBron no tenga la noche… o no sea suficiente.
La Previa 2008-09. Chicago Bulls
De ser una de las mejores defensas de la liga, a uno que hace aguas atrás. De ser aspirantes a complicar la vida de los grandes en Playoff, a volver a mirar el futuro a medio plazo. De ser uno de los equipos con mejor horizonte de la liga, a ser un equipo que crea demasiadas dudas. Ése es el camino de los Bulls, que sin apenas haber saboreado las mieles del buen trabajo, vuelven al punto de partida.
VERANO DE POCAS NOVEDADES Y MUCHAS SORPRESAS
Echando un vistazo a la plantilla, es casi idéntica a la que terminó la temporada en abril. Sólo presenta una cara nueva, y una ausencia. La falta de novedades, sin embargo, no debe llevarnos a confusión, porque ha sido un verano muy movido en Illinois.
La primera gran noticia fue la contratación de un nuevo entrenador. Si bien era algo de sobra anunciado, sorprendió su perfil. Paxson hizo un intento por hacerse con Mike D’Antoni, pero al no poder luchar contra el poderío económico de la Gran Manzana se tuvo que conformar con uno de sus asistentes: Vinny Del Negro, el primer Ginobili que tuvieron los Spurs.
Movimiento peligroso ése de confiar la resurrección del equipo (un equipo con suficientes mimbres, todo sea dicho) a un entrenador novato, que deberá poner en calma un vestuario que primero se volvió en contra de Scott Skiles y luego acabó tomando a Jim Boylan por el pito del sereno. Una prueba de fuego para un debutante.
Pero para novato, Derrick Rose. Allá por mayo saltó la sorpresa y los Bulls, que partían como novenos para el sorteo de las pelotas de ping-pong, se llevaron a casa el número uno. Con la “pelea” entre Derrick Rose y Michael Beasley ya abierta, el debate se trasladó a la propia plantilla de Chicago, y en concreto a su directiva.
Paxson debía elegir entre un base completo, de físico extraordinario y finalista de la NCAA, o un 3.75 que podría solucionar (sólo en parte) el problema de la anotación interior del equipo. Como quiera que el elegido fue primero a pesar de tener dos bases sólidos en nómina, la pelota está ahora en el tejado del jugador de Memphis, que deberá justificar con juego su elección.
Su llegada permitió dejar marchar en la agencia libre a Chris Duhon, seleccionado en el ‘draft’ de 2004. Una noticia menor, y más cuando el protagonismo lo acapararon los otros dos jugadores elegidos por los Bulls en aquel sorteo universitario, Luol Deng y Ben Gordon.
El primero renovó por cantidades razonables, que pueden convertirse en desproporcionadas de alcanzar los incentivos incluidos en el contrato. El segundo, ha sido todo un quebradero de cabeza. Llegó a declarar que no se veía jugando más para Chicago, pero ante la falta de ofertas sobre la mesa terminó firmando la Qualifying Offer (6.4 millones de dólares) y ser agente libre sin restricciones el próximo verano. Un aspecto que anuncia ríos de tinta durante la temporada. Sabiendo que su máximo deseo es marcharse, ¿Qué hacer con él?
¿SERÁ TITULAR EL NOVATO? APOSTEMOS A QUE SÍ
Puede que al principio no, puede que tenga que ganárselo, aunque sea de aquella manera, la de guardar las formas y seguir adelante con el baile de máscaras. Pero es indudable que, si rinde a un nivel aceptable, Derrick Rose partirá de inicio. Cualquier otra decisión sorprendería por parte de un equipo que necesita cambiar para retomar el buen camino perdido.
Rose es un base que destaca a primera vista por su excelente físico, y que presenta un buen balance entre defensa y ataque. Intenso atrás y muy difícil de frenar cuando de marcharse hacia canasta se trata. Atendiendo a los últimos años, en los que los jugadores exteriores han tenido que asumir gran parte del peso anotador del equipo, no será extraño verle tomar esas responsabilidades conforme vaya avanzando el año.
Con su llegada, lo más probable es que Kirk Hinrich vuelva al puesto de escolta, posición en la que también jugó en Kansas y los propios Bulls cuando le tocaba coincidir en cancha con Chris Duhon. Quedará liberado de las tareas de dirección cuando Rose esté a su lado y podrá dedicar más tiempo a anotar. Mucho menos dado a penetrar que su compañero, fue especialmente preocupante su bajo en el acierto desde la línea de tres.
Inamovible en el puesto de alero, Luol Deng, la gran esperanza de esta franquicia junto al ‘rookie’. Los problemas físicos que sufrió el año pasado cortaron una progresión que parecía camino del All-Star, pero este año, recién renovado, debe volver a sus fueros para ayudar al equipo a salir del fango en el que terminó la temporada pasada. Es de esperar que empiece en buena forma, puesto que llega de clasificar a la selección británica para el Eurobasket.
Como ala-pívot parte Drew Gooden, uno de los jugadores que llegó en el cuestionable traspaso de febrero. Pese a no ser un prodigio, es uno de los pocos jugadores que pueden servir de parche para solucionar de manera temporal el problema de anotación interior del equipo. Un buen reboteador ofensivo, no exige demasiados balones en ataque para anotar. Una lesión abdominal le impidió completar su buen final de temporada, pero este año termina contrato y se le espera motivado en busca de un contrato. ¿Con otro equipo?
Cierra el quinteto Joakim Noah, bicampeón en Florida que deberá trabajar para mejorar las sensaciones contradictorias que generó la temporada pasada. Un hombre interior lleno de energía… mal conducida. Su exceso de energía (llámenlo precipitación, llámenlo nerviosismo) le llevó con frecuencia a meterse pronto en problemas de faltas. Sin embargo, también es obligado reconocer su intensidad debajo de ambos aros, actitud que le llevó a erigirse en un muy buen reboteador y a producir canastas en las cercanías del aro.
EL DILEMA DE BEN GORDON
Todos los entrenadores querrían tener problemas para meter en su alineación a un escolta de 20 puntos por partido. Claro que ninguno querría que ese problema tuviera más de extradeportivo que de meramente baloncestístico. Ha declarado que no quería seguir, es muy posible que el verano que viene se vaya a otro equipo que le ofrezca más, pero es un gran anotador en un equipo que no anda sobrado de ataque. ¿Qué hacer con Ben Gordon?
La respuesta sería sencilla. Al menos por mi parte. Si lo que se pretende es competir, y ganar el máximo número de partidos posible, qué duda cabe de que el escolta salido de Connecticut debe seguir teniendo minutos. Es un excepcional tirador, y su aportación desde el banquillo siempre ha resultado inestimable.
Alguno puede tener en el sobrepoblado ‘backcourt’ de los Bulls la excusa perfecta para relegar a Gordon a un segundo plano.
La solución más potable desde el banco sería la de Larry Hughes, cuya carrera entró en barrena el mismo día que se creyó capaz de ser el compañero ideal de LeBron James en Cleveland. Poco queda de aquel gran defensor y solvente anotador que asombró en Washington como parte de un pequeño ‘Big Three’ y, a día de hoy, es peor opción que el recién renovado.
La otra opción barajada es la de Thabo Sefolosha, jugador de tercer año que hasta el momento se ha mostrado demasiado irregular. Intenso en defensa y notable en la transición, el exceso de efectivos en su posición puede suponerle un problema mayor que en años atrás.
Una salida a ese pequeño “ahogo” podría ser la posición de alero, pero su inquilino es el mejor que tiene Del Negro en su banquillo. Debe hacer sufrido como nadie este año el ‘Chapu’. Acostumbrado a pelear por grandes objetivos y en ambientes ganadores, jugar para un equipo sumido en una dinámica tan negativa no ha tenido que ser fácil. Pero cierto es también que para que la situación revierta él debe ser el primero en volver a su nivel.
Dentro de esas esperanzas juega también un papel importante Tyrus Thomas, la irregularidad en persona. Ponga una cabeza descontrolada al mando de un cuerpo sin límites y obtendrá como resultado este jugador. Precipitado en sus decisiones en defensa, y demasiado confiado en sus capacidades físicas para el ataque. Cuentan que este año ha mejorado su tiro de media distancia, algo imprescindible para un jugador tan limitado como él.
Corona la segunda unidad Aaron Gray, de quien se comenta ha acudido al Training Camp con menos kilos que el año pasado. Chicago necesitará como nunca al Gray del último mes de competición
PRONÓSTICO
Muchas cosas tienen que suceder para que los Bulls vuelvan a pelear este año por los Playoff. Haber perdido la gran defensa que les ayudó a convertirse en uno de los equipos con más futuro de la liga no ayuda a ser optimista al respecto.
Tienen a sus disposición herramientas suficientes como para no estar entre las peores franquicias de la competición, pero dependen de demasiados factores para volver a meterse en la batalla. Que los interiores respondan y sigan creciendo, que Gordon esté centrado, que Rose responda a las expectativas… temporada de transición para ellos.
martes, septiembre 30, 2008
La Previa 2008-09. Charlotte Bobcats
Los Bobcats quieren ir en serio. Tras un año plagado de lesiones, se han dejado de experimentos con Sam Vincent y se han puesto en manos de Larry Brown. Un entrenador de categoría con el que pretenden dejar de ser “el equipo de expansión” para ser de una vez por todas una franquicia más en la liga.
LA EXPERIENCIA ES UN GRADO
Si Charlotte tiene mucho que demostrar este año, no menos debe hacerlo su entrenador. Larry Brown pecó de valentía tratando de sacar algo de provecho de la Gran Manzana en el momento equivocado. Como era de esperar, salió de allí escaldado.
Regresa ahora con cuentas pendientes, con la necesidad de demostrar a sus años que aún conserva el toque ganador que devolvió a los Pistons a la gloria y que llevó a Philadelphia hasta las puertas de ella.
En vista de los precedentes, si hay algo claro es que los Bobcats defenderán con todo, saldrán a morder y trabajarán como nunca. El plan de choque promete ser uno de los grandes atractivos del comienzo de temporada, junto a las apuestas por ver quién será el primer jugador de la plantilla en visitar la enfermería, víctima de la maldición que parece sufrir el equipo.
Porque, lejos del entrenador, las grandes novedades de cara al nuevo curso baloncestístico son nombres que ya eran conocidos en el Estado de Carolina del Norte (en algún caso nunca mejor dicho). La carrera de Sean May sigue tristemente marcada por las lesiones, mientras que Adam Morrison se perdió todo el año por culpa de una lesión en pretemporada.
El video de su rodilla sucumbiendo a un ‘dribbling’ de ¡Luke Walton! Dio la vuelta al mundo de la canasta.
Si de hablar de caras nuevas se trata, la principal incorporación es la de DJ Augustin, uno de los bases que más atención acaparaban de cara al draft. Un base de gran poder ofensivo y no exento de talento a la hora de distribuir el balón, heredero de las riendas de Texas tras la marcha de Kevin Durant.
Su elección, sin embargo, resultó sorprendente, puesto que ya contaban con un base joven y de calidad como Raymond Felton.
Con la otra primera ronda de que disponían, seleccionaron a un jugador muy verde, Alex Ajinca, en contraposición a lo que venían haciendo durante sus primeros años de historia. Un pívot europeo con mínima experiencia, la historia de siempre. Al parecer, sus buenos ‘workouts’ le sirvieron para ser elegido.
En esta última semana, trataron de hacerse con los servicios de Carl Landry, pero los Rockets no tardaron en igualar la oferta. Hacen bien en preocuparse por su juego interior, porque no van precisamente sobrados de hombres en la pintura.
CON LA ÚNICA DUDA DEL PÍVOT
Salvo movimientos de última hora, el quinteto de Charlotte lucirá de la misma forma que lo hiciera en la segunda mitad de la pasada temporada. La única variación sería la hipotética entrada de otro ‘cuatro’ en la formación, desplazando a Nazr Mohammed al banquillo.
A pesar de la elección de DJ Augustin, no hay razones para pensar que Felton pueda perder su titularidad en el equipo. Un hombre seguro en ataque, activo en defensa y capacitado para ser el mejor anotador tras los dos aleros. El último año pasó más tiempo del acostumbrado en la posición de escolta, pero en caso de no volver a aparecer lesiones de por medio, es improbable que la situación vuelva a repetirse.
En las alas, como ya hemos dicho, reside la gran mayoría potencial anotador de este equipo. Un gran desequilibrio que a la vista de la plantilla, no tendrá solución este año.
Jason Richardson aprovechó como nadie su estancia en un equipo de tan bajo perfil para reivindicarse como el gran anotador que era. Tras una última temporada decepcionante (aunque los problemas físicos también tuvieron algo que ver) en los Warriors, J-Rich volvió a sentirse una estrella, con la muñeca afilada y anotando mejor que nunca desde posiciones exteriores, algo que supo agradecer un equipo que andaba falto de buenos tiradores.
Porque Gerald Wallace es también un gran anotador, pero su porcentaje de puntos conseguidos dentro de la pintura debe andar al mismo nivel que los de un pívot, gracias a su excelente capacidad para llegar a la canasta contraria. Se mostró más suelto desde fuera que en otras ocasiones, pero no por ello más acertado. Sin embargo, sigue siendo el jugador más completo de esta plantilla.
La gran noticia del año en la franquicia tuvo que ser la salud de Emeka Okafor. Acostumbrado a sufrir constantes problemas de espalda, poder disputar por primera vez los 82 partidos de liga regular es un alivio… y no sólo para el jugador. Con un juego interior tan pobre, gran parte de las opciones del equipo para no salir vapuleados en la pintura descansan sobre sus hombres.
De ahí las urgencias por conseguirle un compañero fiable. De momento, deberán conformarse con Nazr Mohammed, todo un especialista en producir grandes números en equipos pequeños. Lo hizo en New York y aquello le valió un contrato con los San Antonio Spurs. Acostumbrados a acertar, los de Popovich no tardaron en darse cuenta de que aquella no era la solución a su eterno dilema de la pareja de Duncan, aunque por el camino el bueno de Nazr salió con un anillo.
UN BANQUILLO POBRE… HASTA QUE SE DEMUESTRE LO CONTRARIO
Sobre el papel, los Bobcats presentan uno de los banquillos más endebles de la competición (rivalizando con Atlanta). La vuelta en buena forma de algunos de sus jugadores se presenta como la clave para librarse de ese cartel honorífico.
Como único recambio de Felton se presenta DJ Augustin, un base sobre el que se tienen muchas esperanzas de futuro. Por el momento, lo único seguro es que no se ajusta al perfil de Brown, puesto que su gran punto débil se presenta en la defensa. Por el contrario, en ataque es donde hace gala de sus principales armas para hacer ruido en la liga, con un buen tiro y una no desdeñable capacidad de penetración, herramientas a las que suma una visión de juego aceptable.
Como sustituto de Richardson se presenta una de las grandes decepciones del draft de 2006, Adam Morrison. La ‘nueva esperanza blanca’ se ha quedado por el momento en un jugador con un buen tiro y una cabeza muy bien amueblada. Nada de florituras, ni un potencial anotador sobresaliente que puedan justificar los elogios que recibió antes de dar el salto a la NBA. Tiene mucho que demostrar… y quizá no se encuentre en la mejor situación para hacerlo.
Como alero suplente parte Jared Dudley, probablemente lo más parecido que hay a un defensor exterior en todo el banquillo. Para hacerse una idea de la situación por la que atraviesan. Llegado el momento, puede actuar como comodín, pasando a jugar de ala-pívot y dejando su puesto al siempre presente Matt Carroll.
Sin hacer mucho ruido, Carroll se sitúa como un jugador fiable, el segundo mejor tirador del equipo. Poco amigo de crearse sus propios tiros, pero efectivo cuando se trata de rematar la jugada.
Ese intercambio de cromos vendría provocado precisamente por la falta de efectivos en el juego interior, donde Sean May es el único jugador en el que poder confiar. Cuando ha estado sano, ha demostrado su sobrada clase en ataque, haciendo valer también su cuerpo para asegurar el rebote en defensa. Sin embargo, sus constantes problemas físicos le están impidiendo disfrutar de lo que podría ser una carrera más que aceptable.
En su ausencia, sólo quedan como alternativas Jermareo Davidson y Alex Ajinca, dos jugadores sin apenas rodaje que no ofrecen soluciones para una situación tan alarmante como la de los jugadores interiores de Charlotte.
PRONÓSTICO.
Pongamos que todos se mantienen sanos. Pongamos que las lesiones apenas al afectado al rendimiento de Adam Morrison y Sean May. Pongamos que la elección de DJ Augustin se demuestra como un acierto. En ese caso, formarán parte del grueso de equipos que luchen por hacerse con las últimas plazas que den acceso a la postemporada.
El juego interior es demasiado escaso como para concederles más oportunidades. Quizá debieran sacrificar a uno de tantos exteriores para conseguir más ayuda en la pintura y consolidar sus opciones de aparecer a finales de abril vestidos de corto.
La Previa 2008-09. Boston Celtics
No siempre ocurre. Ya lo sabían los Lakers de antes. No todos los equipos construidos para ganar un anillo lo consiguen. No siempre que se reúne un grupo de veteranos insignes en busca del anillo lo consigue. Contaban con esa presión, pero aquello no era nada comparado con la urgencia histórica con la que llegaba la franquicia más laureada de todos los tiempos.
22 años después, la NBA volvió a teñirse de verde.
JAMES POSEY O UNOS DORITOS
La actualidad del equipo en el último mes aparece dominada por Darius Miles, que podría convertirse (como a hemos venido diciendo) en el primer jugador de la historia en volver a vestirse de corto después de haberle sido diagnosticada por la liga una lesión que había acabado con su carrera.
Doritos en mano o no, antes de completar su regreso deberá superar la pretemporada con el equipo. En caso de conseguirlo, tendrá que cumplir la famosa sanción de 10 partidos por consumo de Fentermina antes de participar en partido oficial con el equipo.
Pero, si la memoria no nos traiciona, la noticia de mayor alcance en el verano céltico es sin duda la marcha de James Posey. Con la carrera de ‘Big Shot’ Horry en la nevera, MVPosey va camino de convertirse en el sucesor de ese ‘mojo’ que atrae anillos hacia sí. Tras lo visto en Boston, volverá a poner a prueba sus poderes en New Orleans.
Pero la prueba más fehaciente de su alcance y de su repercusión en un equipo campeón la veremos en los propios Celtics. Los de Doc Rivers se enfrentan a la difícil tarea de sustituir a su hombre más importante de banquillo, a un pilar defensivo veterano y que ejercía a las mil maravillas el papel de primer recambio para Ray Allen y Paul Pierce.
En esa dirección va la adquisición de Miles, pero por si el experimento resultara fallido, también han apostado fuerte para cubrirse las espaldas. JR Giddens y Bill Walker son, sobre el papel, unos de los candidatos a posible robo del sorteo universitario. Sin embargo, presentan también sus riesgos, ya sea en forma de problemas físicos o extradeportivos.
No menos arriesgada se presenta la apuesta para el sustituto de PJ Brown, ya retirado. Tras el ‘casting’ de jugadores interiores, el elegido fue Patrick O’Bryant, uno de los Top10 más inoperantes de los últimos años, y uno de tantos pívots que consigue llevar a un GM al huerto con la promesa de un 7 pies sólido y con futuro. El talento a veces hace mucho daño. Aunque su talento no fuera el deportivo, sino el físico.
Llegados a este punto, uno se pregunta si los Celtics no habrán arriesgado demasiado en su búsqueda de soluciones. Como hemos defendido aquí mismo, ser el vigente campeón te permite tomarte ciertas licencias a la hora de contratar refuerzos, pero cuando son tantos y afectan a una parte importante del banquillo, a uno le da por pensar si no hubiera sido mejor volver a apostar por la carta del veterano.
En enero podríamos tener respuestas.
TODOS CONJURADOS BAJO EL GRITO DE ‘UBUNTU’
Tras la extraordinaria temporada protagonizada, y con el objetivo principal conseguido, pocos cambios se presentan en el quinteto titular.
En el puesto de base continúa un consolidado Rajon Rondo, que en sólo su segundo año como profesional se asentó como titular indiscutible del equipo campeón. Y no sólo por el nivel cuanto menos cuestionable de Sam Cassell (quería iniciar su carrera como técnico, pero regresa recién renovado), sino por méritos propios, por confirmarse como uno de los mejores bases defensivos de la liga.
En su año como novato y a dejó detalles de gran jugador de equipo, pero como ‘sophomore’ no se ha dejado avasallar por el enorme reto que tenía ante sí. La pega sigue estando en el apartado anotador, donde sus buenas condiciones como penetrador se ven empañadas por un tiro que no llega a ser aceptable. Al menos no es algo que necesite el equipo.
Quién sí levantó ciertas dudas con su rendimiento fue Ray Allen, irregular y lejos del anotador implacable al que estábamos acostumbrados. Intercaló actuaciones mediocres con destellos de jugador decisivo en los minutos finales, culminando la temporada con una sobresaliente actuación en el último partido de la final, que resultó ser un paseo marcial. No debe ser sencillo pasar de ser todo un jugador franquicia a tercero en discordia, pero más complicado es negar que estamos ante la cuesta abajo de otro miembro del club ‘hilo de seda’.
El que no ha sufrido con el cambio es Paul Pierce, que cada año va haciendo su figura más “redonda”, pero sigue siendo igual de bueno que siempre. Comparte galones de líder espiritual de un equipo campeón y ha sabido llevarlos como la ocasión merecía. Su dorsal ‘34’ tiene ya un sitio reservado en el techo del Garden, y su actuación en las Finales otro en la memoria de los aficionados… a pesar de la pantomima de la bicicleta.
Detalles teatrales innecesarios, aunque pronto quedaron sepultados por el estado de gracia de un jugador que parecía querer saldar cuentas pendientes con el aro.
El otro gran pilar espiritual ha sido Kevin Garnett. Si alguna vez hubo dudas (me incluyo dentro del grupo de herejes) de su capacidad de liderazgo, todas ellas quedaron disipadas de un plumazo. Fue el primero en salir a partirse la cara (hola, Pachulia) en defensa y rayó al nivel acostumbrado en ataque.
A un comienzo sobrenatural le siguió un año de compromiso con el equipo que tuvo la recompensa del Jugador Defensivo del Año para él, y del Trofeo Larry O’Brien para todos. Agradeció bajar un nivel el pistón. Que tome nota para este año…
Completa el “quinteto de carrerilla” Kendrick Perkins, el niño que se hizo mayor. Parece que fue ayer cuando ‘Perk’ no era más que un pívot entrado en kilos al que costaba coordinar una pierna detrás de la otra para echar a correr. Nunca optará a un Nobel, pero la falta de efectivos grises la suple con oficio bajo el aro, convirtiéndose en un escollo muy molesto para los pívots rivales. Llegará con el tiempo justo al comienzo de temporada tras operarse este verano del hombro.
UN BANQUILLO QUE GENERA DUDAS
Los recambios de Rondo son los únicos que permanecen inmutables. Sam Cassell renovó ayer y, tras una temporada muy por debajo del nivel que venía demostrando, tiene ante sí la oportunidad de redimirse. De no funcionar, ahí continúa Eddie House, que también prolongó este verano su compromiso con los Celtics. Su estilo es radicalmente opuesto al de Rondo, aunque a estas alturas de la película más que aun microondas se parece al viejo horno de la abuela, que algunas noches necesita Dios y ayuda para calentarse.
La renovación de 'Sam I Am' deja en el limbo la continuidad de Gabe Pruitt, casi inédito en su única temporada en la liga.
También se presenta muy abierta la lucha en el puesto de escolta, donde Tony Allen deberá competir con JR Giddens. Se trata de dos jugadores muy físicos que, llegado el momento, podrían echar una mano en la anotación de la segunda unidad. El de Oklahoma State, por experiencia e intensidad defensiva, debería partir con ventaja.
Pero la gran incógnita reside en la posición de alero suplente, paradójicamente la más segura del equipo durante la temporada pasada. A estas alturas resulta ingenuo especular con lo que podría aportar Darius Miles, cuya incorporación en el mejor de los casos no tendría lugar hasta finales de noviembre. El problema es que la otra alternativa, Bill Walter, no presenta un físico mucho más fiable, aunque dicen los entendidos que atesoraba un gran talento en su etapa de instituto.
De surgir imprevistos, Giddens podría ocupar el hueco, pero no habría que descartar la posibilidad de que Danny Ainge volviera a echar mano de un veterano una vez comenzada la liga regular. Como ya comentamos en su día, Bonzi Wells sigue sin equipo y podría resultar de gran ayuda para los verdes. Porque de la carta de Scalabrine mejor no hablamos.
Por último, una rotación interior que respira juventud. Por un lado, Glen Davis, un ala-pívot fornido con más clase de la que nos anticipa su apariencia, con instinto para el ataque y que ya vivió su particular noche de gloria frente a los Pistons. Por otro lado, Leon Powe, más tosco en sus maneras, más físico y más entregado, e igualmente efectivo.
Completa el trío Patrick O’Bryant, el hombre incógnita, el siete pies con dos remos por brazos al que la calidad siempre le fue esquiva. Más le vale contagiarse de la agresividad del equipo, porque de la seguridad de PJ Brown a su pasividad va un gran trecho.
PRONÓSTICO
Obvia decir que afrontan la temporada como grandes candidatos al anillo, pero existen factores que no convendría olvidar.
Quizá el más importante: la tensión. No es lo mismo afrontar un año con la presión de conseguir el anillo con un gran proyecto y tras 22 años de sequía, que seguir deseándolo cuando ya lo han conseguido. Esta es un arma de doble filo. Pueden caer en la relajación y estar por debajo del nivel esperado o puede quitarles un gran peso de encima y permitirles jugar con más libertad.
El otro, el banquillo. De tener un banquillo con jugadores veteranos y fiables, han pasado a tener un banquillo repleto de incógnitas a excepción de un par de valores seguros. De cómo respondan las novedades dependerá también gran parte del éxito.
jueves, septiembre 25, 2008
La Previa 2008-09. Atlanta Hawks
Los Atlanta Hawks fueron, sin ningún género de dudas, la gran revelación de los últimos Playoff. Sin embargo, tan sólo unos meses después de poner contra las cuerdas a los que posteriormente se proclamarían campeones de la NBA, el panorama luce muy distinto en Georgia. Tanto, que la postemporada vuelve a parecer una utopía.
EL MEJOR SEXTO HOMBRE EJERCIÓ DE PIONERO
Pronto podremos comprobar una vez más la importancia que tiene el sexto hombre en los planes de un equipo. La decisión que tomó Josh Childress de marcharse a hacer ‘las Grecias’ puede ser quedar en el anecdotario y sentar las bases para un futuro desembarco de jugadores norteamericanos de un perfil mayor al que estamos acostumbrados, pero las consecuencias más inmediatas serán las que se vean en el rendimiento de los Hawks.
En Childress, los de Mike Woodson contaban con el que probablemente fuera el mejor sexto hombre (si obviamos la peculiar situación de Ginobili) de la liga, un jugador con una defensa más que decente, muy buenas condiciones a la hora de penetrar hacia canasta y, sobre todo, un ala que sobresalía en el juego de transición, clave en el ataque del equipo.
El recién llegado Rick Sund trató de poner en práctica la habitual estrategia de ofrecer contratos de baja cuantía (por debajo de la Mid-Level) a sus agentes libres restringidos, pero se encontró con una negativa en plano de Childress, que no sólo rechazó el ofrecimiento sino que puso rumbo al Olympiacos.
Su marcha al Pireo, junto al reciente fichaje de Salim Stoudamire por San Antonio, suponen las únicas bajas del equipo este verano. Pero su ausencia es tan sensible, y el trabajo del equipo en las nuevas incorporaciones resulta tan insustancial, que resulta imposible no atisbar un serio varapalo a las aspiraciones del equipo.
Y eso que, paradójicamente, los fichajes más interesantes son los de los hombres llamados a sustituirle. Maurice Evans responde a un perfil similar, más físico y con una destacable actitud defensiva, pero de un nivel menor en lo que a ataque se refiere. Ronald ‘Flip’ Murray camina en sentido opuesto, siendo su labor de microondas en Cleveland y Seattle lo más destacado de su irregular carrera.
Las otras novedades en esta nueva temporada serán las de Thomas Gardner (decente actuación con Chicago… en las ligas de verano) y Randolph Morris y Othello Hunter, dos troncos con los que la franquicia de Georgia trata de tapar su deficiente juego interior.
Verano movidito en Atlanta, al que hay que sumar la renovación de Mike Woodson por dos temporadas más. Poco importa que haya algunos jugadores que no comulgan con él, ni sus dificultades para sacar por fin provecho de una plantilla no falta de talento dentro de la Conferencia Este. La clasificación para la postemporada fue suficiente argumento para mantenerle en el banquillo.
Precisamente uno de los jugadores que peor llevan su relación con el entrenador es Josh Smith, que incluso hizo pública su renuencia a jugar en un equipo que estuviera entrenado por Woodson. ‘Smoove’ sufrió también la “tacañería” de la franquicia a la hora de renovar a sus pilares de futuro. En su caso, aceptó una oferta de los Grizzlies, pero Atlanta no tardó en acudir al derecho de tanteo para igualar el contrato.
Haber perdido a los ‘Joshes’ en su primer verano de trabajo hubiera sido un mal comienzo para Rick Sund.
UN AÑO MÁS, LOS HAWKS PRESENTAN EL MISMO QUINTETO
Después de todo, quizá la mejor noticia con respecto a la última campaña sea que el quinteto permanece invariable. Ante la falta de alternativas, Horford volverá a ocupar el puesto de ‘center’ y Bibby tendrá la oportunidad de empezar con el equipo desde el primer partido.
La llegada de Mike Bibby en febrero, procedente de los Sacramento Kings, fue uno de los aspectos que se juzgaron fundamentales en la persecución de los Playoff. Sin embargo, el juego del base salido de Arizona estuvo por debajo de lo habitual, en correspondencia con su línea descendente de las últimas fechas, fallón en el tiro exterior y obligado a ceder la iniciativa a sus compañeros.
Su recuperación se presenta como una de las esperanzas que albergan los Hawks para suplir la producción de Childress, aunque más importante será poner fin de una vez por todas a las continuas dudas que viene generando el puesto de director de juego en el equipo durante los últimos años.
La comunión que demuestren él y Joe Johnson será clave en el devenir del equipo. El que fuera producto de Arkansas demostró hace ya tiempo que estaba sobradamente capacitado para ser un All-Star. Demasiado talento para ser un segunda espada, pero muy poco en la maleta para ser el líder de un equipo con más aspiraciones más serias que las de meterse en Playoff.
Sobresalió en la serie de siete partidos que le enfrentó a su ex equipo (pocos recuerdan que JJ debutó en liga como jugador de Boston) en primera ronda, y ahora está obligado a mantener el nivel si no quiere que el equipo se resienta.
En las labores de liderazgo se verá secundado nuevamente por un Josh Smith que no deja de crecer. El día que aprenda a atacar y defender sin depender tanto de su físico, no sé qué será de él. Mientras tanto, es indudable que se trata de uno de los mejores jugadores de la liga en lo que jugar por encima del aro se trata, y que su ayuda en el rebote y su intimidación resultan imprescindibles para los de Mike Woodson.
Será momento de comprobar si sus supuestos problemas con el entrenador están olvidados, si aún siguen vigentes o si aquello tan sólo fueron habladurías de una prensa ávida de montar de revuelo.
Más tendrá que demostrar Marvin Williams, sometido al aumento de la lupa desde que fuera elegido por delante de Chris Paul y Deron Williams, dos jugadores que no sólo eran superiores, sino que ocupaban la posición que tantos quebraderos de cabeza ha dado al equipo. El eterno dilema del base que antes comentábamos y que aún no ha encontrado respuesta.
Dicen los que siguen la actualidad del equipo que el que fuera sexto hombre de peso en North Carolina ha trabajado como nunca este verano, que ha mejorado su tiro de tres y que ha incrementado su físico. Siempre hablamos de que la siguiente puede ser su temporada, y lo cierto es que hasta el momento siempre ha ido en línea ascendente, pero bien haría en dejar de depender tanto de su tiro de media distancia, mostrarse más activo en ataque y ser más constante en defensa.
Cierra el círculo una de las más agradables sorpresas que dejó la camada de 2007, Al Horford. El cuerpo técnico de Atlanta tenía previsto dejarle jugar este año como ‘cuatro’, una posición mucho más acorde con su físico, pero la falta de novedades en el frente le mantendrá jugador como pívot del equipo.
No puede decirse, sin embargo, que le haya ido más hasta el momento. Horford se ha desatado como un jugador inteligente en ataque y trabajador bajo el aro en ambos lados de la cancha. Su poderío reboteador y su intensidad atrás son factores de los que los de Georgia no pueden desprenderse.
UN BANQUILLO SIN GRANDES SOLUCIONES
Frente a la estabilidad y el gran nivel que presenta el quinteto titular, llama la atención un banquillo que destaca por la falta de efectivos que puedan mantener el tipo.
Una de las grandes esperanzas en este sentido es Acie Law, jugador que entrará en su segundo año con la necesidad de demostrar todo lo que las lesiones y continuos problemas físicos no le dejaron en su año de debut. De él se espera un base con capacidad anotadora, buen tiro de larga distancia y una distribución de balón al menos aceptable. Un Mike Bibby “in the making”, que dirían los de allá.
No parece que la competencia vaya a ser un gran problema para él. La otra alternativa para la posición de base es Speedy Claxton, al que la negativa a someterse a una operación en su rodilla izquierda le costó un año en blanco. Tal es su situación, que prefirió participar de forma voluntaria en las Ligas de Verano para comprobar su estado de forma.
Dos de las incorporaciones, Ronald Murray y Maurice Evans, se presentan como los hombres de refresco para las alas. El ex de Orlando puede que sea el que más se asemeja al perfil de jugador que ofrecía Childress, en tanto que hablemos de un jugador físico con capacidad para desenvolverse en ambos lados de la cancha. Murray, por su parte, aportará un mayor poder ofensivo desde el banco.
En los relevos interiores, Zaza Pachulia vuelve a ser el recambio más importante. Su entrada permitirá a Horford actuar como ala-pívot. Esa posición, la de ‘cuatro’, será la que más beneficiada se vea por la versatilidad de sus hombres. Tanto el propio dominicano como Williams pueden ocupar esta plaza cuando Josh Smith no está en cancha, lo que supone una mejor solución que la que puedan aportar un Solomon Jones casi inédito o un semi-desconocido Othello Hunter (poco más allá de la Final Four con Ohio State).
Completará el juego interior Randolph Morris, mientras que la rotación exterior permanecerá a la espera de que Mario West, Thomas Gardner o incluso Jeremy Richardson se ganen una plaza en el ‘roster’ final del equipo.
PRONÓSTICO
Puesto que el año pasado se clasificaron para Playoff con un balance de 37 victorias por 45 derrotas, es de esperar que este año cojan vacaciones en abril. La subida de algunos equipos en la Conferencia Este como Indiana, Milwaukee o incluso la posible recuperación de Chicago les obligarán a trabajar más duro si quieren repetir presencia en la postemporada.
La gran serie protagonizada ante Boston (aunque la cara ofrecida en el Garden fue radicalmente distinta a la de los partidos jugados en casa) sólo invitaba al optimismo, pero la marcha de Childress y la falta de grandes novedades les hacen permanecer en esa tierra de nadie que siempre resulta tan incómoda.
Es posible que vuelvan a tener balance negativo. Pero en el Este, hasta eso es suficiente para entrar en Playoff. Pelearán por la última plaza.
martes, septiembre 23, 2008
Shareef Abdur-Rahim. El adiós de un maldito.
Llevábamos unas semanas de rumores y especulaciones acerca de su futuro más próximo. Sus declaraciones, poco halagüeñas, remitían la decisión final a su regreso de África. Y hoy (aún lunes para los norteamericanos), lo hizo oficial: Shareef Abdur-Rahim se ve obligado a abandonar las canchas de baloncesto por culpa de sus continuos problemas en la rodilla derecha, que con el tiempo se han hecho permanentes.
Abandona el deporte de la pelota naranja a los 31 años y tras 12 temporadas en activo. Lo hace a una edad muy temprana, a una altura en la que aún otros muchos siguen firmando contratos de larga duración. Pone punto y final a una trayectoria marcada por lo que durante años se consideró una maldición: los Playoff.
Y es que hasta su llegada a Sacramento, Abdur-Rahim no sabía lo que significaba disputar la postemporada. Jugar en mayo, o tan siquiera a finales de abril. Tanto fue así que, en el momento de su clasificación, al término de la campaña 2005-06, era el segundo jugador de la historia de la liga que más partidos había disputado sin haber alcanzado los Playoff. Lo consiguió tras la escandalosa cifra de 744 partidos.
El dudoso honor de la primera posición corresponde a Tom Van Arsdale, el que fuera jugador de los Detroit Pistons en las décadas de los '60 y '70. Lo suyo fueron 929 partidos de calvario, tras los que no acumularía ni una sola presencia en los Playoff. Él, como Abdur-Rahim (y como su hermano gemelo Dick) se retiró tras haber jugado 12 temporadas.
Seleccionado por los Vancouver Grizzlies en tercera posición del 'draft' de 1996, cambió la franquicia canadiense por Atlanta para dar paso a un chaval espigado e imberbe, Pau Gasol. Los osos se deshacían del que era mejor jugador de su corta historia para hacerse con un español que algunos comparaban con Toni Kukoc. Cómo ha pasado el tiempo y cómo han cambiado las cosas, ¿Verdad?
En los Hawks coincidiría con el verdadero Kukoc, por cierto. Y allí también lograría su primera y única aparición en el All-Star Game, el celebrado en Philadelphia. Por entonces, era la carrera de un ala-pívot con facilidad anotadora (sexto jugador más joven en llegar a los 10.000 puntos, antes de la llegada de los super anotadores de nueva escuela) y más que decente capacidad reboteadora que en sus siete primeras temporadas sólo se había perdido 9 partidos por lesión. Apenas uno por temporada.
No en vano, en la 2003-04 lograría otro "particular logro" que añadir a su nómina. Fue uno de los protagonistas del traspaso que llevó a Rasheed Wallace a Atlanta, franquicia en la que sólo jugaría un partido. Pero no sólo eso, sino que debido al desfase de partidos entre un equipo y otro, terminó la temporada regular con 85 partidos jugados. Por supuesto, sin Playoff.
Paradójicamente, un hombre de hierro. Aquel verano de 2004 estuvo a punto de marcharse con dirección a New Jersey, pero los Blazers se echaron atrás en el último momento y decidieron mantener al veterano 'cuatro'. A raíz de aquel hecho, Shareef montó el cólera y amenazó con no aparecer por el Training Camp del equipo si no era traspasado. Sus deseos de salir hacia un equipo ganador eran notables, pero una supuesta promesa de titularidad le mantuvo en Oregon.
Fue en su segunda temporada con los Blazers cuando comenzó su calvario con las lesiones. La rodilla le había dado algún que otro pequeño problema de menor importancia durante la pretemporada, pero fue el codo derecho el que le obligó a pasar por el quirófano. Tres partidos más tarde, el que había sido su sustituto en el quinteto titular, Darius Miles, se lesionó de la rodilla. El mundo es un pañuelo, ¿A que sí?
La desastrosa temporada que firmó Portland llevó a la franquicia a acelerar el ritmo de su reconstrucción. Abdur-Rahim acabó contrato y, entre los deseos del jugador por abandonar, y los de la franquicia por dejar marchar a un jugador veterano, caro y que un año atrás había causado quebraderos de cabeza, parecía claro que su futuro estaba lejos de los Trail Blazers.
Los Milwaukee Bucks hicieron una fuerte apuesta para hacerse con sus servicios, viendo en él un compañero inmejorable para su reluciente número 1 del draft, Andrew Bogut. Sin embargo, el ala-pívot se decantó por los Nets, equipo al que podía haber llegado en 2004. Cosas del destino, esta vez tampoco fue posible jugar junto a Jason Kidd.
Días después de haber alcanzado un acuerdo, todo se fue a pique. Abdur-Rahim no pasó el examen médico. Los galenos de los Nets manifestaron serias dudas acerca de sus rodillas y desaconsejaron su fichaje, algo impactante, tanto para el jugador como para la franquicia de la margen derecha del río Hudson.
"Que le echen un vistazo a mi historial. Nunca me he perdido un partido por culpa de mis rodillas. Pueden preguntar al equipo que me drafteó, Vancouver, o a cualquiera de los otros equipos en los que he jugado"
Lo cierto es que Shareef no mentía. Pero los Nets han resultado estar en lo cierto. Tres veranos después de aquello, sin haber podido cumplir el contrato de 5 años que firmó con Sacramento semanas más tarde, se ve obligado a retirarse por culpa de las rodillas.
En junio de 2007 se sometió a su primera cirugía artroscópica que apenas le permitió llegar al principio de temporada aún con molestias. Tanto fue así que tras una semana y media de competición oficial, se vio obligado a tomar descanso. Aquel partido ante los Jazz sería el útlimo de su carrera profesional. En diciembre volvió a someterse a otra artroscopia.
La recuperación, en sus propias palabras, era tan "frustrantemente lenta" que hoy, a un mes escaso del comienzo de la temporada, cuelga las botas.
Suerte.
Abandona el deporte de la pelota naranja a los 31 años y tras 12 temporadas en activo. Lo hace a una edad muy temprana, a una altura en la que aún otros muchos siguen firmando contratos de larga duración. Pone punto y final a una trayectoria marcada por lo que durante años se consideró una maldición: los Playoff.
Y es que hasta su llegada a Sacramento, Abdur-Rahim no sabía lo que significaba disputar la postemporada. Jugar en mayo, o tan siquiera a finales de abril. Tanto fue así que, en el momento de su clasificación, al término de la campaña 2005-06, era el segundo jugador de la historia de la liga que más partidos había disputado sin haber alcanzado los Playoff. Lo consiguió tras la escandalosa cifra de 744 partidos.
El dudoso honor de la primera posición corresponde a Tom Van Arsdale, el que fuera jugador de los Detroit Pistons en las décadas de los '60 y '70. Lo suyo fueron 929 partidos de calvario, tras los que no acumularía ni una sola presencia en los Playoff. Él, como Abdur-Rahim (y como su hermano gemelo Dick) se retiró tras haber jugado 12 temporadas.
Seleccionado por los Vancouver Grizzlies en tercera posición del 'draft' de 1996, cambió la franquicia canadiense por Atlanta para dar paso a un chaval espigado e imberbe, Pau Gasol. Los osos se deshacían del que era mejor jugador de su corta historia para hacerse con un español que algunos comparaban con Toni Kukoc. Cómo ha pasado el tiempo y cómo han cambiado las cosas, ¿Verdad?
En los Hawks coincidiría con el verdadero Kukoc, por cierto. Y allí también lograría su primera y única aparición en el All-Star Game, el celebrado en Philadelphia. Por entonces, era la carrera de un ala-pívot con facilidad anotadora (sexto jugador más joven en llegar a los 10.000 puntos, antes de la llegada de los super anotadores de nueva escuela) y más que decente capacidad reboteadora que en sus siete primeras temporadas sólo se había perdido 9 partidos por lesión. Apenas uno por temporada.
No en vano, en la 2003-04 lograría otro "particular logro" que añadir a su nómina. Fue uno de los protagonistas del traspaso que llevó a Rasheed Wallace a Atlanta, franquicia en la que sólo jugaría un partido. Pero no sólo eso, sino que debido al desfase de partidos entre un equipo y otro, terminó la temporada regular con 85 partidos jugados. Por supuesto, sin Playoff.
Paradójicamente, un hombre de hierro. Aquel verano de 2004 estuvo a punto de marcharse con dirección a New Jersey, pero los Blazers se echaron atrás en el último momento y decidieron mantener al veterano 'cuatro'. A raíz de aquel hecho, Shareef montó el cólera y amenazó con no aparecer por el Training Camp del equipo si no era traspasado. Sus deseos de salir hacia un equipo ganador eran notables, pero una supuesta promesa de titularidad le mantuvo en Oregon.
Fue en su segunda temporada con los Blazers cuando comenzó su calvario con las lesiones. La rodilla le había dado algún que otro pequeño problema de menor importancia durante la pretemporada, pero fue el codo derecho el que le obligó a pasar por el quirófano. Tres partidos más tarde, el que había sido su sustituto en el quinteto titular, Darius Miles, se lesionó de la rodilla. El mundo es un pañuelo, ¿A que sí?
La desastrosa temporada que firmó Portland llevó a la franquicia a acelerar el ritmo de su reconstrucción. Abdur-Rahim acabó contrato y, entre los deseos del jugador por abandonar, y los de la franquicia por dejar marchar a un jugador veterano, caro y que un año atrás había causado quebraderos de cabeza, parecía claro que su futuro estaba lejos de los Trail Blazers.
Los Milwaukee Bucks hicieron una fuerte apuesta para hacerse con sus servicios, viendo en él un compañero inmejorable para su reluciente número 1 del draft, Andrew Bogut. Sin embargo, el ala-pívot se decantó por los Nets, equipo al que podía haber llegado en 2004. Cosas del destino, esta vez tampoco fue posible jugar junto a Jason Kidd.
Días después de haber alcanzado un acuerdo, todo se fue a pique. Abdur-Rahim no pasó el examen médico. Los galenos de los Nets manifestaron serias dudas acerca de sus rodillas y desaconsejaron su fichaje, algo impactante, tanto para el jugador como para la franquicia de la margen derecha del río Hudson.
"Que le echen un vistazo a mi historial. Nunca me he perdido un partido por culpa de mis rodillas. Pueden preguntar al equipo que me drafteó, Vancouver, o a cualquiera de los otros equipos en los que he jugado"
Lo cierto es que Shareef no mentía. Pero los Nets han resultado estar en lo cierto. Tres veranos después de aquello, sin haber podido cumplir el contrato de 5 años que firmó con Sacramento semanas más tarde, se ve obligado a retirarse por culpa de las rodillas.
En junio de 2007 se sometió a su primera cirugía artroscópica que apenas le permitió llegar al principio de temporada aún con molestias. Tanto fue así que tras una semana y media de competición oficial, se vio obligado a tomar descanso. Aquel partido ante los Jazz sería el útlimo de su carrera profesional. En diciembre volvió a someterse a otra artroscopia.
La recuperación, en sus propias palabras, era tan "frustrantemente lenta" que hoy, a un mes escaso del comienzo de la temporada, cuelga las botas.
Suerte.
viernes, septiembre 19, 2008
Weed Transition Program. Con el porro detrás de la oreja
Y luego habrá quien no entienda su existencia.
Todos los años, allá por septiembre, tiene lugar la celebración del llamado 'Rookie Transition Program', un seminario de seis días de duración en el que la NBA se encarga de adiestrar a sus cachorros más pequeños. Más que adiestrar, se trata de unas orientaciones generales en las que personal contratado por la liga y antiguos jugadores/entrenadores aconsejan a los novatos acerca del estilo de vida que conlleva la NBA.
Jóvenes, en la inmensa mayoría de los casos con no más de 21 años, que de la noche a la mañana pasan a manejar cantidades astronómicas de dinero y que entran dentro de un estilo de vida radicalmente distinto a cualquier cosa que hayan conocido. Asesoramiento personal, financiero, deportivo... y corporativo.
En concreto, el programa incluye aspectos que podríamos denominar como:
- Educación Deportiva: relación con los entrenadores, reglas del juego...
- Eduación Social: drogas, alcohol, alimentación, salud sexual, comportamiento, imagen...
- Eduación Legal: situaciones de acoso sexual, apuestas, delitos graves, violencia de género...
- Educación Informativa: sobre todo, relación con los medios de comunicación.
- Educación Corporativa: temas relaciones con la asistencia a los eventos organizados por la liga, ya sean de entretenimiento o acción social.
La asistencia es obligatoria. Si un jugador no puede asistir en su primer año por estar disputando un torneo internacional con su selección, deberá ir al siguiente. Lo único cuestionable quizá sea la asistencia de algunos jugadores a según qué edad. Jugadores como Luis Scola o Jorge Garbajosa podrían impartir las clases en lugar de recibirlas.
Un programa tan inmenso (de 9 de la mañana a 9 de la noche durante esos seis días) como estricto. No en vano, todos los jugadores deben ir vestidos con un polo de la liga, no se permiten visitas, el consumo de las sustancias que uno pueda imaginar está prohibidido y, hasta hace unos años, la entrada de la prensa estaba vetada.
¿Tan complicado es mantenerse alejado de problemas durante apenas una semana? A raíz de lo ocurrido este año, parece que sí. 'Super Mario' Chalmers y Darrell Arthur fueron pillados con dos mujeres en su habitación y había un fuerte olor a marihuana en el ambiente. En un primer momento, se negaron a abrir la puerta, pero no tuvieron más remedio que ceder en cuanto intervino el personal de seguridad. En aquellos días se rumoreó que había una tercera persona en el baño, tirando insistentemente de la cadena. Hoy sabemos que ése era Michael Beasley.
Dos miembros del equipo de Kansas que se proclamó campeón de la NCAA hace poco más de cinco meses y el número dos del draft, procedente de la universidad de Kansas State. En base a esa cercanía durante el año universitario, no es difícil imaginar que hayan montado inmensas bacanales durante el curso. Pero una cosa es lo que hagas en tu vida privada (cada cual es libre), y otra lo que hagas en un programa tan estricto y que David Stern se toma tan en serio.
Cualquiera con un mínimo de cabeza sabe que son sólo unos pocos días en los que hay que mantener la calma antes de volver a la vida normal. No fue el caso de los citados.
A pesar de todo, las multas en los casos de la pareja de Kansas fueron de sólo 20.000 dólares. Una cifra económica asumible viendo que, en el peor de los casos cobrar casi 40 veces más, y sin ningún partido de sanción. Puesto que ambos fueron expulsados inmediatamente del programa, deberán volver el año que viene.
En los días posteriores, mostraron su arrepentimiento ante los medios. Incluso Chalmers emitió un comunicado a través de los Miami Heat pidiendo perdón a "David Stern, la liga, Micky Arison (dueño de los Heat), Pat Riley, Erick Spoelstra, al equipo, a los fans y a Kansas". Ambos negaron haber consumido marihuana pero aceptaron el castigo.
Distinto es el caso de Michael Beasley. Según se publica ahora (aunque el Kansas City Star le apuntó desde el principio), el jugador se negó a colaborar con la liga en la investigación del caso y, casi dos semanas después, ha acabado confesando ante los Miami Heat. Como castigo (con el tiempo se sabrá si sólo por haberse negado en un principio, o si realmente fue él quien estaba con la maría), ha sido multado con la friolera de 50.000 dólares.
A raíz de estos incidentes, junto con los supuestos despidos de su agente y su mentor, así como la falta de acuerdos de patrocinio alcanzados, no pocos empiezan a poner en tela de juicio el carácter de Beasley, que ya se apuntaba como un poco difícil. Mientras tanto, elude responsabilidades, alegando que sólo tiene 19 años.
Pero 19 son años suficientes para asumir las consecuencias que puedan tener tus actos. Y es también una edad más que suficiente para comprender que hay un momento para cada cosa. Y un seminario obligatorio de la liga, muy importante para la organización y muy estricto en sus normas, no es el lugar indicado para hacer según qué cosas. Eran sólo seis días antes de volver a su vida diaria, donde podría haber montado una mini-fiesta como aquella (en mi opinión, la de la liga seguramente será distinta).
Ahora bien, de reconocer que hizo una gilipollez a empezar a poner en duda su carrera, poniéndole una cruz en la columna de los problamáticos, va un trecho demasiado largo. Y más cuando ni siquiera ha debutado en la liga y sólo es el primer escándalo de esta repercusión que protagoniza.
Debe ser que se les acabó el tema de los ojos rasgados y ahora van a por los ojos rojos. A veces me da miedo tanto falso puritanismo.
Lamento el tostón. Como recompensa, os dejo esta obra maestra. Una de mis canciones favoritas. Considerada por muchos como la iniciadora del Neo-Soul.
Además, su temática viene al pelo Como pista:
Todos los años, allá por septiembre, tiene lugar la celebración del llamado 'Rookie Transition Program', un seminario de seis días de duración en el que la NBA se encarga de adiestrar a sus cachorros más pequeños. Más que adiestrar, se trata de unas orientaciones generales en las que personal contratado por la liga y antiguos jugadores/entrenadores aconsejan a los novatos acerca del estilo de vida que conlleva la NBA.
Jóvenes, en la inmensa mayoría de los casos con no más de 21 años, que de la noche a la mañana pasan a manejar cantidades astronómicas de dinero y que entran dentro de un estilo de vida radicalmente distinto a cualquier cosa que hayan conocido. Asesoramiento personal, financiero, deportivo... y corporativo.
En concreto, el programa incluye aspectos que podríamos denominar como:
- Educación Deportiva: relación con los entrenadores, reglas del juego...
- Eduación Social: drogas, alcohol, alimentación, salud sexual, comportamiento, imagen...
- Eduación Legal: situaciones de acoso sexual, apuestas, delitos graves, violencia de género...
- Educación Informativa: sobre todo, relación con los medios de comunicación.
- Educación Corporativa: temas relaciones con la asistencia a los eventos organizados por la liga, ya sean de entretenimiento o acción social.
La asistencia es obligatoria. Si un jugador no puede asistir en su primer año por estar disputando un torneo internacional con su selección, deberá ir al siguiente. Lo único cuestionable quizá sea la asistencia de algunos jugadores a según qué edad. Jugadores como Luis Scola o Jorge Garbajosa podrían impartir las clases en lugar de recibirlas.
Un programa tan inmenso (de 9 de la mañana a 9 de la noche durante esos seis días) como estricto. No en vano, todos los jugadores deben ir vestidos con un polo de la liga, no se permiten visitas, el consumo de las sustancias que uno pueda imaginar está prohibidido y, hasta hace unos años, la entrada de la prensa estaba vetada.
¿Tan complicado es mantenerse alejado de problemas durante apenas una semana? A raíz de lo ocurrido este año, parece que sí. 'Super Mario' Chalmers y Darrell Arthur fueron pillados con dos mujeres en su habitación y había un fuerte olor a marihuana en el ambiente. En un primer momento, se negaron a abrir la puerta, pero no tuvieron más remedio que ceder en cuanto intervino el personal de seguridad. En aquellos días se rumoreó que había una tercera persona en el baño, tirando insistentemente de la cadena. Hoy sabemos que ése era Michael Beasley.
Dos miembros del equipo de Kansas que se proclamó campeón de la NCAA hace poco más de cinco meses y el número dos del draft, procedente de la universidad de Kansas State. En base a esa cercanía durante el año universitario, no es difícil imaginar que hayan montado inmensas bacanales durante el curso. Pero una cosa es lo que hagas en tu vida privada (cada cual es libre), y otra lo que hagas en un programa tan estricto y que David Stern se toma tan en serio.
Cualquiera con un mínimo de cabeza sabe que son sólo unos pocos días en los que hay que mantener la calma antes de volver a la vida normal. No fue el caso de los citados.
A pesar de todo, las multas en los casos de la pareja de Kansas fueron de sólo 20.000 dólares. Una cifra económica asumible viendo que, en el peor de los casos cobrar casi 40 veces más, y sin ningún partido de sanción. Puesto que ambos fueron expulsados inmediatamente del programa, deberán volver el año que viene.
En los días posteriores, mostraron su arrepentimiento ante los medios. Incluso Chalmers emitió un comunicado a través de los Miami Heat pidiendo perdón a "David Stern, la liga, Micky Arison (dueño de los Heat), Pat Riley, Erick Spoelstra, al equipo, a los fans y a Kansas". Ambos negaron haber consumido marihuana pero aceptaron el castigo.
Distinto es el caso de Michael Beasley. Según se publica ahora (aunque el Kansas City Star le apuntó desde el principio), el jugador se negó a colaborar con la liga en la investigación del caso y, casi dos semanas después, ha acabado confesando ante los Miami Heat. Como castigo (con el tiempo se sabrá si sólo por haberse negado en un principio, o si realmente fue él quien estaba con la maría), ha sido multado con la friolera de 50.000 dólares.
A raíz de estos incidentes, junto con los supuestos despidos de su agente y su mentor, así como la falta de acuerdos de patrocinio alcanzados, no pocos empiezan a poner en tela de juicio el carácter de Beasley, que ya se apuntaba como un poco difícil. Mientras tanto, elude responsabilidades, alegando que sólo tiene 19 años.
Pero 19 son años suficientes para asumir las consecuencias que puedan tener tus actos. Y es también una edad más que suficiente para comprender que hay un momento para cada cosa. Y un seminario obligatorio de la liga, muy importante para la organización y muy estricto en sus normas, no es el lugar indicado para hacer según qué cosas. Eran sólo seis días antes de volver a su vida diaria, donde podría haber montado una mini-fiesta como aquella (en mi opinión, la de la liga seguramente será distinta).
Ahora bien, de reconocer que hizo una gilipollez a empezar a poner en duda su carrera, poniéndole una cruz en la columna de los problamáticos, va un trecho demasiado largo. Y más cuando ni siquiera ha debutado en la liga y sólo es el primer escándalo de esta repercusión que protagoniza.
Debe ser que se les acabó el tema de los ojos rasgados y ahora van a por los ojos rojos. A veces me da miedo tanto falso puritanismo.
Lamento el tostón. Como recompensa, os dejo esta obra maestra. Una de mis canciones favoritas. Considerada por muchos como la iniciadora del Neo-Soul.
Además, su temática viene al pelo Como pista:
See, we be making love constantly
That's why my eyes are a shade blood burgundy
That's why my eyes are a shade blood burgundy
D'ANGELO
BROWN SUGAR
BROWN SUGAR
jueves, septiembre 04, 2008
Oklahoma City Thunder. ¿Y a ti qué te inspiran?
DE EXÁMENES HASTA EL 19. Bueno, señores, por motivos académicos, permaneceré sin actualizar hasta el próximo día 19. Supongo que no seré el único que está en esta situación, así que suerte para los que tengan que estudiar también durante estos días. ¡Nos vemos pronto!
Por fin se acabó uno de los secretos peor guardados de la historia de la NBA. La franquicia que ocupará el lugar de los Seattle Supersonics se llamará Oklahoma City Thunder. Después del torrente de filtraciones que ha recorrido la red durante las últimas semanas, pareció poco menos que obvio cuál sería el fin de esta historia.
Primero aparecieron las noticias que avisaban de que todos los dominios relacionados con el nombre del equipo habían sido registrados. Así lo adelantó un medio de comunicación de Oklahoma el pasado día 18 de julio.
A source close to the NBA ownership group tells SportsXtra's Mark Rodgers the city's franchise, formerly known as the Seattle Supersonics, will be called the Oklahoma City Thunder. [...] The registrar for all of the NBA's Internet domain names reserved okcthunderbasketball.com and okcthunderbasketball.net on July 10.
CSC Corporate Domains, an offshoot of Corporation Service Company, describes itself as a domain name management company for corporations, law firms and intellectual property professionals. It is the registrar of record for nba.com and all other domains managed by NBA Media Ventures, LLC.
Más tarde, llegó el famoso error de los calendarios. Cuando la liga anunció el calendario de competición para la nueva temporada, el nombre de OKC apareció enlazado mediante hipervínculos al dominio www.nba.com/thunder, lo que dejaba a las claras que también desde la página oficial se trabajaba para preparar el nuevo cambio.
No en vano, los Magic colgaron en su web el calendario incluyendo partidos contra los "Oklahoma City Thunder", en lugar de la solución "NBA in OKC" que se había adoptado de forma generalizada para referirse a lo que un día se conoció como Seattle Supersonics.
Por último, la foto del famoso balón promocional, que no sólo confirmaba la identidad de los Thunder, sino que ofrecía por primera vez la imagen del nuevo logo de la franquicia.
Con todos estos datos, ¿Alguien se vio sorprendido al conocer la presentación en sociedad del nombre?
Supongo que no. Según el propio Clay Bennett, otros candidatos como 'Wind', 'Barons', 'Marshalls', 'Energy' y 'Bison' ni siquiera llegaron a ser tenidos realmente en cuenta durante el proceso de decisión, un comentario que vendría reforzado por el hecho de que el nombre hubiera sido elegido hace tanto tiempo.
Por lo que respecta a los colores, el distintivo principal de la franquicia será el azul de la bandera de Oklahoma, que estará acompañado por una especie de rojo anaranjado, a medio camino entre los colores que visten las dos principales universidades del Estado.
El logo no ofrece discusiones. Es jodidamente feo. Personalmente, me recuerda más a una franquicia de la NHL. No es difícil imaginárselo. La estrella sería rusa, y se llamaría Vladimir Lutschenko. Un logo insustancial, sin nada destacable, y que bien podría tener relación con cualquier otro deporte que no fuera baloncesto.
Después de esta decepción, quedan aún por conocer el logo secundario, los uniformes, que se presentarán de forma oficial cuando dé comienzo el Training Camp, y la mascota, acerca de la que ya empieza a formarse cierto revuelto.
Como es natural, inquieta la posibilidad de que pudiera adoptar el mismo nombre de la franquicia, Thunder, por lo que no sólo compartiría con su homólogo de Golden State los colores, sino también el nombre.
Es lo que se llama entrar con mal pie. Permaneceremos atentos a las novedades.
Por cierto, ¿Alguien más tiene la sensación de ver en esta imagen de Damien Wilkins a un futuro General Manager de la liga?
Por fin se acabó uno de los secretos peor guardados de la historia de la NBA. La franquicia que ocupará el lugar de los Seattle Supersonics se llamará Oklahoma City Thunder. Después del torrente de filtraciones que ha recorrido la red durante las últimas semanas, pareció poco menos que obvio cuál sería el fin de esta historia.
Primero aparecieron las noticias que avisaban de que todos los dominios relacionados con el nombre del equipo habían sido registrados. Así lo adelantó un medio de comunicación de Oklahoma el pasado día 18 de julio.
A source close to the NBA ownership group tells SportsXtra's Mark Rodgers the city's franchise, formerly known as the Seattle Supersonics, will be called the Oklahoma City Thunder. [...] The registrar for all of the NBA's Internet domain names reserved okcthunderbasketball.com and okcthunderbasketball.net on July 10.
CSC Corporate Domains, an offshoot of Corporation Service Company, describes itself as a domain name management company for corporations, law firms and intellectual property professionals. It is the registrar of record for nba.com and all other domains managed by NBA Media Ventures, LLC.
Más tarde, llegó el famoso error de los calendarios. Cuando la liga anunció el calendario de competición para la nueva temporada, el nombre de OKC apareció enlazado mediante hipervínculos al dominio www.nba.com/thunder, lo que dejaba a las claras que también desde la página oficial se trabajaba para preparar el nuevo cambio.
No en vano, los Magic colgaron en su web el calendario incluyendo partidos contra los "Oklahoma City Thunder", en lugar de la solución "NBA in OKC" que se había adoptado de forma generalizada para referirse a lo que un día se conoció como Seattle Supersonics.
Por último, la foto del famoso balón promocional, que no sólo confirmaba la identidad de los Thunder, sino que ofrecía por primera vez la imagen del nuevo logo de la franquicia.
Con todos estos datos, ¿Alguien se vio sorprendido al conocer la presentación en sociedad del nombre?
Supongo que no. Según el propio Clay Bennett, otros candidatos como 'Wind', 'Barons', 'Marshalls', 'Energy' y 'Bison' ni siquiera llegaron a ser tenidos realmente en cuenta durante el proceso de decisión, un comentario que vendría reforzado por el hecho de que el nombre hubiera sido elegido hace tanto tiempo.
Por lo que respecta a los colores, el distintivo principal de la franquicia será el azul de la bandera de Oklahoma, que estará acompañado por una especie de rojo anaranjado, a medio camino entre los colores que visten las dos principales universidades del Estado.
El logo no ofrece discusiones. Es jodidamente feo. Personalmente, me recuerda más a una franquicia de la NHL. No es difícil imaginárselo. La estrella sería rusa, y se llamaría Vladimir Lutschenko. Un logo insustancial, sin nada destacable, y que bien podría tener relación con cualquier otro deporte que no fuera baloncesto.
Después de esta decepción, quedan aún por conocer el logo secundario, los uniformes, que se presentarán de forma oficial cuando dé comienzo el Training Camp, y la mascota, acerca de la que ya empieza a formarse cierto revuelto.
Como es natural, inquieta la posibilidad de que pudiera adoptar el mismo nombre de la franquicia, Thunder, por lo que no sólo compartiría con su homólogo de Golden State los colores, sino también el nombre.
Es lo que se llama entrar con mal pie. Permaneceremos atentos a las novedades.
Por cierto, ¿Alguien más tiene la sensación de ver en esta imagen de Damien Wilkins a un futuro General Manager de la liga?
Guiño de los Knicks a Pat Ewing y más movimientos
Eso es lo que supuso la contratación de Patrick Ewing Jr, ni más ni menos. Un guiño a un jugador histórico que salió por la puerta de atrás de la franquicia, y que se prepara ahora en los Magic para regresar al baloncesto en activo... como entrenador. No en vano, las pasadas Ligas de Verano de Orlando supusieron su primera experiencia a nivel profesional como entrenador. Su formación seguirá como asistente de Stan Van Gundy.
Si no fuera en un entorno de marketing, no se podría entender la adquisición de Ewing Jr a los Knicks. Al menos, podemos decir que la operación fue muy buena: a cambio, los neoyorquinos mandaron a los Houston Rockets los derechos sobre Frederick Weiss, pívot del iurbentia Bilbao Basket.
Como ya dijimos en su día, cuando los Sacramento Kings le traspasaron al equipo tejano en la operación de Ron Artest, se trata de lo que genuinamente conocemos como 'paquete'. Un jugador de perfil bajo, atlético y defensivo, construido para partirse la cara sobre el parqué y no para dejar detalles de cara a la galería. Tres equipos en el mismo verano y sin ni siquiera haber debutado como profesional. ¿Acaso no es un dato que hable bien a las claras de su nivel deportivo?
Con su adquisición, los New York Knicks vuelven a tener 16 jugadores en plantilla, por lo que los rumores sobre la posible salida de Stephon Marbury se han vuelto a reactivar... si es que alguna vez dejaron de estar presentes. Como contrapartida, el que otrora mereciera ser llamado 'Starbury' parece estar recuperando el tono físico adecuado para afrontar la nueva temporada. Portándose bien para no salir escaldado.
Otro hijo ilustre también cambió de equipo recientemente. Se trata de DJ Strawberry, hijo del que fuera estrella del béisbol y polémico jugador Darryl Strawberry, más conocido en estas tierras por su estelar aparición en Los Simpsons. El base/escolta que nos incumbe abandonó los Phoenix Suns con destino a Houston a cambio de Sean Singletary.
De esta forma, los Rockets se deshacen de las dos piezas que sirvieron para cuadrar el traspaso de Artest, mientras que los Suns consiguen el base fiable que buscaban. El de Virginia deberá luchar por el puesto de suplente con el esloveno Goran Dragic (pendiente aún de firmar), que tras un verano de idas y venidas, abandonó el Tau para dar un salto muy precipitado a la liga norteamericana.
Pero si Dragic ha creado cierta polémica a este lado del charco, su caso no es siquiera equiparable al del pívot iraní Hamed Ehadadi, que como ya sabíamos desde hace unas cuantas semanas, jugará la temporada que viene en los Memphis Grizzlies.
Nada más conocer el interés de la franquicia de Tennessee en hacerse con sus servicios, David Stern mandó una carta a los 30 equipos, avisando de que no podían mantener contactos con el 'center' debido a la política de Estados Unidos, que prohibe cualquier relación comercial con Irán. Ante esta situación, la liga tuvo que negociar con la Oficina de Asuntos Exteriores del país para obtener un permiso especial que permitiera su contratación.
Superado este gran obstáculo burocrático, Ehadadi pudo por fin estampar su firma en un contrato con los Grizzlies, donde luchará con Marc Gasol y Darko Milicic por tener minutos como pívot del equipo. A pesar de ser el único jugador de los Juegos Olímpicos en promediar un doble-doble, su presencia no debería suponer un problema para Marc Gasol, curtido (y MVP) en una liga a años luz de lo que pueda ser la iraní, y con un puesto fijo en el juego interior de la segunda mejor selección del mundo.
En lo que respecta al ínclito serbio, aún debe resolverse su continuidad en el equipo que entrena Marc Iavaroni, puesto que su nombre ha sido, junto con el de Antoine Walker, uno de los que ha salido a la palestra en los rumores que vinculan el futuro de Zach Randolph a Memphis. Sin duda, sería un movimiento carente de sentido por parte de Chris Wallace, pero nos mantendremos al tanto.
En otro orden de cosas, hace unos días me aposté en este blog el capuchón de mi boli a que Sean Marks volvería a conseguir un contrato. Pues bien, mi boli podrá conservir su tinta fresca y su punta afilada, pues el neozelandés completará el juego interior de los New Orleans Hornets. Yo no apuesto la seguridad de mis utensilios de trabajo en vano.
Por su parte, Los Angeles Lakers firmaron a Joe Crawford (no confundir con el árbitro cascarrabias), la otra segunda ronda que les quedaba por contratar. Seleccionado en el puesto 58 del último draft, procedente de la potente universidad de Kentucky, mucho tendrá que trabajar si pretender hacerse un hueco en la liga y, en particular, en el poblado juego exterior angelino.
Si no fuera en un entorno de marketing, no se podría entender la adquisición de Ewing Jr a los Knicks. Al menos, podemos decir que la operación fue muy buena: a cambio, los neoyorquinos mandaron a los Houston Rockets los derechos sobre Frederick Weiss, pívot del iurbentia Bilbao Basket.
Como ya dijimos en su día, cuando los Sacramento Kings le traspasaron al equipo tejano en la operación de Ron Artest, se trata de lo que genuinamente conocemos como 'paquete'. Un jugador de perfil bajo, atlético y defensivo, construido para partirse la cara sobre el parqué y no para dejar detalles de cara a la galería. Tres equipos en el mismo verano y sin ni siquiera haber debutado como profesional. ¿Acaso no es un dato que hable bien a las claras de su nivel deportivo?
Con su adquisición, los New York Knicks vuelven a tener 16 jugadores en plantilla, por lo que los rumores sobre la posible salida de Stephon Marbury se han vuelto a reactivar... si es que alguna vez dejaron de estar presentes. Como contrapartida, el que otrora mereciera ser llamado 'Starbury' parece estar recuperando el tono físico adecuado para afrontar la nueva temporada. Portándose bien para no salir escaldado.
Otro hijo ilustre también cambió de equipo recientemente. Se trata de DJ Strawberry, hijo del que fuera estrella del béisbol y polémico jugador Darryl Strawberry, más conocido en estas tierras por su estelar aparición en Los Simpsons. El base/escolta que nos incumbe abandonó los Phoenix Suns con destino a Houston a cambio de Sean Singletary.
De esta forma, los Rockets se deshacen de las dos piezas que sirvieron para cuadrar el traspaso de Artest, mientras que los Suns consiguen el base fiable que buscaban. El de Virginia deberá luchar por el puesto de suplente con el esloveno Goran Dragic (pendiente aún de firmar), que tras un verano de idas y venidas, abandonó el Tau para dar un salto muy precipitado a la liga norteamericana.
Pero si Dragic ha creado cierta polémica a este lado del charco, su caso no es siquiera equiparable al del pívot iraní Hamed Ehadadi, que como ya sabíamos desde hace unas cuantas semanas, jugará la temporada que viene en los Memphis Grizzlies.
Nada más conocer el interés de la franquicia de Tennessee en hacerse con sus servicios, David Stern mandó una carta a los 30 equipos, avisando de que no podían mantener contactos con el 'center' debido a la política de Estados Unidos, que prohibe cualquier relación comercial con Irán. Ante esta situación, la liga tuvo que negociar con la Oficina de Asuntos Exteriores del país para obtener un permiso especial que permitiera su contratación.
Superado este gran obstáculo burocrático, Ehadadi pudo por fin estampar su firma en un contrato con los Grizzlies, donde luchará con Marc Gasol y Darko Milicic por tener minutos como pívot del equipo. A pesar de ser el único jugador de los Juegos Olímpicos en promediar un doble-doble, su presencia no debería suponer un problema para Marc Gasol, curtido (y MVP) en una liga a años luz de lo que pueda ser la iraní, y con un puesto fijo en el juego interior de la segunda mejor selección del mundo.
En lo que respecta al ínclito serbio, aún debe resolverse su continuidad en el equipo que entrena Marc Iavaroni, puesto que su nombre ha sido, junto con el de Antoine Walker, uno de los que ha salido a la palestra en los rumores que vinculan el futuro de Zach Randolph a Memphis. Sin duda, sería un movimiento carente de sentido por parte de Chris Wallace, pero nos mantendremos al tanto.
En otro orden de cosas, hace unos días me aposté en este blog el capuchón de mi boli a que Sean Marks volvería a conseguir un contrato. Pues bien, mi boli podrá conservir su tinta fresca y su punta afilada, pues el neozelandés completará el juego interior de los New Orleans Hornets. Yo no apuesto la seguridad de mis utensilios de trabajo en vano.
Por su parte, Los Angeles Lakers firmaron a Joe Crawford (no confundir con el árbitro cascarrabias), la otra segunda ronda que les quedaba por contratar. Seleccionado en el puesto 58 del último draft, procedente de la potente universidad de Kentucky, mucho tendrá que trabajar si pretender hacerse un hueco en la liga y, en particular, en el poblado juego exterior angelino.
Los Heat apuestan por Magloire
Los Miami Heat se convierten en el tercer equipo (tras New Jersey y Dallas) que trata de arreglar sus problemas en el juego interior con el fichaje de Jamaal 'fui All-Star' Magloire a bajo coste. Puesto que en los anteriores episodios, así como en su también corta etapa en los Trail Blazers, no pasó de ser un jugador mediocre, no existe razón para pensar que el sol de Florida hará milagros.
El contrato, como ya se está convirtiendo en costumbre, es por el mínimo, de forma que tendrá que trabajar duro para recuperar su buen nivel de juego si quiere mejorar sus condiciones económicas. Si fuera medianamente inteligente, abandonaría su acostumbrada autocomplacencia para salir a partirse la cara a la cancha. Al fin y al cabo, es un pívot y eso se paga caro.
De lo contrario, tendrá que seguir jugando con la voluntad de las franquicias necesitadas. Y es que puede que los de Florida sean los que más problemas tienen para completar su juego interior. A día de hoy, y tras la rescisión de Stephane Lasme, sólo tienen en plantilla a Mark Blount (que completó un año decente, pero no debería ser titular en un equipo serio) y dos jugadores inexpertos como Joel Anthony y el undrafted David Padgett (aunque es blanco, no tiene relación con Scott).
Junto a ellos, se presenta la eterna incógnita de Alonzo Mourning, a quien sus continuos problemas físicos ya le impiden hasta asegurar si seguirá adelante con su carrera dentro de un mes. Por el momento, sigue recuperándose de su operación de rodilla, y ya hay quienes afirman que la intención de Pat Riley (mañana pasará a formar parte del Hall Of Fame) es ficharle a mediados de temporada. Pocos jugadores han demostrado tanta lealtad a una franquicia, y si hay algo seguro es que Zo sólo quiere seguir en activo si es para jugar con Miami.
Otras opciones que se sopesaron fueron las de DJ Mbenga (que podría seguir en los Lakers) y Lorenzen Wright (que podría recalar en los Cavs), alternativas igual de baratas pero con mucho menos recorrido.
"Solucionado" el problema de los 'centers' y con 14 jugadores bajo contrato, los Heat esperan completar la plantilla con un base, posición en la que sólo cuentan con el novato, Mario Chalmers (más tarde hablaremos de él) y un Marcus Banks sobre el que poco hace falta decir.
En estas circunstancias, parece que la opción más realista es la renovación de Chris Quinn. Para hacerlo, los Heat sólo tienen disponibles los casi dos millones de la bi-annual exception.
El contrato, como ya se está convirtiendo en costumbre, es por el mínimo, de forma que tendrá que trabajar duro para recuperar su buen nivel de juego si quiere mejorar sus condiciones económicas. Si fuera medianamente inteligente, abandonaría su acostumbrada autocomplacencia para salir a partirse la cara a la cancha. Al fin y al cabo, es un pívot y eso se paga caro.
De lo contrario, tendrá que seguir jugando con la voluntad de las franquicias necesitadas. Y es que puede que los de Florida sean los que más problemas tienen para completar su juego interior. A día de hoy, y tras la rescisión de Stephane Lasme, sólo tienen en plantilla a Mark Blount (que completó un año decente, pero no debería ser titular en un equipo serio) y dos jugadores inexpertos como Joel Anthony y el undrafted David Padgett (aunque es blanco, no tiene relación con Scott).
Junto a ellos, se presenta la eterna incógnita de Alonzo Mourning, a quien sus continuos problemas físicos ya le impiden hasta asegurar si seguirá adelante con su carrera dentro de un mes. Por el momento, sigue recuperándose de su operación de rodilla, y ya hay quienes afirman que la intención de Pat Riley (mañana pasará a formar parte del Hall Of Fame) es ficharle a mediados de temporada. Pocos jugadores han demostrado tanta lealtad a una franquicia, y si hay algo seguro es que Zo sólo quiere seguir en activo si es para jugar con Miami.
Otras opciones que se sopesaron fueron las de DJ Mbenga (que podría seguir en los Lakers) y Lorenzen Wright (que podría recalar en los Cavs), alternativas igual de baratas pero con mucho menos recorrido.
"Solucionado" el problema de los 'centers' y con 14 jugadores bajo contrato, los Heat esperan completar la plantilla con un base, posición en la que sólo cuentan con el novato, Mario Chalmers (más tarde hablaremos de él) y un Marcus Banks sobre el que poco hace falta decir.
En estas circunstancias, parece que la opción más realista es la renovación de Chris Quinn. Para hacerlo, los Heat sólo tienen disponibles los casi dos millones de la bi-annual exception.
sábado, agosto 30, 2008
¿Será Darius Miles el primero?
Hace unos días conocíamos la noticia que se llevaba fraguando desde hace ya un mes: Darius Miles firmó un contrato no garantizado con los Boston Celtics, tratando de convertirse en el primer jugador de la historia que, tras haberle sido diagnosticada por la NBA una "career-ending injury" (una lesión que le cuesta la retirada, ahora entraremos un poco más a fondo), consigue volver a jugar en la liga.
Gran noticia para un jugador al que en su día le prestamos su merecida atención... en asuntos extradeportivos.
Tras la que había sido la mejor temporada de su controvertida carrera, Miles se sometió a una operación en la rodilla mediante microfractura en noviembre de 2006 que, hasta hoy, le ha tenido apartado de las canchas de juego.
Ante la perspectiva de que no pudiera volver a jugar al baloncesto, y con aún 18 millones de dólares por cobrar, los Portland Trail Blazers decidieron recurrir a la liga para tratar de librarse de buena parte de su salario.
Mediante este procedimiento, si el equipo médico de la liga determina que una lesión impedirá al jugador volver a vestirse de corto, su salario deja de contar en el espacio salarial, aunque el equipo deberá seguir pagándole (una compañía aseguradora se hizo cargo de gran parte del sueldo de Darius Miles). Una forma más de ganar espacio salarial.
No obstante, la decisión no es definitiva. En caso de que el jugador diagnosticado volviera a jugar 10 partidos de liga con cualquier otro equipo, estando su antiguo contrato aún en vigor, las cantidades volverían a contar en el 'payroll' de la franquicia. De ahí la polémica que comenzó la liga en privado y llevó el Oregonian al público.
En primer lugar, tras conocer el interés de algunos equipos en contratar a Darius Miles, la NBA mandó una misiva a las 30 franquicias, informando de que el jugador aún estaba pendiente de cumplir una sanción de 10 partidos. Es decir, estaba compartiendo información médica de un jugador que ya no juega en la liga y está oficialmente retirado.
En segundo lugar, el Oregonian publicó al poco tiempo esta información. Esto es, un diario se hacía eco de una información que se suponía era exclusiva para las franquicias. Casualmente, un diario de Portland, la única franquicia que estaría interesada en que Miles no se vistiera de corto.
Y para rematar la faena, esos 10 partidos. A primera vista, no llama la atención... hasta que se conoce que esa sanción únicamente es posible por dos razones: por la cuarta violación del programa anti-drogas o por uso de sustancias que podrían mejorar el rendimiento deportivo (conocidas como SPED's).
El programa anti-drogas de la NBA establece sanciones escalonadas para sus infractores. Así, cuando un jugador cae por primera vez, se le inscribe en el programa de abuso de sustancias (una información que, obviamente, nunca se hace pública por respeto a su privacidad). Con el segundo positivo, la liga establece una multa de 25.000 dólares. Al tercero, una sanción de 5 partidos. Al cuarto, 10. Y así en lo sucesivo.
Puesto que Miles nunca fue sancionado con 5 partidos anteriormente, sólo quedaba una posibildad: positivo por SPED's. En resumen: indirectamente, la liga primero, y el periódico después, estaban informando de que la infracción era por uso de estas "otras sustancias". Evidentemente, no se tardó en apuntar que el polémico alero podría estar usando esas sustancias para acelerar su recuperación de una lesión que le había costado su carrera deportiva.
Días más tarde, la ESPN apuntó a la Fentermina, un supresor del apetito, considerado como estimulante y que en otras competiciones, ha conllevado graves sanciones. Por ejemplo, Peruzzi, ex portero de la Juventus, recibió un año de sanción por esta misma causa.
De cualquier forma, los equipos decidieron ignorar esta advertencia. Tras hacer entrenamientos privados con Phoenix, Boston, Dallas y New Jersey, Darius Miles se decidió a fichar por los vigentes campeones, que le ofrecieron un contrato no garantizado.
En esta situación, si Miles consigue quedarse en la plantilla definitiva de Boston y, tras cumplir la sanción que aún le queda pendiente, juega 10 partidos, sus 18 millones de dólares en salario volverán a contar en los libros de Portland. Esta consecuencia, que resultaría devastadora para el 80% de equipos de la liga, no supondrá un grave quebradero de cabeza para los de Oregon.
Y es que, aunque en los próximos años deberán renovar a sus ilusionantes piezas de futuro (y presente), esta temporada liberarán la escalofriante cifra de 35 millones de dólares, mientras que para cuando entren en vigor las futuras renovaciones de Brandon Roy y Lamarcus Aldridge (que serán los primeros en hacerlo), el contrato de Miles habrá terminado.
Lo que se suele conocer como "planificación".
Así pues, el fichaje de Darius Miles no tiene la más mínima intención de perjudicar la situación económica de un posible contrincante en el mercado, sino la de tener la posibilidad de conseguir una gran incorporación a precio de saldo.
Al fin y al cabo, los Celtics son el equipo mejor colocado para someterse a estos experimentos. Si sale bien, contarán con un refuerzo de lujo para las alas. De lo contrario, han trabajado bien durante el verano para reforzar el banquillo y, en caso de que el jugador no esté en condiciones de hacer su regreso, las opciones del equipo no se verían afectadas.
BILL WALKER Y JR GIDDENS, DOS NOVATOS LLENOS DE INCÓGNITAS
Y es que, al mismo tiempo, el equipo aseguró la presencia de los otros dos novatos que quedaban por firmar, JR Giddens y Bill Walker.
JR Giddens fue seleccionado con el número 30 por los propios Celtics. Comenzó su carrera en Kansas, pero a su prometedor inicio le siguión una temporada 'sophomore' marcada por los problemas extradeportivos y las críticas por parte de la prensa. La situación llegó con sus compañeros y su entrenador llegó a tal punto que decidió que lo mejor era un cambio de aires.
Así, decidió marcharse a New Mexico, donde ocuparía el lugar que había dejado Danny Granger. Tras pasar un año en blanco (las reglas de la NCAA establecen que debe pasar un año antes de que el jugador pueda jugar con su nueva universidad), su llegada a un equipo de menor entidad le benefició en su juego, pero no así en su carácter: su entrenador decidió suspenderle en febrero por actitud perjudicial para el equipo.
Tuvo que llegar este momento para que su conducta cambiara y comenzara a mostrar signos de madurez (según señalan sitios especializados), convertirse en lider del equipo. Llega ahora a Boston, donde las exigencias de jugar para un vigente campeón de la NBA pondrán a prueba sus condiciones.
Por su parte, Bill Walker salió del instituto con un cartel inmejorable, pero las lesiones se han encargado de nublar lo que muchos anunciaban como una carrera prometedora. A sus 20 años (cumplirá 21 antes de que empiece la temporada) se ha roto el ligamento anterior cruzado en las dos rodillas, y el pasado mes de junio volvió a hacerse daño en la rodilla derecha.
Seleccionado por los Washington Wizards en el puesto 47 del último draft, y adquirido por Boston a cambio de 'cash considerations', el que fuera escudero de Michael Beasley en Kansas State supone también un movimiento de "escaso riesgo y alta recompensa" ('low risk, high reward' para los más anglosajones) por parte de Danny Ainge.
Cuando eres campeón, estas licencias están permitidas.
Gran noticia para un jugador al que en su día le prestamos su merecida atención... en asuntos extradeportivos.
Tras la que había sido la mejor temporada de su controvertida carrera, Miles se sometió a una operación en la rodilla mediante microfractura en noviembre de 2006 que, hasta hoy, le ha tenido apartado de las canchas de juego.
Ante la perspectiva de que no pudiera volver a jugar al baloncesto, y con aún 18 millones de dólares por cobrar, los Portland Trail Blazers decidieron recurrir a la liga para tratar de librarse de buena parte de su salario.
Mediante este procedimiento, si el equipo médico de la liga determina que una lesión impedirá al jugador volver a vestirse de corto, su salario deja de contar en el espacio salarial, aunque el equipo deberá seguir pagándole (una compañía aseguradora se hizo cargo de gran parte del sueldo de Darius Miles). Una forma más de ganar espacio salarial.
No obstante, la decisión no es definitiva. En caso de que el jugador diagnosticado volviera a jugar 10 partidos de liga con cualquier otro equipo, estando su antiguo contrato aún en vigor, las cantidades volverían a contar en el 'payroll' de la franquicia. De ahí la polémica que comenzó la liga en privado y llevó el Oregonian al público.
En primer lugar, tras conocer el interés de algunos equipos en contratar a Darius Miles, la NBA mandó una misiva a las 30 franquicias, informando de que el jugador aún estaba pendiente de cumplir una sanción de 10 partidos. Es decir, estaba compartiendo información médica de un jugador que ya no juega en la liga y está oficialmente retirado.
En segundo lugar, el Oregonian publicó al poco tiempo esta información. Esto es, un diario se hacía eco de una información que se suponía era exclusiva para las franquicias. Casualmente, un diario de Portland, la única franquicia que estaría interesada en que Miles no se vistiera de corto.
Y para rematar la faena, esos 10 partidos. A primera vista, no llama la atención... hasta que se conoce que esa sanción únicamente es posible por dos razones: por la cuarta violación del programa anti-drogas o por uso de sustancias que podrían mejorar el rendimiento deportivo (conocidas como SPED's).
El programa anti-drogas de la NBA establece sanciones escalonadas para sus infractores. Así, cuando un jugador cae por primera vez, se le inscribe en el programa de abuso de sustancias (una información que, obviamente, nunca se hace pública por respeto a su privacidad). Con el segundo positivo, la liga establece una multa de 25.000 dólares. Al tercero, una sanción de 5 partidos. Al cuarto, 10. Y así en lo sucesivo.
Puesto que Miles nunca fue sancionado con 5 partidos anteriormente, sólo quedaba una posibildad: positivo por SPED's. En resumen: indirectamente, la liga primero, y el periódico después, estaban informando de que la infracción era por uso de estas "otras sustancias". Evidentemente, no se tardó en apuntar que el polémico alero podría estar usando esas sustancias para acelerar su recuperación de una lesión que le había costado su carrera deportiva.
Días más tarde, la ESPN apuntó a la Fentermina, un supresor del apetito, considerado como estimulante y que en otras competiciones, ha conllevado graves sanciones. Por ejemplo, Peruzzi, ex portero de la Juventus, recibió un año de sanción por esta misma causa.
De cualquier forma, los equipos decidieron ignorar esta advertencia. Tras hacer entrenamientos privados con Phoenix, Boston, Dallas y New Jersey, Darius Miles se decidió a fichar por los vigentes campeones, que le ofrecieron un contrato no garantizado.
En esta situación, si Miles consigue quedarse en la plantilla definitiva de Boston y, tras cumplir la sanción que aún le queda pendiente, juega 10 partidos, sus 18 millones de dólares en salario volverán a contar en los libros de Portland. Esta consecuencia, que resultaría devastadora para el 80% de equipos de la liga, no supondrá un grave quebradero de cabeza para los de Oregon.
Y es que, aunque en los próximos años deberán renovar a sus ilusionantes piezas de futuro (y presente), esta temporada liberarán la escalofriante cifra de 35 millones de dólares, mientras que para cuando entren en vigor las futuras renovaciones de Brandon Roy y Lamarcus Aldridge (que serán los primeros en hacerlo), el contrato de Miles habrá terminado.
Lo que se suele conocer como "planificación".
Así pues, el fichaje de Darius Miles no tiene la más mínima intención de perjudicar la situación económica de un posible contrincante en el mercado, sino la de tener la posibilidad de conseguir una gran incorporación a precio de saldo.
Al fin y al cabo, los Celtics son el equipo mejor colocado para someterse a estos experimentos. Si sale bien, contarán con un refuerzo de lujo para las alas. De lo contrario, han trabajado bien durante el verano para reforzar el banquillo y, en caso de que el jugador no esté en condiciones de hacer su regreso, las opciones del equipo no se verían afectadas.
BILL WALKER Y JR GIDDENS, DOS NOVATOS LLENOS DE INCÓGNITAS
Y es que, al mismo tiempo, el equipo aseguró la presencia de los otros dos novatos que quedaban por firmar, JR Giddens y Bill Walker.
JR Giddens fue seleccionado con el número 30 por los propios Celtics. Comenzó su carrera en Kansas, pero a su prometedor inicio le siguión una temporada 'sophomore' marcada por los problemas extradeportivos y las críticas por parte de la prensa. La situación llegó con sus compañeros y su entrenador llegó a tal punto que decidió que lo mejor era un cambio de aires.
Así, decidió marcharse a New Mexico, donde ocuparía el lugar que había dejado Danny Granger. Tras pasar un año en blanco (las reglas de la NCAA establecen que debe pasar un año antes de que el jugador pueda jugar con su nueva universidad), su llegada a un equipo de menor entidad le benefició en su juego, pero no así en su carácter: su entrenador decidió suspenderle en febrero por actitud perjudicial para el equipo.
Tuvo que llegar este momento para que su conducta cambiara y comenzara a mostrar signos de madurez (según señalan sitios especializados), convertirse en lider del equipo. Llega ahora a Boston, donde las exigencias de jugar para un vigente campeón de la NBA pondrán a prueba sus condiciones.
Por su parte, Bill Walker salió del instituto con un cartel inmejorable, pero las lesiones se han encargado de nublar lo que muchos anunciaban como una carrera prometedora. A sus 20 años (cumplirá 21 antes de que empiece la temporada) se ha roto el ligamento anterior cruzado en las dos rodillas, y el pasado mes de junio volvió a hacerse daño en la rodilla derecha.
Seleccionado por los Washington Wizards en el puesto 47 del último draft, y adquirido por Boston a cambio de 'cash considerations', el que fuera escudero de Michael Beasley en Kansas State supone también un movimiento de "escaso riesgo y alta recompensa" ('low risk, high reward' para los más anglosajones) por parte de Danny Ainge.
Cuando eres campeón, estas licencias están permitidas.
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